‘Panamá Papers’; ¿la punta del iceberg?

Politicón
/ 4 abril 2016

Tanto a jorge torres como a Javier villarreal les han confiscado millones de dólares que les fueron detectados en cuentas bancarias de las bermudas

El más reciente escándalo mundial de filtración de documentos originalmente elaborados sólo para estar a la vista de un selecto grupo de ojos humanos inundó ayer los espacios informativos del mundo entero: “Panamá Papers” es el nombre con el cual se conocerá en adelante este evento que ha comenzado a salpicar manchas sobre las hojas de vida de personas de todo el mundo, de todos los estratos sociales y dedicadas a prácticamente cualquier actividad.

Políticos, en primer lugar, la lista de nombres vinculados a las operaciones realizadas desde la sede de la firma Mossack Fonseca, con base en Panamá, es extensa y variada: en ella caben lo mismo estrellas de cine que renombrados deportistas, empresarios de diversos giros e individuos vinculados a los círculos del poder en múltiples países del mundo.

¿Qué servicios prestaba —o presta— la firma panameña al selecto listado de sus clientes? Uno de los que mayor auge ha cobrado a partir del advenimiento de eso que llamamos globalización: el ocultamiento de capitales cuyos propietarios no desean “llamar la atención”.

La utilización de “paraísos fiscales” por parte de políticos, empresas y delincuentes no es nueva, desde luego, pero la globalización ha traído consigo un crecimiento en el número de personas que requieren de este tipo de “servicios” a fin de poner sus capitales “a buen resguardo”.

A los coahuilenses, por ejemplo, no nos hace falta ir muy lejos para encontrar ejemplos cercanos a nuestra realidad actual. 

Tanto a Jorge Torres López como a Javier Villarreal Hernández les han confiscado millones de dólares que les fueron detectados en cuentas bancarias de las Bermudas, uno de los paraísos fiscales caribeños.

No cabe pues la sorpresa frente al torrente de información que comienza a salir a la luz tras la filtración de más de 11 millones de documentos extraídos de la firma panameña Mossack Fonseca.

Lo que sí cabe es preguntarnos con seriedad sobre las acciones que las autoridades van a emprender para averiguar si detrás de las operaciones realizadas por el apoyo de la referida firma se encuentran actividades ilegales y, en todo caso, de qué tipo serían.

Porque la revelación de los “papeles de Panamá” no es sino la enésima evidencia de que la corrupción constituye uno de los problemas más extendidos en el mundo y que el andamiaje legal construido para teóricamente combatirla simple y sencillamente ha resultado ineficaz en dicho propósito.

En tiempos del expresidente Vicente Fox, las revelaciones del fin de semana anterior constituirían el ambiente perfecto para ir tras los “peces gordos” cuya captura se prometió repetidamente.

Hoy, con los políticos de todos los signos ideológicos hablando sobre la necesidad de combatir eficazmente la corrupción en México, la revelación de los documentos provenientes de Panamá tendría que aprovecharse para hacer algo al respecto.

Habrá que ver.

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