Un fenomenal acontecimiento: ¡Apolo 11!
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La mayor apuesta desde el inicio de la revolución cognitiva del Homo sapiens impulsado por un sueño
El 17 de diciembre de 1903, un aparato más pesado que el aire y sólo movido por la fuerza de su motor, despegó del suelo, permaneció suspendido durante 12 segundos y aterrizó tras recorrer 37 metros.
Este fenomenal acontecimiento sucedió en las colinas de Kill Devil, en Carolina del Norte, a sus mandos estaba Orville Wright, que lo había construido en su taller de bicicletas de Dayton (Ohio) junto con su hermano Wilbur. Ese día nació la aviación. Ese suceso también hizo posible que, en ese mismo siglo, el ser humano pudiera llegar a la Luna.
El 12 de abril de 1961, el cosmonauta soviético Yuri Gagarin fue lanzado al espacio exterior, quizá por esta razón el 25 de mayo de 1961, el Presidente John F. Kennedy pronunció ante el Congreso de Estados Unidos las siguientes palabras: “creo que esta nación debe proponerse la meta, antes de que esta década termine, de que el hombre pise la Luna y vuelva a salvo a la Tierra.
El 5 de mayo de ese año, Alan Shepard se convirtió en el primer astronauta estadunidense en ir al espacio; luego, en febrero de 1962, John Glenn dio la vuelta a la Tierra a bordo del Mercury Friendship.
VENCER LAS DIFICULTADES
Posteriormente, el 12 de septiembre de 1962, en la universidad de Rice (Houston, Texas), Kennedy inició formalmente la carrera por la conquista de la Luna cumpliendo con la promesa realizada en mayo de 1961: “hemos decidido ir a la Luna. Hemos decidido ir a la Luna en esta década, y también afrontar los otros desafíos, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles, porque esta meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y aptitudes, porque es un desafío que estamos dispuestos a aceptar, que no estamos dispuestos a posponer, y que tenemos toda la intención de ganar, también a los demás (…).
“Hace muchos años, preguntaron al gran explorador británico George Mallory, que murió en el monte Everest, por qué quería escalarlo. Contestó: ‘porque está ahí’. Pues bien, el espacio está ahí, y lo vamos a escalar, y la Luna y los planetas están ahí, y las nuevas esperanzas de conocimiento y paz están ahí. Así pues, al iniciar esta singladura pedimos la bendición de Dios para la aventura más peligrosa, arriesgada y titánica en que se ha embarcado el ser humano jamás”.
Estas palabras también significaron la mayor apuesta desde el inicio de la revolución cognitiva del Homo sapiens (70 mil - 30 mil años), en cuanto al desarrollo de la creatividad e innovación tecnológica impulsado por un sueño, por un ideal, por un objetivo colectivo a consumar.
HACE 50 AÑOS
Los seres humanos tenemos un imperativo irrenunciable hacia la exploración, el descubrimiento y la conquista de lo desconocido y precisamente este 21 de julio, se conmemora el 50 aniversario de uno de los sucesos más grandiosos de la humanidad: haber puesto el pie en la mítica Luna. Realidad que fue posible gracias a la inspiración y el estímulo que provocó el discurso de Kennedy.
Ese memorable día la tripulación del Apolo 11 compuesta por el comandante de la misión Neil A. Armstrong, de 38 años; Edwin E. Aldrin de 39 años, piloto del módulo lunar y Michael Collins, de 38 años, piloto del módulo de mando, conquistaron lo aparentemente imposible.
Neil Armstrong expresó magistralmente la magnitud de este histórico suceso en el instante que se posó sobre el suelo lunar: “Este es un pequeño paso para un hombre; un gran salto para la humanidad”, fue un momento mágico que unió a toda la humanidad, más de 600 millones de personas presenciaron este acontecimiento.
Para conmemorar este acontecimiento me di a la tarea de leer un libro espléndido, de lectura obligada para comprender la odisea de la conquista lunar, me refiero a “Apolo 11”, escrito por el español Eduardo García Llama, en el cual de manera magistral narra la historia de la conquista de la Luna. Este autor narra lo que sucedió el 16 de julio de 1969, cuando inició el gran viaje: “En el momento preciso, a las 9:32, el público pudo ver como un Saturno V envuelto en gigantes columnas de humo que parecía huir de un peligro inminente, pugnaba por elevarse sobre el sueño junto a su torre umbilical. En una lucha obstinada contra las cadenas invisibles de la gravedad que perseguían retenerlo, el Saturno V comenzó a ascender ladeándose en sentido opuesto a la torre. Lo hizo con una lentitud inquietante…
Después de varios días y de desafiantes pruebas y obstáculos Neil Armstrong, según García: “asió entonces con su mano derecho el pasamanos izquierdo de la escalerilla. Movió su cuerpo seguidamente hacia el extremo izquierdo de la peana, salvó su borde curvado con su bota izquierda y pasó a imprimir su huella en la superficie a las 109 horas, 24 minutos y 15 segundos de tiempo transcurrido de misión. Eran las 2:56:15 horas del 21 de julio UTC, las 21:56:15 del 20 de julio en Houston, el momento en el que un ser humano pisó por primera vez en la historia un mundo diferente al suyo de origen”.
En la Luna, Neil y Aldrin dejaron que la humanidad leyera la placa conmemorativa: “Aquí, hombres del planeta Tierra pisaron la Luna por primera vez. Julio 1969 D.C. Vinimos en paz en nombre de toda la humanidad”.
El 24 de julio, la nave empezó su descenso con una velocidad de 40 mil kilómetros por hora hacia el océano Pacífico. En el portaviones “Hornett”, el Presidente Nixon esperaba a la nave que minutos después flotaba en el océano.
MISIÓN CUMPLIDA
La nave fue recibida por el mar terrestre a las 18:50, exactamente 8 días, 3 horas, 18 minutos y 35 segundos después de que el Saturno V abandonó la rampa del Complejo 39.
La mayor proeza humana en la conquista del espacio se había consumado. La promesa de Kennedy, se había cumplido. El ser humano había logrado alcanzar su mayor y más espectacular logro tecnológico de todos los tiempos. En una breve huella, se coronaba el esfuerzo de miles de personas de las más distintas disciplinas y ciencias.
El retorno exitoso a la tierra, marcó el triunfo de EU sobre Rusia en la carrera espacial de los vuelos lunares tripulados: cuatro meses después, la siguiente misión, Apolo 12, partiría hacia la Luna.
EL SIGNIFICADO
Concuerdo con Eduardo García: “A partir de la primera entidad replicante que se formó y comenzó a desarrollarse en la Tierra, después de millones de años de evolución en el mismo rincón del cosmos. Los días del 16 al 24 de julio de 1969 fueron los de la semana en la que la primera especie evolucionada a partir de aquella fue capaz de vivir por unas horas en un mundo diferente de aquel en el que se originó.
Este es el verdadero significado del Apolo 11, aquel por el que la especie humana puede y debe reconocerse en él (…) la razón por la que el hito marcado por el Apolo 11 no puede tener parangón con ningún suceso ni empresa humana anterior, y tampoco con ninguno que le suceda, pues nunca más ningún ser humano pisará un cuerpo celeste distinto a la de la Tierra por primera vez”.
De enorme aprendizaje es saber que toda gran proeza, como la del Apolo 11, nace de un breve sueño, de un excelso ideal, de una mente preclara que luego, incansablemente, es impulsada con la mayor fortaleza que todo ser humano posee: su propia creatividad, su innovación y el poder de su inquebrantable voluntad por hacer realidad sus más caros anhelos.
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