Miles de mujeres en Saltillo salen a las calles para exigir freno a la violencia
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Feministas, estudiantes, discapacitadas, activistas, funcionarias y niñas, salieron a las calles unidas en un solo clamor: exigir alto a la violencia
Movidas por el hartazgo hacia la violencia contra la mujer y coreando la consigna: “Mujer escucha, esta es tu lucha” y “Ni una más”, cientos de mujeres de colectivos feministas, estudiantes, amas de casa, funcionarias públicas, integrantes de asociaciones civiles, tomaron las calles del Centro Histórico para exigir justicia y alto a la violencia de género.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, colectivos feministas, asociaciones civiles en favor de la mujer y saltillenses portando pañuelos y prendas moradas, también exigieron justicia por las que ya no están.
El punto de reunión fue la Plaza Nueva Tlaxcala, en donde madres con sus bebés en brazos, acompañadas por sus abuelas, mujeres con alguna discapacidad, en sillas de ruedas, niñas y adolescentes, comenzaron a reunirse en punto de las 15:00 horas.
Mientras esperaban la hora de partida, artistas realizaron el llamado Mural Feminista, en donde plasmaron el símbolo feminista que ha enmarcado el movimiento desde el inicio, y posteriormente algunas mujeres comenzaron a dejar mensajes de apoyo a quienes enfrentan situaciones de violencia o de riesgo.
Al filo de las 16:40 horas el contingente, en el que no se le permitió la participación de ningún hombre, comenzó su recorrido por la calle Allende encabezado por madres, hermanas e hijas de mujeres muertas a manos de feminicidas, que pedían justicia y castigo para su agresores.
Un cerco que las “compas” realizaron con hilos morados y rosas, delimitó el espacio del contingente para evitar que, tanto hombres de la prensa como espectadores, se colaran a la marcha, pues con anterioridad se advirtió que sería un movimiento separatista, a petición de las participantes.
Las cientos de mujeres caminaron sobre la calle Victoria, abanderadas con los rostros de las que ya no están y por las que al unísono exigían: “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”.
“Cantamos sin miedo, pedimos justicia, gritamos por cada desaparecida. Que retumbe fuerte: nos queremos vivas; que caiga con fuerza el feminicida”, asimismo, se escuchó en las calles a la redonda la “Canción sin miedo”, himno de lucha escrito por Vivir Quintana, cantautora originaria de Francisco I. Madero, Coahuila, quien junto con Mon Laferte y 40 músicas más lo interpretaron en el Zócalo capitalino horas antes en la Ciudad de México.
Con éste y otros cantos, continuaron por la calle Purcell y se incorporaron a Aldama para continuar su recorrido por Allende, y así concluir en el punto de partida: la Plaza Nueva Tlaxcala.
El recorrido, en todo momento pacífico y sin un solo registro de violencia, tal como señalaron que sucedería en rueda de prensa los colectivos feministas, regresó a la explanada de la plaza, donde ya las esperaba un grupo de mujeres que habría colocado el “Muro de la vergüenza”, en donde se denunciaron de manera anónima los rostros de los agresores.
EL TENDEDERO DE LA VERGÜENZA
También llamado “Tendedero del acoso”, plasmó las historias de algunas mujeres que, por miedo a represalias no se atreven a denunciar de manera formal. Entre los señalamientos de este “Metoo”, se contaban las desgarradoras historias de mujeres que fueron abusadas sexualmente durante años por sus allegados; abusos de poder y hostigamiento por parte de funcionarios públicos y otros más de la iniciativa privada, así como periodistas que cometieron abusos contra sus compañeras.
Las asistentes que permanecieron el resto de la tarde en la Plaza Nueva Tlaxcala, se pronunciaron en contra de cualquier abuso que vulnere los derechos y la integridad de las mujeres; algunas más, madres de familia y mujeres embarazadas realizaron un baile, mientras que otras montaron un performans en honor a las mujeres que murieron en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist, en Nueva York.
Finalmente, el nuevo himno feminista fue coreado por las cientos de asistentes y simultáneamente el agua de la fuente conocida como el Monumento a la Fundación de la Nueva Tlaxcala, se tiñió de rojo. Al caer la noche edificios como el Palacio del Congreso del Estado, el Palacio de Gobierno y otros más se iluminaron de color morado.
