Recuento 2019: Artes Visuales. Controversias y nuevos espacios
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El 2019 quedó marcado por la controversia de la obra de Mercedes Aqui y el cambio de administración que suscitó, pero también se crearon espacios para exposiciones
Presencia del MUDE
Contrario a años pasados el Museo del Desierto tuvo mucha más actividad no solo en su galería de exposiciones temporales del Pabellón 2, donde ocasionalmente presentan alguna exposición pequeña, sino en la galería más grande, con cuatro importantes muestras.
El 2019 inició con “Desierto Complejo” una aproximación multidisciplinaria al ecosistema en que vivimos , realizada en colaboración con la Universidad Autónoma de Coahuila, seguida de Modos de Ver, traída por la Fundación BBVA y Objeto Animal de la Asociación de la Plástica de Garza García, dos colectivas que exploraron la contemporaneidad.
El año cerró como anfitrión de la muestra inaugural y presentación de Tulaa, plataforma de comercio digital de arte, cuyo lanzamiento se retrasó casi dos semanas pero la exposición mostró la calidad de sus integrantes y se extendió hasta enero.
Un CECUVAR muy activo
También aumentó su actividad en artes visuales con respecto a años pasados. El Centro Cultural Vito Alessio Robles, además, cumplió 20 años y lo celebró compartiendo el arte de Emilio Abugarade, Armando Meza, María West, Carla Thomsen y Jesús Roberto Ramos, además fue sede del homenaje a Electa Arenal que organizó la SC.
Albricci anuncia renovación
Este año la Galería Albricci vio el nacimiento del Colectivo 01-800, esfuerzo independiente nacido en el seno de la EAP —quienes además tuvieron otra exposición a mediados de año en el Museo de las Aves— pero fuera de esto continuó más que nada con sus exposiciones multimedia en el espacio del Baricci.
En meses recientes lo que antes fue la galería ahora es ocupado por una tienda de regalos y artesanías pero en redes se ha anunciado que el espacio para difusión y comercialización del arte local no ha muerto y pronto tendrá un nuevo hogar.
Casas de gestión por la cultura
Este año destacaron dos casas de gestión de diputados locales que le dieron su espacio al arte. Primero fue Diego del Bosque quien recibió la obra de Alejandro Cerecero con “Hitos y Mitos” en febrero y más adelante, en septiembre, con “Hay un tigre en la casa” de Criss Poulain, seguida de la exposición póstuma de Adriana Villanueva “Viva la vida” en el recinto de Claudia Pineda.
La UAdeC mantiene su oferta
Desde la Coordinación de Difusión y Patrimonio Cultural de la UAdeC las ofertas en materia de pintura no pararon tampoco, con muestras colectivas e individuales en las infotecas del estado, así como en sus recintos del patrimonio cultural universitario Banco Purcell y Aurora Morales y en la galería de la Academia Interamericana de Derechos Humanos.
Además de esto, desde la Escuela de Artes Plásticas se gestaron proyectos como una exposición por el centenario de la Bauhaus, varias colectivas y se presentó el trabajo de investigación de sus docentes en torno a un códice mexica encontrado en Cadiz, España, que podría arrojar más luz sobre los primeros años del mestizaje en la Colonia.
Cambios en el MAG
El Museo de Artes Gráficas comenzó el año con exposiciones como Trayectoria Ombligo-Lunar y celebró siete años de vida con seis exposiciones: Volta, de Monica Leyva, Vacío Tropical de Nicole Francy, Triángulo Interior de Floria González, Liados, gráfica de la colección de Kirk Clark, Obra Negra de Joao Rodríguez y Abismarse, donde dialogaron piezas del acervo del museo y de artistas contemporáneos.
Además también se presentó el trabajo de las Residencias Curatoria Forense que trabajan en Sudamérica y el de Daril Fortis y Eduardo Lozano.
No obstante, luego de que se expusiera el trabajo que la artista francesa Garance Maurer realizó en colaboración cuatro artistas mujeres de la ciudad, como parte de una residencia de la Alianza Francesa, la pieza que Mercedes Aqui creó, donde supuestamente atentó contra el patrimonio paleontológico de la región, el MAG y la Coordinación de Artes Visuales estuvieron en el ojo del huracán.
Todo esto llevó a la renuncia de Olga Margarita Dávila y el ingreso de Edith Leija en su puesto, quien presentó desde ahí la obra Curupira de Felix Blume, artista sonoro que también de manera presencial habló sobre su trabajo.
Bajo su administración, como parte del Julio Torri, también inauguró las exposiciones aún vigentes de Darío Castillejos y Roy Carrum, además de que trajo a la ciudad Los Caprichos de Goya, en un evento histórico y se llevó a cabo la premiación y exposición del Premio Nacional de Fotografía Los Derechos Humanos.
El arte salió a la calle
La Galería Urbana del Ateneo Fuente continuó su actividad con exposiciones como “Todas las mujeres” que presentan ejemplos de empoderamiento en el pasado y de las situaciones en cómo vivían las mujeres en otros tiempos.
Asimismo el programa de la Secretaría de Cultura de llevar esculturas al ámbito publicó también continuó con “Grandes maestros de la escultura” en Parque Centro y la Plaza Coahuila.
