Un viaje al infierno: El calvario de las mujeres y los transexuales migrantes
Huyen de la violencia y la homofobia, para enfrentar en el camino una pesadilla con los ojos abiertos
Luna tiene 19 años, es adicta al cristal y cuando llegó a México, otros migrantes le ofrecieron una “mona” para aguantar el viaje. Es trans y huyó de Honduras porque la homofobia no le daba oportunidad de crecer. Ha caminado hasta 14 días consecutivos para llegar hasta el norte del país.
Martha, de 23 años de edad, tiene 3 hijos y quedó viuda después de que acribillaran a su esposo en Honduras. Trabaja cocinando y estudió hasta quinto de Primaria. En San Juan del Caite, en donde nació, las personas emigran por no haber trabajo.
Las mujeres y las mujeres trans son utilizadas como “moneda de cambio” para pasar por retenes y ser escondidas en tráileres para llegar a Estados Unidos a cambio de sexo.
Son víctimas desde violaciones, prostitución orquestada por los coyotes, trata laboral para la pisca de droga; hasta han existido casos en donde durante el camino les han robado a sus bebés.
Nansany Coruma Izaguirre, miembro de la Casa del Migrante en Saltillo señala que el conflicto llega a niveles en donde estas mujeres han normalizado la violencia. Explica por qué.
Psicóloga psicoeducativa que ofrece atención integral a las personas, platicó la situación que envuelve a las mujeres y a las mujeres trans que buscan llegar a Estados Unidos.
Señala que actualmente la violencia que se vive en Centroamérica ha generado que no sólo los hombres emigren, sino que cada vez son más niños y mujeres quienes lo hacen.
Muchas de ellas son madres solteras víctimas de abandono de hogar o viudas de hombres asesinados.
Argumentó que años antes la migración era producida por el factor económico en su mayoría, ahora, también es producido por la violencia.
“Es lo que relatan ellos. Están aumentando los trámites de refugio. Antes era migración económica ahora ya son refugiados”, dice la joven psicóloga que tiene más de 5 años trabajando en la institución.
“Antes la migración se daba más en edad de trabajo: de 30 a 47 años. Ahora estamos hablando que con toda la crisis de seguridad que están viviendo en Centro América las personas están huyendo de sus casas.
“Tenemos a niños viajando solos, junto con los abuelitos que viajan; ya se abrió mucho este panorama de edad. Es lo que relatan ellos.
Están aumentando los trámites para refugio. Antes era migración económica ahora ya son refugiados.
¿y las mujeres?
Las cifras recibidas indican que el 50 por ciento de los migrantes son hombres y el otro 50 se reparte en mujeres y sectores vulnerables.
Aun, así, la Casa del Migrante en su población presenta 90% hombres y alrededor de 7 por ciento mujeres. Tres por ciento de la población ha estado integrada por mujeres trans.
‘Lo más difícil es la sed y el hambre’
VANGUARDIA tuvo la oportunidad de encontrar dos testimonios de migrantes: una mujer y una mujer trans. Por cuestiones de seguridad no se dirá en dónde se realizó la entrevista y los nombres anteriores son falsos.
Martha de 23 años llegó de Honduras. Es bajita de piel morena y usa cola de caballo. En San Juan del Caite no hay como mantener a sus hijos; Tiene tres de siete, cinco y tres años de edad. Ahora están con su abuela. Es madre soltera: mataron a su esposo a balazos. Dice que lo mataron por equivocación; lo dijo con voz discreta.
“Lo mataron por equivocación en Honduras. Hace dos años. Llevó dos meses viajando en tren.
Martha viajaba junto con dos amigas más a quienes las agarró la migra. Dice que lo más difícil es la sed y el hambre.
“Venía con dos amigas. A ellas las agarró las migra. No me agarraron porque me corrí rápido”, lo dijo entre risas.
Martha señala que no ha sido abusada sexualmente. No tiene familiares en Estados Unidos y es la primera vez que intenta llegar.
En San Juan de Caite es muy común que las personas viajen buscando otra oportunidad
“ALLÁ LA GENTE ES MUY RACISTA”
Luna —de 19 años— viene del Departamento La Paz, también de Honduras. Es delgada, de mediana estatura, y durante la entrevista tuvo las piernas cruzadas junto con los brazos. Allá fumaba cristal una vez a la semana y cuando llegó a México un migrante le ofreció una “mona” para aguantar el viaje en el tren.
