Luis Nishizawa unió en su obra sus raíces mexicanas y japonesas

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/ 29 septiembre 2015

Nishizawa sobresalió como un creador que siguió una constante experimentación, una búsqueda de lenguajes y procesos nuevos.

México, D.F..- El pintor, escultor, vitralista, grabador y muralista Luis Nishizawa, a un año de su muerte, ocurrida hoy 29 de septiembre de 2014, es considerado uno de los más destacados paisajistas del país.

El artista, que a lo largo de su carrera desarrolló variados estilos y técnicas, sobresalió como un creador que siguió una constante experimentación, una búsqueda de lenguajes y procesos nuevos, a través de los que fue capaz de unir sus raíces mexicanas y japonesas.

Hijo del japonés Kenji Nishizawa y de la mexicana María de Jesús Flores, Luis Nishizawa nació el 2 de febrero de 1918, en la Hacienda de San Mateo, municipio de Cuautitlán, Estado de México.

En 1925 se trasladó con su familia a la Ciudad de México, donde se dedicó a la joyería y a estudiar música con el maestro Rodolfo Halffter (1900-1987), de acuerdo con el portal "explorandomexico.com.mx".

Tiempo después, en 1942, ingresó a la Academia de San Carlos, donde conoció a maestros como Julio Castellanos (1905-1947), José Chávez Morado (1909-2002) y Alfredo Zalce (1908- 2003), entre otros.

En 1947 se graduó con el título de maestro en Artes Plásticas e ingresó como docente a la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Posteriormente, el joven artista montó su primera exposición, en 1951, en el Salón de la Plástica Mexicana, con la que inició una prolífica carrera.

Siguió la vocación nacionalista de la Escuela Mexicana de Pintura, sin embargo, amplió su tendencia a un arte libre, por lo que en su trayectoria artística transitó de los temas nacionalistas, al expresionismo y al abstraccionismo absoluto.

Su obra se caracterizó por la unión de sus raíces mexicanas y japonesas, para transmitir hábilmente emociones con coloridas figuras.

Influenciado por la propuesta artística del mexicano José Clemente Orozco (1883-1949) y el holandés Rembrandt (1606- 1669), Nishizawa exploró el arte poético del haikú, fórmula con la que plasmó la brevedad en una famosa serie de 25 cuadros.

Entre las obras del pintor sobresalen: "Nocturno", "Mirasoles", "El sueño del niño bobo", "La pasión de Iztapalapa", "Retrato de María", "Mi hijo Gabriel", "Mi pequeña Adriana" y "Autorretrato", así como un mural de cerámica que realizó en Keisei, Japón.

Entre las distinciones que recibió durante su trayectoria destacan las de Maestro Emérito y Doctor Honoris Causa de la UNAM, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1996, miembro de número de la Academia de Artes, además de la Medalla Bellas Artes 2013.

Fue Creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, además de que Japón lo nombró "Tesoro Sagrado del Dragón".

En reconocimiento a su legado artístico y su labor docente por más de 50 años, el Estado de México creó el Museo-Taller Nishizawa, en la ciudad de Toluca en 1992.

De acuerdo con el perfil del artista publicado en el portal “espac.org.mx”, su obra forma parte de colecciones públicas y privadas como las de la Unidad del Seguro Social de Celaya, en Guanajuato, y la del Centro Cultural Martí de la Ciudad de México.

Así como de la colección de la Estación del metro Keisei de Narita, Japón; del Centro Cultural Universitario de esta ciudad y del Archivo General del Estado de México en Toluca, entre otros.

Finalmente, la vida del destacado artista mexicano Luis Nishizawa se extinguió el 29 de septiembre de 2014, a los 96 años de edad, trascendiendo como heredero de la tradición paisajística de México.

 

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