Trump prepara una nueva afrenta a los hispanos con un posible perdón al sheriff Arpaio

Internacional
/ 21 agosto 2017

El alcalde de Phoenix pide al presidente que no vaya a la ciudad el martes por el ambiente creado tras los sucesos de Charlottesville

Donald Trump no necesita mucho para enfurecer a la comunidad latina de Estados Unidos. Pero ahora parece estar preparando la afrenta final. El presidente dijo el pasado domingo que se está pensando otorgar un perdón presidencial (indulto) al exsheriff de Phoenix, Joe Arpaio, la encarnación del racismo en las fuerzas de seguridad. El martes se presenta en la capital de Arizona, la primera visita al Oeste en siete meses, con el fantasma de Arpaio en el escenario, si no con el propio sheriff en persona.

“Estoy pensando seriamente un perdón para el sheriff Arpaio”, dijo Trump en una entrevista en Fox. “Ha hecho mucho en la lucha contra la inmigración ilegal. Es un patriota americano y me disgusta lo que le está pasando”. El patriota fue condenado por un juez federal por aterrorizar a los sin papeles del condado de Maricopa (el área de Phoenix) basándose en criterios racistas. Básicamente, los agentes del sheriff detenían a gente basándose en el color de la piel bajo la sospecha de estar ilegalmente en el país y los retenían sin cargos.

Arpaio desafió a los jueces, ignoró la condena y siguió con sus tácticas de Estado policial. El pasado 31 de julio, una juez federal lo encontró culpable de desacato. La condena se conocerá en octubre y podría acarrear hasta seis meses de cárcel.

La amistad entre Arpaio y Trump viene de largo. El sheriff es uno de los inspiradores de las ideas más extremas del presidente sobre la inmigración ilegal, a la que ha convertido en cabeza de turco del crimen violento en Estados Unidos. Arpaio salía con Trump al escenario en mítines en el suroeste y hablaba de los buenos tiempos, de la época de Richard Nixon, cuando se cerró por completo la frontera con México. Arpaio recomendaba en aquellos mítines amenazar a México con recortar la ayuda exterior.

A pesar de que Arizona votó por Trump (con un margen mínimo), es el último Estado del suroeste que los republicanos pueden dar por descontado la victoria. Casi todas sus ciudades son ya demócratas, un fenómeno que sumado al crecimiento del electorado latino está poniendo en peligro esa hegemonía. En Phoenix, la movilización del electorado latino echó a Arpaio en las elecciones del pasado noviembre después de 23 años en el cargo. El sucesor de Arpaio, el sheriff Paul Penzone, agradeció particularmente a los latinos su apoyo.

El martes, por tanto, Trump se presenta en territorio hostil. Tanto que el alcalde de la ciudad, el demócrata Greg Stanton, publicó un comunicado el pasado día 18 pidiendo al presidente que no vaya a la ciudad, debido al ambiente de tensión que se vive en el país desde que Trump relativizó la violencia en Charlottesville y justificó a los neonazis que se concentraron allí el fin de semana pasado. “Si el presidente Trump viene a Phoenix para anunciar un perdón para el exsheriff Joe Arpaio, estará claro que su verdadera intención es incendiar los sentimientos y dividir a nuestro país aún más”.

El alcalde ha pedido al presidente que “retrase su visita” y ha puesto en alerta a los servicios de emergencia ante lo que pueda pasar en el primer acto público del presidente después de haberse echado encima a todo Estados Unidos por justificar a los neonazis. Y además, Arpaio.

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