“En mi familia nunca supieron aceptarme como yo era. Por no tener problema con ellos tuve que buscar otra salida. Me vine sin destino y tuve que pasar muchísimos los obstáculos para llegar hasta donde estoy.
Tiene viajando tres meses, la mayor parte en tren. Tiene un tío que llegó allá como migrante. La distancia más larga que ha caminado han sido 14 días, de estado a estado.
“Allá la gente es muy racista, muy machista, muy ignorante. Estudié hasta secundaria, pero papá se sintió traicionado cuando le confesé mi preferencia sexual.
Ella le avisó a sus papás que venía a México ya cuando estaba acá.
“Me gusta el desmadre. Acá en México me dieron la mona. En Honduras fumaba cristal. A mí me gusta mucho. Lo consumía cada quince días, cada semana. No quisiera seguir. Quisiera la buena vida. La buena vibra”, comenta deshinibida.
Migrar y ser mujer, la doble cruz
Enfrentan peligros diferentes a los hombres y casi siempre asociados al abuso sexual
Nansany Coruma Izaguirre dijo que la migración de las mujeres es diferente, ya que existen más redes de apoyo que tratan de acompañarlas más en su camino. Pero viven otro tipo de violencia.
“Las mujeres han sufrido es su tránsito varias cosas. Vienen con sus guías (coyotes) que muchas veces son su perpetuadores. Las mujeres son monedas de cambio. Para pasar por los retenes su mismo guías las prostituyen con los choferes de los camiones para que los puedan esconder.
Las mujeres aparte de sufrir abuso sexual también son víctimas de secuestros para la trata laboral; se quedan reclutadas en los campos para la pisca de droga.
Dentro de las experiencias que cuentan las mujeres migrantes se han presentado casos que durante el camino les han robado a sus hijos.
“Sí han comentado que venían embarazadas y les quitaron a su bebé al nacer o traían al bebé desde su país y se los quitaron durante el viaje.
NORMALIZAN LA VIOLENCIA
En la Casa del Migrante cuando se presenta un caso así, las mujeres muchas veces optan por no acudir a estudios médicos, ya que eso les quita tiempo para llegar a Estados Unidos.
“Muchas veces no quiere perder el tiempo; aceptan que fueron abusadas pero nos dicen que sus hijo no tienen que comer o las están esperando y prefieren seguir su viaje”.
“Cuentan, ‘El chofer me dio raid y al final del camino me pidió sexo oral. Y pues bueno. Tenía que hacerlo porque venía con él’.
“No caen en cuenta que lo que acaban de vivir es una violación, porque ya es tan común. Tan común que sus mamás y familiares les dan pastillas e inyecciones para que no queden embarazadas. Porque saben que van a ser violadas.
“Llegan aquí diciendo ‘oiga, es que me falta otro tramo pero ya se me terminaron las inyecciones. ¿Me pueden dar una aquí o donde puedo comprarla?”.
Señala que cuando las mujeres van y denuncian la agresión, no se les pregunta o se les dice que tienen la opción de la visa humanitaria y las regresan o intentan regresarlas a su país. Esto ha ocurrido en otros estados.
Casi un tercio de las migrantes entrevistadas por diferentes organizaciones han anunciado que autoridades mexicanas han abusado sexualmente de ellas además del crimen organizado y la población mexicana en general (civiles).
TRANS, UN PELIGRO MAYOR
En el caso de las mujeres trans, la discriminación en su país junto con las falta de oportunidades genera que salgan huyendo buscando mejor calidad de vida. Estos también deben de trabajar en la trata y en la prostitución.
“Salen huyendo de sus países por homofobia. Vienen a México esperando encontrar otra cosa. La mayoría deben de trabajar en trata y en la prostitución.
Otra de las cuestiones de las que son víctimas es que sus casos son muchos más “invisibilizadas”, pues hay muy pocos estudios al respecto sobre las condiciones que viven.
“Son muchos más invisibilizadas y sufren mucha discriminación por los mismos migrantes. No se sabe lo qué está pasando con las mujeres trans. Qué está pasando con ellas. Nosotros tenemos que hacer un trabajo muy grande para que sientan seguro acá.
SECUESTRO POR EL NARCO
A lo migrantes los secuestra el narco porque son personas que los familiares nos los buscan sí desaparecen. Otros motivo es que en ocasiones tienen familiares en EUA y los secuestran para pedir su rescate.
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