Sevilla frena al Barcelona de Koeman
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El buen arranque que los blaugranas habían tenido en LaLiga fue detenido por los andaluces
BARCELONA.- Al Barza de Koeman se le acabó la felicidad del triunfo. Después de un magnífico inicio de temporada en que arrasó al Villarreal y ganó con solvencia contrastada en Vigo, el Sevilla supuso un frenazo a sus ilusiones. 1-1 en un partido igualado, al que el equipo de Koeman respondió rápido, con suerte, al gol andaluz pero sin más opción para sumar su tercera victoria enfrentado a un rival competitivo hasta el límite.
Se quedó sin marcarle Messi a su rival preferido (37 goles en los 39 partidos anteriores), no brilló como se suponía Ansu (sustituido a la hora de partido sin apenas dar señales de vida) y se quedó a medio camino un equipo que lo peleó hasta el final, que rozó el 2-1 en tiempo añadido por medio de Trincão pero no pudo más.
El Sevilla demostró no ser, para nada, un equipo de relleno y demostró que el plan de Julen Lopetegui es excelente. Pudo ganar el Barza, sí, pero también el Sevilla. No por tener muchas ocasiones de gol claras, sí por la intención que le pusieron los dos equipos. ¿Decepción barcelonista? Probablemente... Aunque las sensaciones que dejó, sin ser las mejores y quedando lejos de sus dos encuentros anteriores, mostraron que Koeman sigue teniendo las cosas claras.
Fue, sin duda, el partido más incómodo al que se ha enfrentado el Barza en este inicio de temporada. Bien plantado, mejor organizado y con las ideas muy claras, el Sevilla mostró rápido al equipo de Koeman que iba a ser un partido de difícil resolución. Tanto que salió decidido a discutirle el mando del juego (acabó la primera parte con mayor posesión de balón, 48-52) y sin temor en el remate.
Ofensivo y valiente, su poder por alto se mostró antes de llegarse a los diez minutos, cuando a la salida de un corner lanzado por Suso Kounde ganó a todo el mundo, Frenkie de Jong anduvo demasiado débil en el rechace y dejó el balón muerto, en la frontal del área pequeña para que el otro De Jong, Luuk, rematase con potencia a la red.
Se aventuraba un golpe para el Barza... que respondió con fortuna casi de inmediato, en un pase largo de Messi a Jordi Alba que rechazó mal Jesús Navas para dejar el balón franco a Coutinho, quien remató a la red con total tranquilidad. Tuvo suerte el equipo azulgrana, evitando que con el marcador a favor el Sevilla pudiera plantarse con comodidad en el campo, pero ese empate dio paso a un partido con tanta intención local como respuesta visitante.
Verticales en sus transiciones, jugadas con más rapidez que precisión, ni los unos ni los otros disfrutaron de ocasiones claras antes del descanso pero quedó claro que al Barcelona se le hacía cuesta arriba el partido, incapaz de imponerse tal como hiciera ante Villarreal y Celta.
NERVIOS
Tan firme como acabó la primera parte comenzó la segunda el Sevilla, incluso dando un paso adelante, con mayor presión, ahogando la salida de balón azulgrana y provocando nervios cada vez más evidentes en el Barza, que ni con la entrada de Pedri y Trincao a la hora de partido recuperó sensaciones.
Excelente en su sobriedad, en el cruce y el pase, la noche se pudo arruinar para Araujo en un mal rechace al centro de En-Nesyri que se estrelló en el larguero, lo que aún le dio más ímpetu a un Sevilla que aprovechó el apagón de Busquets y De Jong, obligando a Koeman a variar su esquema, con el ingreso de Pjanic para apoyar ese desnudo centro del campo y acompañándole Dest, cuyo debut fue en la izquierda, tomando el puesto de Jordi Alba.
Quiso el Barza, entregado al plan de Koeman sin disimulo, trabajador en ataque y rápido en defensa, pero no pudo ante la seriedad y atrevimiento de un Sevilla que defendiendo lejos de su área le planteaba tantos problemas como pudiera padecer. Así, ni unos ni otros acabaron llevándose el premio del triunfo...
Aunque si en el caso del Sevilla pudiera contemplarse un buen punto, para el Barza significó el primer frenazo, inesperado a la vista de sus dos anteriores partidos, de la temporada