Rodríguez Libros: La librería de segunda mano más popular

Vida
/ 18 febrero 2018

Con la inauguración de Librería Quijote y el cierre de Educal, en VANGUARDIA nos sentamos a platicar con Rufino Rodríguez sobre su establecimiento y el estado del comercio de libros usados

“Yo creo que los lectores tienen que hacerlos los maestros y los padres de familia”, dice Rufino Rodríguez Garza quien cumplirá 22 años en julio con su local Rodríguez Libros, ubicado en Purcell frente a la secundaria Andrés S. Viesca, establecimiento conocido entre la comunidad cultural de Saltillo por ser un importante proveedor de libros usados. 

Hasta el año 2000 trabajó en la editorial Limusa. “Tiene libros de todos los niveles, desde preescolar hasta escolares, universitarios y maestrías, pero también de interés general, hasta comida y poesía. Yo trabajaba allá y ya tenía el negocio aquí”. 

“Como yo fui viajero para visitar librerías en varias partes de la República para esta compañía y algunas otras como Siglo XXI, como andaba yo en ruta, de visitar librerías, levantar pedidos y demás, me iba a la ciudad, no sé, Juárez, Morelia, y algunas otras a buscar librerías como esta, porque ahí conseguía libros para mis amigos, los traía y se los vendía”. 

“Visité librerías de Chihuahua, de Ciudad Juárez, de Michoacán, de la Ciudad de México aprovechando mi trabajo y platiqué con gentes y entonces dije: ‘cuando me jubile yo voy a ser librero de libros de ocasión, libros de segunda’”. 

Cuando empecé se estaba cerrando una librería chiquita, también de segunda, entonces le compré el stock, que eran 2 mil libros y con eso empezamos, de hecho todavía debo tener libros de esos en algún estante por ahí y ahorita tengo más de 100 mil libros. 

$!Rodríguez Libros: La librería de segunda mano más popular

Bromea diciendo que le llaman a su librería “Librería 2018”, porque compra dos mil libros y vende 18, pero comenta que se divierte mucho haciéndolo. “Aquí han venido muchos escritores, siempre vienen, desde don Roberto Orozco Melo, Javier Villarreal, Catón, Chuy de León, Pérez Cervantes”. 

Ya había dos librerías para cuando él puso la suya, una de ellas abrió sus puertas casi al mismo tiempo que Rodríguez Libros. “Una de ellas está allá por la calzada Narro, se llama Santa María. Inicialmente la mía se iba a llamar Mercado de Libros pero luego lo dejé para la egoteca como Rodríguez Libros”. 

Comentó que aunque a simple vista se vea mucho caos en su establecimiento, él tiene bien organizado y sabe dónde encontrar tal o cual libro pero “sí hay un orden en esta locura. Como estoy solo tengo que saber en dónde está todo. Tengo cien mil libros, todavía me acuerdo, pero ya cuando tenga más tendré comenzar a capturar el inventario yo creo”, expresó entre risas. 

Su siguiente plan para el local es precisamente mejorar esta organización. Está buscando un almacén donde pueda guardar parte de su inventario y así despejar un poco más las estanterías, permitiendo que todos los títulos tengan un buen espacio y no se queden algunos encerrados en cajas o apilados en el suelo, ignorados por sus clientes. 

“No busco hacer otra librería, porque no hay gente que tenga el ‘feeling’ para manejar libros o tratar a la gente, o sugerirle libros. Porque de repente te piden asesoría, gente que están haciendo tesis, trabajo, tarea, o tesina, o para un regalo”. 

Agregó que le hubiera gustado asistir a la inauguración de la Librería Quijote el sábado 10 de febrero, pero que sus responsabilidades con la Asociación Estatal de Cronistas e Historiadores el Estado tuvo que viajar a San Buenaventura. 

Rufino es un aficionado a la arquelogía y cada fin de semana se va a los parajes desérticos cercanos, en Parras, Ramos Arizpe y General Cepeda, a acampar en busca de vestigios rupestres para fotografiar. 

Sin embargo, está al tanto de que el número de librerías en Saltillo ha ido a la baja y eso le parece una contradicción, pues estamos en un momento donde hay muchas universidades privadas y públicas en la ciudad.  

“Mientras no haya librerías de línea pues la gente tendrá que ir a Sanborns o a Galerías o los pequeños espacios de Gandhi que hay en los super mercados o venir a las de nosotros. Y aquí no vas a encontrar luego luego las novedades, tiene que pasar un par de meses para que empiecen a llegar best sellers y esas cosas”. 

“Le agradezco a mis maestros el haberme inculcado el placer por la lectura, y eso que estaba en una prepa de lavatuercas, como nos decían, pero sí había un maestro, que luego fue director de la escuela de leyes,  Arturo Ruiz Higuera, que no sólo nos imbuía a que leyéramos, sino que también nos prestaba los libros”, recordó y fue “Sinhué el egipcio” el primer libro que leyó, gracias a la vocación de este maestro. 

Comentó que en marzo, él, junto con otros libreros que tienen sus locales en la ciudad, estará participando en una Feria del Libro Viejo, organizada por la Universidad Autónoma de Coahuila en la Facultad de Humanidades, sobre la que se ofrecerá más información en estos días.

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