Prêt-à-porter Emojis, diamantina, gatos y ParÍs
París vuelve a ser un escenario de moda donde diseñadores como Dior, Chanel o Loewe marcarán el ritmo de la moda con una banda sonora que respira lujo
MADRID.- Además de las nuevas propuestas de las grandes firmas, la Semana de la Moda de París ha estado marcado por las idas y venidas de los diseñadores.
Entre las venidas, se encuentra el debut de Demna Gvasalia en Balenciaga, tras la despedida de Alexander Wang. Y entre las ausencias, la del diseñador de Dior, tras el anuncio del fichaje del belga Raf Simons para la casa parisina.
Y aunque no está confirmado, entre bamabalinas se habla del adiós de Hedi Slimane a Saint Laurent, pero mientras esto ocurre o no, se ha visto una gran despliegue de propuestas en París, ciudad que marca el ritmo de la moda.
El Grand Palais de la capital francesa se convirtió en un hermoso salón de costura, escenario en el que
Karl Lagerfeld presentó “Front row only”, la última colección de Chanel en la que ha vuelto a sus orígenes con una serie de largos abrigos, plumones deportivos y mucho rosa y tejidos metalizados.
Una colección cargada de tweed, como no podía ser de otra manera, el tejido estrella de Mademoiselle Coco, que inunda trajes de chaqueta y faldas en siluetas largas y rectas, pero también accesorios, como unas botas de estilo hípica, con una apertura a la altura del tobillo.
Especial importancia tomaron los tejidos metalizados que vistieron de arriba a abajo las prendas o detalles concretos a base de puntadas de hilos brillantes.
La histórica “maison” contrasta el estilo urbano y el campestre con numerosos accesorios, además de las botas, que recordaron a los tradicionales complementos de hípica: la prenda fetiche del desfile fue un sombrero de caja baja con reminiscencia ecuestre, en tweed y en piel.
STELLA McCARTNEY, COMODIDAD Y SENSUALIDAD
La comodidad y sensualidad están presentes en las propuestas para el próximo otoño-invierno 2016-2017 de la diseñadora británica Stella McCartney.
“Teníamos elementos que habían estado presentes en varias de nuestras colecciones. Queríamos recuperarlos, renovarlos y ponerlos todas juntas en un desfile”, explica McCartney.
Abrigos en tejido vaquero con efecto 'tie-dye' (teñido de una tela anudada) o anoraks de colores que combinaron con vestidos de seda confeccionados con plisados y transparencias.
La colección tomó un aire divertido, e incluso infantil, en algunos monos y jerséis de punto con volantes en torno al cuello, en ocasiones estampados con el dibujo del cisne que también se apoderó de accesorios, concretamente de maxi pendientes de formas geométricas en colores vivos.
Más clásica aunque también rica en volúmenes es la colección de Giambattista Valli, que apuesta por estampados floreados, transparencias y vestidos. así como por faldas de corte recto por encima de la rodilla.
Prendas con aires románticos cargadas de volantes o cinturones con lazada alrededor de la cintura sobre maxi vestidos plisados.
Valli acierta con la combinación abrigos y vestidos del mismo estampado en un efecto, sin embargo, sofisticado y, al contrario de lo que podría parecer, muy discreto.
Y de moda italiana a uno de los emblemas de la costura francesa con la diseñadora Nadège Vanhée-Cybulski, que cumple ahora un año en la “maison” Hermès, una referencia del lujo y clasicismo, que busca reflotar la marca para que permanezca en el siglo XXI como el icono que es.
Hermès propone siluetas minimalistas con jerséis “oversize” que se superponen a faldas evasé a media altura de la pierna, hasta donde llegan las botas de piel que propuso la firma.
En una gama de colores neutros como camel, blanco y gris claro, destacaron algunas pinceladas de color, como un brillante azul y un tono menta.
Mangas amplias en jerséis y abrigos, que cubren incluso la mano, y cinturones marcando la cintura, ya sean estrechos o en tamaño maxi, de estilo gladiador.
¿EL ADIÓS DE HEDI SLIMANE A SAINT LAURENT?
El adiós de Hedi Slimane a Saint Laurent parece más cerca que nunca después de la celebración del desfile celebrado en una residencia privada de la conocida Rue de l'Université de París.
Tan solo se oía la voz del narrador que presentaba los “looks” como se hacía en los comienzos del prêt-à-porter: “número uno”, “número dos”, etc.
En esta ocasión no hubo rock de fondo y la colección se ciñó mucho más a los esquemas de la “maison”, con un maquillaje de marcados labios rojos y un profundo ahumado de sombras negras en los ojos.
