Altos Hornos de México¿A quién le estorba la democracia sindical?

Coahuila
/ 2 marzo 2016

    Saltillo, Coah.- Ninguna Constitución que afirme la dignidad humana y el derecho de los hombres al libre desarrollo de su personalidad, podrá permanecer neutral ante la pregunta acerca de si alguna persona puede ser obligada contra su voluntad y frecuentemente contra su convicción, a ingresar a una asociación; y no es necesario preguntar si este tipo de coacción está en contradicción con el derecho fundamental del hombre a la libre emisión del pensamiento, porque resulta evidente.

    Conviene todavía decir que esa imposición es incompatible en un orden democrático verdadero. (Mario de la Cueva).

    Etimológicamente, la palabra democracia proviene del griego demokratia, de demos (pueblo) y kratós (autoridad también fuerza o poder).

    La raíz de sindicato, derivada de síndico y de su equivalencia latina syndicus, se encuentra en el griego syndicos, vocablo compuesto de otros dos, que significaba con justicia. Se designaba con tal palabra, que ha conservado su sentido original, a la persona encargada de representar los intereses de un grupo de individuos.

    El hombre conquistó primero la libertad individual de asociarse con sus semejantes, y posteriormente los trabajadores alcanzaron la libertad de agruparse como miembros de una clase social para defender los intereses que le son comunes.

    Hablar de democracia sindical es hablar de la permanente lucha de la clase trabajadora por abolir la explotación del hombre por el hombre y por lograr su mejoramiento económico, social y cultural. Pero en Monclova, los hechos ocurridos la tarde del pasado viernes 12 de abril demuestran todo lo contrario.

    Porros armados con piedras, palos y armas punzocortantes, extrañamente protegidos por policías antimotines que se apostaron en la propia puerta principal de los recintos sindicales correspondientes a las secciones 147 y 288 del Sindicato Minero Metalúrgico, arremetieron contra cientos de obreros que pretendían hacer efectivo su voto y obtener el triunfo en las elecciones para renovar el Bloque B de las carteras de ese gremio.

    Los agresores pagados con las cuotas de los verdaderos trabajadores tenían la encomienda de proteger el recinto sindical e impedir la entrada a los integrantes del Grupo Unidad Democrática Obrera y proteger a las directivas del Grupo Verde, que son afines al prófugo de la justicia mexicana, Napoleón Gómez Urrutia.

    Lamentablemente, la presencia policiaca en las propias puertas de acceso a los recintos sindicales y la realización de revisiones corporales entre los obreros de la oposición a fin de amedrentarlos e impedir que llevaran con qué defenderse, resultó claramente sospechosa y desigual.

    Es decir, mientras los "napistas" del Grupo Verde reunieron su arsenal de palos, piedras y toda clase de proyectiles, los introdujeron a los recintos frente a la tolerante mirada de las corporaciones, a los integrantes de UDO se les impidió entrar y los pocos que lo lograron fueron sometidos a las inconstitucionales revisiones.

    A las 3:45 de la tarde ocurrió lo que ya se esperaba: enfrentamientos por parte de los opositores que intentaban entrar y la Policía que se los impedía con el pretexto de que no querían disturbios. En la Sección 147, los UDOs trataron de ingresar a emitir su voto y las huestes de Bretón Echeverría Vitali se los impidieron. Y esa violación a la autonomía sindical y a sus garantías constitucionales, por supuesto que ocasionó que intentaran entrar por encima de los uniformados, quienes en ningún momento debieron de apostarse en la puerta principal.

    Mientras los UDOs eran reprimidos utilizando incluso gases lacrimógenos que algún despistado ordenó detonar y que ocasionó mayor furia entre los dos bandos y afectó a los propios policías, obreros y periodistas que cubrían los hechos, al interior del recinto volaban las sillas y la batalla era campal.

    Los UDOs corrieron hacia la loma del Museo El Polvorín, frente al edificio de la Sección 147 y se armaron de piedras para repeler a los del Grupo Verde ("napistas") que desde horas antes se atrincheraron con esos y otros proyectiles y se generalizó la gresca.

    Bretón Echeverría Vitali, director de Seguridad Pública Municipal, decidió correr, luego de recibir insultos y manotazos de parte de los obreros a quienes se les coartó su derecho a votar. Y en la Sección 288 la estrategia fue similar: impedir la entrada de los UDOs con base en amedrentamiento y de represión. La Policía de plano no los dejó pasar, pero sí permitió que los verdes llenaran el recinto con porros, palos y piedras.

    Al intentar ingresar se desató la lluvia de proyectiles y a los opositores que estaban dentro los masacraron a golpes.

    Se detectó la presencia de poderosos intereses en apoyar al grupo "napista", al grado de que falta explicar algunas acciones. Por ejemplo, las advertencias para infundir miedo por parte de la Procuraduría de Justicia por conducto de su coordinador Horacio de Hoyos, en el sentido de que "se graban videos de todos los opositores que participan en las marchas, a fin de cumplimentarles alguna orden de aprehensión o presentación que tengan pendiente".

    Además, la imprudencia de algunas autoridades municipales que de plano dijeron que estaban localizando "cuevas" o casas en las que se reunieran personas para planear acciones en las elecciones sindicales y una vez ubicadas proceder a su detención. Y por si fuera poco, la represión de la marcha y plantón de los UDOs en la carretera 57, el pasado miércoles, a quienes los policías les lanzaron gases lacrimógenos y agredieron con macanas y "picanas" de electrochoques, como animales.

    Si bien las elecciones son anulables por la violencia ejercida y la coacción psicológica de algunas autoridades, cabe lanzar algunas preguntas al aire: ¿Quién ordenó apoyar a los "napistas"? ¿A quienes conviene que el Grupo Verde mantenga el poder mediante sangre y violencia? ¿Si los Verdes acusan al Grupo México de alentar a los UDOs, quien está detrás de ellos? ¿Y Napito. pagará los millones de dólares?

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