Nathan Sawaya reproduce clásicos con Lego
Río de Janeiro es la sede de la exposición ‘Art of the Bricks’, de más de 80 piezas
RÍO DE JANEIRO.- “El Grito” de Munch, “El Pensador” de Rodin y “La Gioconda” de Da Vinci, entre otras de las más famosas obras de arte del mundo, fueron reproducidas en bloques de Lego para la exposición “Art of the Bricks”, del artista Nathan Sawaya y que ha abierto sus puertas este mes en Río de Janeiro.
Más de un millón de piezas conforman las ochenta creaciones de Sawaya expuestas en el Museo Histórico Nacional de esa ciudad brasileña en una muestra que es visitada a diario porl guiño al país que acoge sus exposiciones, Sawaya también construyó una imagen del exfutbolista brasileño Pelé con 8 mil 225 bloques de Lego y con una altura de 99 centímetros, cuya composición inició en agosto pasado cuando desembarcó en Sao Paulo.
Desde excursiones de colegios a familias completas, pasando por adultos que rememoran su infancia, todos acuden a la exposición picados por la curiosidad de ver cómo lo que, de niños es un juego, puede convertirse en arte.
Natasha, una niña de cinco años que llegó acompañada por sus padres y sus abuelos, dijo haber “disfrutando mucho”, aunque Jonás, su padre, reconoce a EFE ser el culpable de la excursión familiar, pues a todos les gusta el Lego, pero “principalmente” a él.
También Thaíni, consultora de 29 años, quiere quitar la etiqueta de que la exposición sea infantil, pues asegura que tenía “mucha curiosidad por ver algo distinto del arte”, y opina que “al tratarlo de otras formas, acabas aproximando a la gente que no tiene tanto trato con el arte”.
Y no solo son los adultos los que celebran ver el arte de una manera peculiar, pues sorprende la madurez con la que Joao, “portavoz” de un grupo de estudiantes de diez años, asegura que están fascinados por “ver cosas nuevas que nunca podríamos haber imaginado que se podían hacer”.
Entre otras cosas, a lo que se refiere Joao es a lo mismo que Logan, de siete años, quien ha salido asombrado por el dinosaurio y sus ochenta mil piezas, la mayor obra de la exposición.
“Me ha parecido muy creativo”, resume Logan, a lo que añade su hermana Jasmine, de nueve años, que “lo interesante es que está todo hecho de Lego”.
Además del dinosaurio, los visitantes disfrutan especialmente con la última sala, en la que se exhiben reproducciones de las mayores obras de arte de la historia, desde las esculturas de la “Venus de Milo”, hasta el “David” de Miguel Ángel.
En la muestra también destacan una reproducción de la pintura del techo de la capilla Sixtina, igualmente obra de Miguel Ángel, y una del cuadro “El Beso”, de Klimt, formado por casi 20 mil piezas.
Thaíni dice sentir debilidad por la reproducción de “El Grito”, de Edward Munch, ya que, “hasta tiene volumen, está en tres dimensiones”.
Una vez terminada la visita, lo que queda claro es que la exposición fascina tanto a los ojos de un niño como a los de su padre, ya quieran unos recrear aún más su infancia o, los otros, revivir esas construcciones que elaboraban pero que apenas superaban los veinte centímetros de altura.