En una tónica de años 80, apuesta por dramáticas y exageradas hombreras, lentejuelas en pantalones pitillo y colores metalizados. La colección llevó la firma de Slimane, cuya salida de la firma queda, tras la extraña organización de este desfile, prácticamente confirmada.
También hizo gala de espíritu creativo y amor por la moda el diseñador colombiano Esteban Cortázar, que presentó una colección concebida para una mujer cosmopolita, basada en la oposición de las ideas “libertad y restricción”, un concepto que se adaptó a las telas en este desfile.
“Los pantalones anchos y acampanados reflejan libertad, mientras que en el cuerpo, el cuero mantiene la idea de una armadura pero de una forma lujosa y elegante”, describe Cortazar al finalizar el desfile.
En su colección reina la idea del lujo urbano con pantalones “glitter”, además de unos espectaculares vaqueros anchos cortados en torno a la cintura en la parte trasera, mostrando de forma sensual parte de la espalda.
“Mi ropa está creada para una mujer atrevida, que está lista para lo que viene y siempre, siempre muy sensual”, recalcó Cortázar.
A pesar de su juventud, el colombiano lleva una larga carrera a sus espaldas aunque siempre hay una primera vez: en esta ocasión se atrevió con los volúmenes, algo nuevo para él, explorando nuevas siluetas.
EL DEBUT DE DEMNA GVASALIA EN BALENCIAGA
El diseñador georgiano Demna Gvasalia presentó su primera colección al frente de la firma Balenciaga, posiblemente el desfile más esperado de la semana, en el que trató de aunar su amor por la moda urbana con la tradición “couturier” de la famosa “maison” del modista vasco.
Gvasalia tomó las riendas de la firma el pasado mes de octubre después de la despedida de Alexander Wang, cuya relación con Balenciaga no llegó a cuajar.
A sus 34 años, el diseñador, nacido en Georgia y formado en Alemania, propone un estilo moderno con anoraks y cazadoras deportivas, chaquetas en piel estilo “biker” y abrigos forrados con piel de borrego que se llevaron abiertas y caídas por los hombros.
Las faldas en lana, lisas y estampadas, terminan por debajo de la rodilla, combinadas con altas botas de piel y camisas masculinas sin planchar, sello de Gvasalia.
Elie Saab hizo una oda a la libertad y al estilo bohemio con una colección rica en tejidos y de prendas fáciles de llevar. Este libanés puso el peso de la colección en una mezcla de estampados, encajes y bordados, detalles propios del estilo de la firma, que esta vez tomaron formas de flores en tonos rojos y violetas.
Faldas y vestidos fueron las piezas más lucidas sobre la pasarela, en un estilo de inspiración años 70, combinado con botas mosqueteras en ante, con lazadas en la parte trasera y de tacón no muy elevado para el día a día.
Dior revisó la moda de los años 40 añadiendo accesorios de última tendencia, en un desfile cargado de inquietudes ante la ausencia de un diseñador confirmado, después de que Raf Simons dejara la firma el pasado mes de octubre. Los suizos Serge Ruffieux y Lucie Meier, directores del equipo artístico, fueron los encargados de volver a dirigir la colección, donde destacaron abrigos ajustados en la cintura y sofisticados cuellos abiertos, aunque los accesorios se llevaron gran parte de la atención. Pendientes y piercing cubrían casi la totalidad de las orejas de las modelos que desfilaron con el pelo recogido y gafas de sol opacas con estampados. Se espera que la “maison” aproveche estos días para discernir el futuro de su dirección creativa, que podría quizás quedar en manos del dúo suizo.
TRADICIÓN, EL SELLO DE LOEWE
Tradición, innovación, diseño y arte en las últimas propuestas del británico Jonathan Anderson para Loewe, que sigue trabajando en la nueva concepción de la marca manteniendo el lujo y la artesanía, pero apostando al mismo tiempo por introducir símbolos de la cultura actual que pronto se convertirán en iconos de moda. "Quería hacer una colección silenciosa y sofisticada reflexionando sobre la idea de lo que se entiende por 'cool' en estos días, ¿qué es 'cool'?", se preguntó tras el desfile
Anderson, para quien "la ropa necesita tomar su tiempo", ya que es algo que se aprecia "con el paso del tiempo". Faldas asimétricas y vestidos marcados en la cintura fueron las piezas principales para acentuar las formas femeninas en una gama de tonos crudos, algo de negro y varios "total color block" en violeta y rojo caldero. Como no podía ser de otra forma, los accesorios tuvieron un espacio excepcional en esta colección, con unos curiosos bolsitos en napa con la cara de un gato colocados al cuello como collares y talismanes de la suerte, que prometen convertirse en éxito de ventas en otoño.