Virus contra el cáncer

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/ 23 abril 2016

Los virus tienen una larga historia como colaboradores involuntarios de la medicina.

Se descubrieron como agentes patógenos, y su nombre significa veneno, pero los virus pueden ser herramientas muy valiosas para la medicina del futuro próximo. Esto es, si los científicos logran engañarlos para que trabajen a nuestro servicio. Una decena de laboratorios españoles han creado ahora una red dedicada a investigar el uso de adenovirus contra el cáncer, y los científicos que la componen han celebrado esta semana su primer congreso en Madrid. Como puedes leer en Materia, los investigadores tienen en marcha unos proyectos muy avanzados y ambiciosos, aunque por nada del mundo quieren echar las campanas al vuelo: saben que el camino será difícil y tortuoso, y que no deben generar ningún optimismo prematuro en una cuestión tan sensible como ésta. Pero si tienen clara una cosa es que merece la pena intentarlo, y a fondo.

Los virus tienen una larga historia como colaboradores involuntarios de la medicina. La vacuna contra la viruela inventada hace más de dos siglos por el médico rural inglés Edward Jenner consistía justamente en el propio virus que causaba esa enfermedad, aunque en su versión vacuna, esto es, la viruela de la vaca, y el gran Pasteur elevó después esa técnica al carácter general que inauguró una nueva era de la medicina.

En la biomedicina contemporánea, hace ya un cuarto de siglo que los científicos utilizan virus en ensayos de terapia génica, la técnica que intenta corregir las enfermedades hereditarias mediante la infección del paciente con virus modificados que portan en su genoma una copia correcta del gen humano defectuoso. Pese a algunos resultados estimulantes, en particular contra la leucemia infantil, la terapia génica se ha tropezado con innumerables obstáculos que han frustrado el intento las más de las veces. Los ensayos siguen, aunque algunos científicos han vuelto la vista hacia las más recientes técnicas de edición genómica, como CRISPR.

Otra línea activa de investigación se refiere a los virus que atacan a las bacterias, los bacteriófagos (o fagos para abreviar), que pueden convertirse en una nueva batería de herramientas contra las infecciones, sobre todo ahora que el abuso de los antibióticos está restando cada vez más efectividad a esos valiosos fármacos.

En el caso de la red española, se trata de utilizar adenovirus, una familia viral muy común que cuenta entre sus huestes a los causantes del catarro y algunos tipos de diarrea, para luchar contra el cáncer. Los adenovirus tienen ventajas prácticas, como su facilidad de producción y su holgado genoma, que puede hacer sitio a genes introducidos por los científicos para adaptarlos a su nuevo uso antitumoral. Hay casos anecdóticos de remisión de algún tumor, pero los investigadores españoles son conscientes de la gran tarea que tienen por delante. Ojalá los presupuestos estén a la altura del reto.

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