Una nueva luz: Evita el suicidio
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Las tasas de suicidio se elevaron más del 60% en los últimos 45 años; la gente está perdiendo la esperanza. ¿Cómo medir cuánta esperanza tienes? ¿Cómo recuperarla si la has perdido?
Tom Bodett, escritor y anfitrión de un programa de radio famoso por sus comerciales para la cadena Motel 6, dijo: “Una persona necesita tan sólo tres cosas para ser realmente feliz en este mundo: alguien a quien amar, algo para hacer y algo por lo que sentir esperanza”
Pero hoy en día, para muchos es difícil hallar esperanza.
Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente el suicidio es la tercera mayor causa de muerte en todo el mundo. Las tasas de suicidio se elevaron más del 60% en los últimos 45 años y la OMS estima que para 2020, habrá un suicidio cada veinte segundos en este planeta.
Ahora mismo en EE.UU. ocurre una muerte por suicidio cada 12,3 minutos y se dan veinticinco intentos por cada persona que muere. También perdemos veintidós veteranos de guerra por día por esta causa, que además es la segunda mayor causa de muerte entre los jóvenes de quince a veinticuatro años.
En resumidas cuentas, mucha gente está perdiendo la esperanza.
La esperanza es la creencia en que es posible algo mejor, que tu vida puede mejorar y mejorará. Pero algunos científicos dicen que la esperanza es más que una mera emoción. Es un estado que uno puede elegir, lograr o materializar si sabe cómo.
En 1991, un psicólogo positivo llamado Charles Snyder y sus colegas crearon una teoría de la esperanza que afirma que esta consta de dos componentes: agencia y senderos. O sea, para crear esperanza hay que tener cierta voluntad, determinación y la creencia en que las cosas pueden mejorar, y se debe poder vislumbrar un camino o instrumento para lograrlo. De tenerse ambas cosas, habrá motivación para impulsar la esperanza.
Snyder y sus colegas también inventaron una planilla de trabajo para medir la cantidad de esperanza que uno tiene. Se llama Trait Hope Scale (escala de esperanza) y se puede acceder a ella aquí (link en inglés), si quieres probarla.
Gracias a la investigación de Snyder, sabemos que se puede crear más esperanza en la vida si uno trabaja sobre estos dos factores:
1 – Elegir una perspectiva o mentalidad diferente (más positiva).
2 – Desarrollar estrategias y un plan para mejorar la vida de verdad.
Aquí van algunas sugerencias para ayudarte a cambiar de mentalidad:
1.- Busca otras opciones de perspectivas. Todo lo que sientes y vives pasa por el filtro de tu perspectiva subconsciente. O sea, la forma en la que sientes podría cambiar fácilmente si cambiases tu perspectiva o la manera en la que ves una situación. ¿Cuáles otras opciones hay? Empieza con una tormenta de ideas y ve si puedes pensar otras perspectivas (más positivas). Anota todas las opciones que se te ocurran. Tal vez los siguientes pasos te ayuden a idear algunas.
2.- Elige ver la vida como un aula. Snyder y sus colegas descubrieron que la gente que tenía esperanza veía la vida desde una perspectiva de aprendizaje, o sea, como un aula donde los errores no son permanentes ni afectan el valor de uno. Esta actitud alentaba a esa gente a seguir intentando y no rendirse. La gente sin esperanza tendía a ver la vida como una prueba y creía que todo error era permanente y significaba que no estaba a la altura. Esta actitud también hacía que más gente bajara los brazos.
Quienes pensaban en la vida como una prueba también se sentían como víctimas indefensas de las circunstancias, mientras que los que la pensaban como una clase sentían que tenían control de sus situaciones y podían cambiarlas. Si escoges ver la vida como un aula (donde no se puede reprobar por no haber examen), también considerarás las situaciones negativas, los desafíos y las pruebas como oportunidades para crecer, aprender y mejorar. O sea, verás un propósito y significado en cada experiencia y creerás que esas experiencias están para educarte y servirte, lo que transformará la manera en la que te sientes respecto a ellas.
3.- Comprende que todo cambia. La naturaleza de la vida indica que nada es permanente. Todas las situaciones fluyen, cambian y evolucionan. Es fácil perder la esperanza cuando uno pasa por un gran sufrimiento, pero recuerda que nada dura para siempre. Si resistes durante los períodos malos, es muy probable que vengan días mejores.
4.- Toma nota de las pequeñas victorias y bendiciones y celébralas. Asegúrate de tener en cuenta todo por lo que tienes que sentirte agradecido/a cada día. En el medio de cada pena del corazón siempre hay piedades tiernas. Elige concentrarte en ellas. Buena parte de tu actitud proviene de aquello en lo que te concentras. Elige hacerlo en tus victorias y bendiciones.
5.- Piensa en las formas en las que las cosas podrían empeorar. Incluso busca a gente que ande peor que tú o sufra de otra manera y busca oportunidades para ayudarlos. Piérdete en el servicio y tu perspectiva será más positiva.
6.-Rodéate de gente positiva, determinada y optimista. Codéate con ella a diario y deja que comparta sus perspectivas sobre la vida contigo. Pregúntale como atravesó los momentos difíciles e imita su ejemplo.
7.-Pasa más tiempo al aire libre. La naturaleza tiene una forma mágica de elevarnos el ánimo y recordarnos que hay belleza en el mundo.
Aquí van algunas sugerencias para crear un plan para mejorar tu situación:
1.- Busca a otras personas que hayan sobrevivido lo que sufres y entrevístalas. Pregúntales qué hicieron y cómo sobrevivieron. Escribe una lista con todo lo que sugieran.
2.-Déjate inspirar y acepta la espiritualidad bajo la forma que te reconforte. Lee libros inspiradores, mira películas inspiradoras y escucha buena música. Absorbe historias de supervivencia y valentía.
3.- Haz un plan para mejorar tu situación. Descubre cómo sería el próximo paso y comienza a caminar. Reevalúa y estima cómo va la cosa cada semana y si hacen falta cambios. Mantén tu compromiso y determinación a seguir adelante.
4.- Celebra cada pequeña victoria. Asegúrate de deleitarte con cada cosa buena o cada progreso. Tendemos a adoptar un sesgo negativo, o sea, nos concentramos más en lo que está mal que en lo que está bien. Cambia eso. Concéntrate en las cosas buenas y apunta a progresar, no a la perfección.
La escritora estadounidense Barbara Kingsolver dijo: “Lo mínimo que puedes hacer en la vida es descubrir que te da esperanza. Y lo máximo que puedes hacer es vivir dentro de esa esperanza; no admirarla a la distancia, sino vivir en ella, bajo su techo”.