El catrín del panteón
COMPARTIR
TEMAS
Saltillo, Coah.- Dentro de las historias que viven a diario los trabajadores del volante, existen las inexplicables, aquellas que sólo unos pocos cuentan, pues les han ocasionado desde la fría impresión hasta males cardiacos.
Esta aventura la vivió Manuel Pérez, la cual fue contada por uno de sus colegas que recuerdan cómo a raíz de ese suceso hasta un infarto le dio.
LA EXPERIENCIA
El hombre contaba con una vasta experiencia en el oficio, y jamás había vivido una experiencia sobrenatural hasta esa madrugada de octubre, cuando circulaba por la avenida Presidente Cárdenas y decidió desviarse por Matamoros y luego por Pedro Agüero.
La noche no había sido muy productiva pero su cara se iluminó al ver a un posible cliente en la puerta de la iglesia de la Trinidad; había un hombre que parecía esperar un taxi.
Manuel se detuvo y al instante el hombre se incorporó y se metió al carro.
Su facha era impecable, portaba un traje que parecía muy fino, también traía un sombrero de copa.
Ese sujeto le ordenó que lo llevara al bulevar Valdés Sánchez a la atura del sitio conocido popularmente como "La lechera", así que sin chistar, se dirigió hacia allá.
Los taxistas acostumbran de vez en cuando monitorear al cliente por el espejo retrovisor, sin embargo, Manuel iba abstraído en sus pensamientos que ni reparaba en el cliente, así se acercaba al destino pactado.
Pero el ruletero olvidó por un instante que ya estaba a metros de donde le había dicho el pasajero, así que se pasó de largo, pero cuando reaccionó, se le ocurrió voltear al retrovisor.
Fue un grave error, pues enmarcado en el espejo había un rostro fantasmagórico; una cara blanca con los ojos hundidos que le causó una gran impresión, también un escalofrío.
Lo único que el hombre pudo hacer es detenerse cerca del panteón Santo Cristo y quedarse como estatua, pues por el susto comenzó a sentir un dolor en el pecho.
Luego, el hombre contó cómo veía al sujeto ir en dirección a la entrada del camposanto e internarse. Para esos momentos ya no sabía si era un espectro lo que había visto o una persona, el caso es que la conmoción fue demasiada.
El conductor recuerda que después de eso, logró retornar por el bulevar y pararse cerca de un sitio de autos que se ubica en el periférico Luis Echeverría.
INCONSCIENTE
Luego de un rato y al ver que el taxi no se movía, a los choferes del lugar les pareció que algo no andaba bien y decidieron ir a ver qué sucedía.
Al chofer lo encontraron inconsciente, pero lograron reanimarlo y, aún adormilado, les platicó lo que había visto.
Con el rostro lívido y las manos temblorosas, Manuel les dijo que un sujeto se le había aparecido y luego se fue al panteón, lo cual provocó todo tipo de reacciones; la más socorrida es que él no era el primero que tenía esa experiencia.
Luego lo auxiliaron para que fuera a urgencias, donde se supo que había tenido una propensión a un paro cardiaco. Llegó a su domicilio todavía con el alma en la mano. Nadie se explicaba que además de asustado, el hombre presentara ciertas marcas en la espalda.
Eran como rasguños de los que se dieron cuenta hastael siguiente día, en que su esposa notó las manchas de sangre en la camisa.
A raíz de ese incidente, el hombre abandonó el oficio, pues a pesar de que no era muy viejo, sintió que un susto más de esa naturaleza no lo alcanzaría a contar.
A la fecha, los taxistas como el que contó la historia saben que algunas veces no conviene fanfarronear con asuntos del más allá, pues en el momento menos esperado puede aparecerse algún fantasma.
Y lo peor es que las consecuencias pueden ser funestas, Manuel libró la batalla, pero prefirió trabajar de día y al poco tiempo despedirse de esa actividad.