Pepenadores de basura en Saltillo, en inminente riesgo de contraer coronavirus, los riesgos de trabajar en el basurero
Sin ninguna protección decenas de personas laboran en el relleno sanitario, donde no existe ningún protocolo que garantice su salud
Adicional a las enfermedades gastrointestinales y respiratorias que padecen continuamente ante la inhalación de olores y gases que expiden montañas de basura en el relleno sanitario, decenas de pepenadores se exponen de forma directa al contagio del coronavirus.
Cada mañana, sin importar los intensos rayos del sol, decenas de pepenadores bajan hasta el fondo del relleno sanitario para escarbar entre la basura, en busca de cartón, plástico, vidrio y aluminio para ganarse la vida.
Abren, con ayuda de un cuchillo, sin guantes ni cubrebocas, las bolsas que arrojan los camiones recolectores que recogen en todas las colonias, para encontrarse con residuos de comida, papel de baño o basura común, revueltos, incluso animales muertos, excremento o frascos quebrados, donde solo un par de botellas les sirven.
Sin embargo, hasta el momento ningún protocolo de seguridad o prácticas de mejora han sido implementados para este sector de la población, quienes se exponen de forma directa a los residuos de personas infectadas que permanecen en su casa, generando basura que podría trasladarse hasta su sitio de trabajo.
“La permanencia del virus en los materiales que conforman los RSU los convierte en un posible eslabón en la cadena de transmisión epidemiológica, siendo muy probable en una fuente adicional de riesgo para todos los involucrados en su manejo”, cita el documento.
Sin embargo, los pepenadores caminan rodeados de moscas, envolturas, pañales, desperdicios y demás basura cargando un costal para depositar el material que recolectan y después venderlo “en el kilo”, obteniendo ganancias de entre 200 y 500 pesos al día, pues es su única fuente de ingreso.
“Ni modo de que no venga uno a trabajar, pues y luego qué comemos, además ya si no nos mató otra cosa aquí no nos va a dar el coronavirus”, expresó Hilario Martínez, de 42 años, quien no cuenta con ninguna de las medidas de seguridad para protegerse, como cubrebocas, careta o guantes que los prevenga de cualquier bacteria.
Este pepenador asegura que al menos un cubrebocas, guante, gasa y hasta una jeringa se encuentran a diario al destazar las bolsas que recolectan los camiones de basura en las colonias de Saltillo, pero es un riesgo que debe tomar “por no haber ido a la escuela”, negándose además a ser operario, pues pepenar “es un buen oficio que da de comer”, comentó.
Durante su jornada, antes reducida para evitar la aglomeración, el único cloro que ven son las botellas vacías donde pepenan, buscando su sustento diario en los desperdicios de otros; haciendo el miedo a un lado en un lugar donde no se respeta ni la sana distancia.
Recientemente trascendió la muerte de un trabajador de limpieza pública presuntamente por COVID-19, poniendo sobre la mesa los riesgos que conlleva el manejo de desechos durante la pandemia, y aunque no se tienen casos confirmados “del virus chino”, como lo llaman los pepenadores, sí hay certeza de “enfermos de gripe” que hace tiempo no acuden al basurero.
BASURA CON MARCA
Por lo que algunos trabajadores informales de este oficio pidieron a la población separar la basura ahora más que nunca y rociar desinfectante o cloro a los deshechos sanitarios y de la cocina.
“Pues sí estaría bien que le pusieran una marca porque uno no sabe de qué colonia o de quién venga la basura, sería bueno que de perdido la separaran, así uno ya no abre esas bolsas”, expresó María del Carmen Salazar, con más de 10 años trabajando en el relleno sanitario, pues asegura que hay ocasiones en que se encuentran animales muertos o excremento revueltos con material reciclable que a ellos les sirven.
Una iniciativa ciudadana circuló en redes sociales haciendo un llamado a la población sobre colocar un listón rojo para identificar las bolsas con residuos infectados y así, lo pepenadores puedan alejarse de ellos y evitar abrirlas.
“De la manera más atenta, los empleados de limpieza pública y recolectores de basura piden que las familias que tengan un enfermo de COVID-19, separen la basura de su enfermo, la coloquen en una bolsa amarrada con listón rojo y la rocíen con un desinfectante.
“Por favor, hay que apoyarlos para que puedan cumplir con más eficiencia su trabajo, pero sobre todo cuidarlos porque son humanos igual que nosotros que necesitamos de ellos”, circuló en redes sociales para dar voz a la petición de los trabajadores de limpieza y pepenadores.
Mientras que una iniciativa social en redes social intenta hacer el llamado a la población, al menos en Saltillo, no se han implementado las prácticas ya diseñadas por autoridades federales, ni hecho señalamientos para reducir la escala de contagios a través de los residuos.
“No nos han dicho nada, lo único, es que que cuando estaba empezando la pandemia, veníamos medio turno, uno busca sus zapatos buenos o su costal para venir, no sé qué más se necesite”, agregó la pepenadora.
Prácticas como distinguir el manejo de RSU en hogares con y sin pacientes con COVID-19, entregar bolsas identificadas, la colocación de basureros exclusivos o en caso de que haya una persona enferma en el hogar pedir que se dedique un bote de basura forrado de uso exclusivo para la persona enferma, son algunas acciones implementadas en países como Italia, España o Estados Unidos, sin que en Saltillo se haya activado algo así por sus autoridades.
De este modo, decenas de trabajadores de la limpieza y cientos de pepenadores a diario podrían ser infectados o reproducir una cadena donde el virus adherido a un plástico o cartón que llega “al kilo” contribuya a la ola de contagios que continúa en escala.
RECOLECCIÓN DE RESIDUOS COVID-19
La recolección de los residuos COVID-19 deberá ser atendida por un sistema de recolección especial, instrumentado de preferencia por la Guardia Civil bajo la supervisión de la Secretaría de Salud.
Estos residuos serán transportados directamente al sitio de disposición final de emergencia asignado, sin mediar ningún tipo de transferencia.
Los vehículos empleados para este servicio serán cerrados, con sistema de descarga rápida y sin mecanismos de compactación que pudieran desgarrar las bolsas y dispersar su contenido.
Los trabajadores de este servicio deberán contar con una insignia que los identifique.
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