‘Mujeres sin cuello’, ¿de qué careces tu?

Vida
/ 20 mayo 2016

El texto de Carlos Iván Córdova narra la historia de dos mujeres que con sus respectivas carencias, se envuelven en una historia de víctimas y victimarios

La obra de teatro ‘Mujeres sin cuello’ es un crudo reflejo de que sin importar que nuestro cuerpo esté completo, a todos nos falta algo.
Mili es una adolescente que no tiene ni manos ni piernas y por ello su madre y su tía la encierran en su habitación mientras llevan a cabo una elegante fiesta a las afueras de su prisión.

Ese mismo día Amelia, la nueva enfermera, comienza a aprender las dificultades de atender a la joven que sufre un pavor terrible por las moscas (no soporta todo lo que le dicen) y tiene una obsesión por los palíndromos.

Ambas han aprendido a observar el mundo desde ángulos distintos; desde su cama, Mili sabe sobre el amor por el enfermero que la manoseaba y de las personas, porque tiene mucho tiempo de observarlas. 

Amelia sólo sabe que sufre por el ‘pirujano dental’ que tiene días rechazando sus llamadas pero que cuando le prestó atención la hizo sentir que por primera vez, alguien la amaba honestamente.

Ella trata de realizar bien su trabajo, entender las carencias de Mili y controlar sus arranques de ira, pero su paciente, obsesionada por contactar con su padre que hace años no ve pero que prometió llevársela con él a Italia, comienza a usar su inteligencia para lograr sus cometidos a través de la enfermera. 

Es así como ambas se sumergen en un vicioso círculo víctima victimario que asciende con sus inseguridades, sus debilidades y sus carencias en el montaje realizado por Proyecto Finisterre Teatro, con las actuaciones de Sonia Barrera como Amelia y Siddhartha Galván como Mili, bajo la dirección de José Luis Zamora.

 Zamora aseguró que el trabajo de un director y actor de teatro consisten en permanecer en búsqueda constante de propuestas estéticas que resulten interesantes para sí mismos. 

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Fue así como dio con el texto original de Carlos Iván Córdoba, que de inmediato lo llevaron a pensar en maneras de expresar el contenido de ‘Mujeres sin cuello’, a su manera. 

“Contacté con el autor y le pregunto dónde lo puedo conseguir. El me dijo que ya había un texto de cerca de 60 páginas que me ofrecía para revisarlo”, señaló para Vanguardia el director. 

Aunque las proporciones del texto propician una obra de entre una hora y una hora y media, Zamora señaló que pronto quedó sorprendido por el texto y decidió montarlo tal cual,  a la par de otras puestas del mismo que hay actualmente en la Ciudad de México y Hermosillo.

Mili y Amelia son dos personas con características muy específicas, por lo que puso en manos de las dos actrices el peso de cada personaje por confiar en distintos aspecetos en cada una de ellas. 

Mencionó Zamora que conoce a Sonia desde tiempo atrás y que como actriz tiene muchas cualidades cuyos alcances histriónicos le permiten hacer cosas maravillasas en escena.

“Para mi fue una decisión muy natural,  en este caso la pieza que de pronto toma el humor negro y de pronto se va de lleno al drama, le vino ideal”, dijo. 

Por otro lado se encuentra Siddhartha, con quien Zamora trabajó previamente cosas como lecturas dramatizadas, de poesía y un par de montajes previos.

“Confié mucho en su voz, en su lenguaje corporal pero sobre todo en su mirada. Mili es su mirada y su mirada es la de Mili” aseguró.

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Recientemente, Zamora tuvo una experiencia con un familiar que se vio en la necesidad de recibir apoyo al comenzar a perder sus habilidades motrices.

“Quizá esto me haya llevado a buscar el texto de manera inconsciente. Para mi fue sencillo explicar esto que ya había vivido y ponerlo en la situación de Milagros, el cómo hacer que el público entre en el juego de la conversión de que esta actriz que no tiene discapacidad, pueda creerlo y sostener la ficción”, señala el director.

Además de valerse de un fondo oscuro, guantes y medias negros, el personaje de Mili requiere además una gran producción a su alrededor, como el diseño de una cama móvil para apoyar a Sonia, quien se encuentra en su séptimo mes de embarazo y realiza movimientos como subir sillas y cargar a Mili.

“Esto habla del gran profesionalismo de Sonia, es decir nosotros queríamos ponerla en septiembre para que no hubiera ningún problema y ella dijo que no, y efectivamente, con el permiso del médico si fue posible”, aseguró.

La temporada que se inició el pasado sábado, tendrá lugar en la Escuela Profesional de Danza del Estado y continuará sus funcione los próximos 21, 22, 28 y 29 de mayo.

“Como Finisterre Teatro hemos procurado siempre utilizar espacios alternativos, no solamente los espacios teatrales donde comúnmente la gente sabe que hay funciones”, dijo. 

Es así como han llevado a cabo obras en sitios como bares, escuelas, plazas e incluso una iglesia, apropiándose con el teatro de los distintos espacios.

“Nos aplicamos a buscar este tipo de espacios aparte porque también mayo es un mes donde estamos saturados de teatro y eso es muy bueno porque la gente tiene muchas opciones para poder ir, ahorita creo que hay 12 obras en cartelera y en diferentes espacios tanto teatrales como no teatrales”, finalizó.

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