En este mismo sentido el centro comercial y urbano también fue sede de la pieza “Murmullos desde el vacío” de Alejandro Fuentes Quezada.
Por su parte el IMCS siguió con su producción de murales en homenaje a figuras destacadas como el propio Ferrusquilla y Pancho La Gallina bajo puentes viales de la ciudad.
Quinceaños y nuevos espacios alternativos
2019 fue un buen año para el Cerdo de Babel, el cual cumplió 15 años de vida y lo celebró en grande, con una exposición de Alejandro Cerecero —quien por su parte cumple 50 años de trayectoria— y dio cabida en sus muros, como siempre, a artistas locales, como Daniela Elidett y Adal Montes, quienes regresaron a exponer una individual cada uno después de tiempo de no hacerlo. De la misma forma se presentaron Maria Lazfer, Ariel Leviel, y Geroca, cuya muestra estará todo diciembre.
Pero con una visión similar nació este año el Oniria Resto-Bar, el cual abrió sus puertas sobre la calle de Hidalgo bajando Escobedo, con una muestra de Borers Tok Tok y expuso también el trabajo de Carlos Farías.
También vimos la creación de Casa Calviá, una residencia y galería gestionada por Adriana Cerecero, que se inauguró con obras de Rufino Tamayo, Eloy Cerecero y otros autores de talla internacional.
Rosalia Cervantes revivió su antiguo museo ahora como galería en la casona de la calle de Hidalgo antes de llegar a Ramos, donde expuso su trabajo y el de colegas como Salvador Aldape —a quien dedicó un altar tras su repentino fallecimiento—, Inés de León, Rocío Zárate, Griselda Taméz y Evaristo Gómez.
Y por si esto fuera poco, a principios de diciembre, en el marco de la Feria de Arte Centro de la EAP Casa Córdoba comenzó sus actividades como una galería y café, en la calle de Bravo antes de llegar a Juárez.
Presencia en la Bienal de Venecia
A través de la obra ‘Actos de Dios’ de Pablo Vargas-Lugo, seleccionado por el INBAL para representar a México en la Bienal de Venecia, Cuatrociénegas y el talento coahuilense figuraron en este importante encuentro de arte contemporáneo.
La pieza contó con el apoyo de todos los niveles de gobierno y será expuesta en distintos puntos del estado una vez que termine su tiempo en la ciudad de los canales.
Año flojo para el IMCS
Durante la primera mitad del año el Instituto Municipal de Cultura bajo mucho la actividades en sus recintos y galerías en cuanto a artes plásticas se refiere. Con excepción de la muestra de trabajos finales de los alumnos de la EAP en julio en Casa Purcell y el lanzamiento de la convocatoria para la Segunda Bienal de Autorretrato Rubén Herrera, tanto este lugar como el Museo Rubén Herrera, donde solo se llevaron a cabo Presagios de Georgina Chapa y una colectiva con temática de bodegón antes de dar paso a la exposición de los seleccionados de la bienal.
Sin embargo, dicho concurso estuvo envuelto en controversia, pues a pesar de que su foco es sobre el género del autorretrato la obra ganadora, de José Carlos Zubiaur, no representaba de forma alguna a su autor.
Además, la muestra ocupó el recinto desde julio hasta noviembre pasado, situación similar que ocurrió en Casa Purcell con las expos inauguradas también en el marco del Festival Internacional de Cultura de Saltillo, con los vestidos de Armando Mafud y la memorabilia de Ferrusquilla, que estuvieron por varios meses en exhibición.
En el caso del Teatro García Carillo, este celebró el aniversario de Saltillo con La Huella Magistral, una exposición de autores mexicanos en Austin, Texas, y presentó además el trabajo de Enrique Cantú y de Rafael Aguirre, inaugurada en el marco del Festival Julio Torri.
Blanco Galería rumbo a nueva etapa
Casa República busca apoyar a los artistas coahuilenses, por lo que está preparando su galería para darles difusión y comercializar su obra y este año concluyó una primera etapa de trabajo con dos exposiciones duales, en las que la curaduría fue parte clave para hacerlas eficaces.
Con “Thetys, Conexiones de memoria, territorio y paisaje” entre el trabajo fotográfico de Alfredo Esparza y los dibujos arquetípicos de Karla Rangel, Blanco Galería mantuvo su actividad durante la primera mitad del año mientras que con “Amor de Vera(no)”, en la que el diálogo sucedió entre la obra de Lilette Jamieson y Adair Vigil, lo hizo estos últimos meses, antes de dar paso a un nuevo catálogo, como lo anunciaron, para el 2020.
El año de las Residencias
Su presencia en 2018 fue silenciosa pero cuando a fin de año presentaron sus Joyas de la Corona el espacio conocido como Residencias Corona se tomó en serio su papel como gestor de la cultura en la ciudad y mes con mes propuso algo diferente para exponer, además de que continuó con su labor de albergar a artistas foráneos, como a los ganadores del Premio de Pintura y Grabado Ángel Zárraga.
Sobre sus muros se presentó el trabajo de Ramiro Rivera, Vinicio Fabila, la colección Museo Dom y hasta plantearon la muestra fotográfica con autores amateur “No soy un artista”, además de que nuevamente mostraron con orgullo las Joyas de la Corona este diciembre, con casi el doble de obra.