María golpea con fuerza también a Trump por su lenta respuesta en Puerto Rico

Internacional
/ 30 septiembre 2017

El mandatario se ha enfrentado a tres devastadores huracanes en un mes y la sensación es que mientras se volcó con Texas y Florida, a Puerto Rico, Estado libre asociado a EU lo ha dejado desatendido en comparación con los otros dos.

La incapacidad de la administración Trump para ayudar a los estadounidense en Puerto Rico con la misma urgencia que a aquellos en Texas y Florida fomenta la triste sospecha de que el dispar tratamiento tiene menos que ver con la logística que con la lengua y el color de la piel"...

María golpea con fuerza también a Trump por su lenta respuesta en Puerto Rico
El primer tuit que Donald Trump dedicó a Puerto Rico llegó el lunes por la noche, cinco días después de que el huracán "María" arrasara la isla. Y en vez de mostrar solidaridad con sus 3.4 millones de habitantes, que son ciudadanos estadounidenses, habló de las malas infraestructuras y de la deuda que acumula un territorio en bancarrota.

El fin de semana lo había pasado tuiteando una y otra vez sus ataques contra los jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) que protestaban contra él durante el himno nacional previo a los partidos después de que el viernes hubiera llamado "hijos de puta" a los deportistas negros que llevaban tiempo hincando la rodilla en el suelo en contra del racismo.

"El presidente Trump, tan visible cuando golpearon 'Harvey' e 'Irma', ignoró la devastación que 'María' llevó a Puerto Rico, dedicando más atención al respeto a la bandera en los partidos de la NFL", escribió esta semana en "The Washington Post" Dana Milbank. El columnista no es el único en verlo así. La crítica a Trump por su reacción frente a la devastación en Puerto Rico fue creciendo con el paso de los días.

El mandatario se ha enfrentado a tres devastadores huracanes en un mes y la sensación es que mientras se volcó con Texas y Florida, a Puerto Rico, Estado libre asociado a Estados Unidos, lo ha dejado desatendido en comparación con los otros dos.

"María", el peor huracán que ha atravesado la isla caribeña desde 1929, la ha arrasado. Dieciséis personas murieron por el impacto del ciclón, que ha dejado daños materiales incalculables.

Cerca de la mitad de los puertorriqueños carece ahora mismo de acceso a agua potable. El acceso a los alimentos es también extremadamente limitado, igual que a la asistencia sanitaria y a cobijo. La red eléctrica está arrasada y la isla podría estar sin energía durante meses. Tampoco se consigue combustible.

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La Casa Blanca ha intentado afrontar las críticas alegando que la situación geográfica de Puerto Rico complica la logística. "Es una isla en la mitad del océano", dijo Trump el martes. "No se puede llevar camiones desde otro estado".

"La incapacidad de la administración Trump para ayudar a los estadounidense en Puerto Rico con la misma urgencia que a aquellos en Texas y Florida fomenta la triste sospecha de que el dispar tratamiento tiene menos que ver con la logística que con la lengua y el color de la piel", sostenía el columnista Milbank al cerrar su artículo, arrojando una nueva sombra de racismo sobre el mandatario.

La celeridad en declarar Texas, Florida y Puerto Rico como zonas de desastre para poder ordenar el envío de ayuda federal fue la misma en los tres casos, el mismo día en el que tocaron tierra los huracanes. Pero la preocupación expresada y las formas han sido distintas.

"Si no toma esta crisis en serio, este será su 'Katrina'", dijo Nydia Velázquez, congresista demócrata por Nueva York, donde vive la mayor parte de puertorriqueños fuera de la isla. Velázquez pidió este jueves al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que legisle urgentemente la liberación de fondos para la reconstrucción.

La tardanza en responder al hucarán "Katrina", que devastó Nueva Orleans en 2005, generó al presidente George W. Bush una importante crisis. Trump intentó evitar que eso le ocurriera a él cuando "Harvey" azotó Texas y cuando "Irma" golpeó Florida.

El mandatario se desplazó con rapidez a esos lugares: al cuarto día, en ambos casos, estaba allí. Cuando el próximo martes visite Puerto Rico, habrán pasado casi dos semanas desde que llegó "María". En este tiempo ya han estado allí, entre otros, el senador republicano Marco Rubio; el alcalde de Miami Beach, el demócrata Philip Levine; y el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott.

El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, se refirió al huracán "Katrina" para explicar la dimensión del desastre que "María" ha dejado en su isla. Solo a ese ciclón de 2005 es comparable el que ha azotado Puerto Rico, dijo. El gobernador habla de crisis humanitaria.

Durante una entrevista televisada esta semana, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, se echó a llorar ante la devastación. "Es una situación de vida o muerte", manifestó.

Pese a que Puerto Rico llevaba días pidiéndolo para acelerar la llegada de ayuda humanitaria, Trump no levantó hasta este jueves temporalmente la denominada Jones Act, una legislación centenaria que exige el empleo de barcos de bandera estadounidense entre puertos marítimos del país.

"No estoy segura de que Trump sepa que los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses", había dicho unos días antes la demócrata Hillary Clinton ante la postura del presidente. Según una encuesta publicada por "The New York Times", el 46 por ciento de los ciudadanos no lo saben.

Puerto Rico, que políticamente es un Estado Libre Asociado a Estados Unidos, ha estado bajo control estadounidense desde 1898. Desde 1917, los ciudadanos nacidos allí son ciudadanos estadounidenses. Sus 3.4 millones de habitantes superan a los de más de una veintena de estados norteamericanos continentales.

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