Macri pide dejar la confrontación
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El nuevo presidente de Argentina pidió el "aporte" de la población para gobernar los próximos cuatro años porque "los desafíos son enormes", en su primer discurso ante el Congreso
Buenos Aires. Mauricio Macri, de la alianza Cambiemos, juró hoy como presidente de la Argentina hasta 2019, ante la Asamblea Legislativa en el Congreso en Buenos Aires y dio inicio a una nueva era política tras 12 años de gobiernos kirchneristas.
Macri, conservador de 56 años, juró “por Dios y estos santos evangelios desempeñar con lealtad y honestidad el cargo de presidente de la nación y observar y hacer observar con fidelidad la constitución de la Nación Argentina. Si yo no lo hiciere que Dios y la patria me lo demanden”, ante los presentes reunidos en el Congreso.
El nuevo presidente de Argentina pidió el "aporte" de la población para gobernar los próximos cuatro años porque "los desafíos son enormes", en su primer discurso ante el Congreso. En su primer mensaje como jefe de Estado, llamó a la unidad de los argentinos y pidió la colaboración de todos los sectores, consciente de que no tendrá mayorías propias en el Parlamento y buscará un acuerdo de gobernabilidad con sectores de la oposición.
En su discurso inaugural de 25 minutos, el ex presidente del club de futbol Boca Juniors de 56 años, convocó a la unidad nacional, condenó la corrupción, prometió una justicia independiente "sin jueces militantes" y advirtió que los enormes desafíos no se resolverán de la noche a la mañana.
"Cuento con ustedes para gobernar, necesito de su aporte, que nos marquen nuestros errores porque sabemos que no somos infalibles", declaró ante la Asamblea Legislativa, en la que estuvieron ausentes la mayoría de los diputados del Frente para la Victoria (FpV) kirchnerista.
Macri remarcó que "Argentina es un país con enormes diversidades, estas deben integrarse en un país unido en la diversidad".
"Necesitamos el aporte de todos, de los que se sienten de izquierda y de los que se sienten de derecha, de los peronistas y los antiperonistas. Esto puede sonar extraño después de años de enfrentamientos inútiles", declaró.
"Hemos vivido muchas divisiones, la confrontación nos ha llevado por caminos errados", sostuvo. "Tenemos que sacar el enfrentamiento del centro de la escena y poner en ese lugar al encuentro, el desarrollo y el crecimiento", afirmó.
Macri, de 56 años y ex alcalde de la ciudad de Buenos Aires, subrayó que sus ideas centrales son "pobreza cero, derrotar el narcotráfico y unir a los argentinos". También abogó por combatir la corrupción, impulsar la independencia de la Justicia, desarrollar una educación de calidad e inclusiva, universalizar la asistencia social.
Al acto de investidura no asistió su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015), quien se recluyó hoy en su residencia privada en Buenos Aires, tras la tensión que caracterizó el proceso de transición con su opositor. Tampoco acudió la mayoría de legisladores peronistas.
Un fallo judicial inédito por el desacuerdo sobre el traspaso estableció que el mandato de Cristina Fernández cesaba el miércoles a las 23:59 horas locales.
Asistieron al acto los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Michelle Bachelet; Colombia, Juan Manuel Santos; Ecuador, Rafael Correa; Paraguay, Horacio Cartes; Perú, Ollanta Humala; y Uruguay, Tabaré Vázquez. También estuvo presente el ex rey de España Juan Carlos. La mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, llegó minutos más tarde.
"Un mensaje a nuestros hermanos de América y el mundo: tenemos una visión nueva de la política. Sin prejuicios ni rencores, creemos en la integración de América Latina y el mundo, queremos la unidad y la cooperación", les dijo.
El nuevo presidente prestó juramento minutos antes de la hora prevista en el protocolo y luego se trasladó hacia la Casa Rosada asomado a la puerta de la camioneta que lo llevó para saludar a los ciudadanos congregados con banderas celestes y blancas.
Está previsto que Macri reciba los atributos presidenciales -la banda y el bastón de mando- del presidente provisional del Senado, ya que Fernández de Kirchner desistió de hacerlo, quebrando una tradición vigente desde el regreso de la democracia en 1983.