La descendencia de una momia

Coahuila
/ 8 mayo 2008

    En el panteón de San Antonio de las Alazanas, una momia asoma sus pies en lo alto de un mausoleo. Curiosos trepan la tumba para ver la piel seca que cubre los huesos de quien se llamaba Pedro Nuncio Escamilla, "1828 - 1905" dice la pequeña inscripción.

    Los habitantes del ejido saben que una de las calles lleva ese nombre; el Alcalde de Arteaga cree que ya no quedan descendientes del hombre momificado. Sólo otra persona, también de apellido Nuncio, sabe que el Pedro Nuncio que está enterrado y el que da nombre a la calle no son el mismo; también, que el que ahora se encuentra momificado, fue su bisabuelo.

    Abraham Nuncio, director del Centro de Estudios Parlamentarios de la Universidad de Nuevo León, llegó a San Antonio para narrar parte de la historia de sus antepasados y dar el consentimiento para que la momia de don Pedro sea examinada y exhibida.

    "Yo tengo el árbol genealógico de la familia y sé que el Pedro Nuncio que está ahí fue padre de mi abuelo, se llamaba Abraham, como yo, pero no lo conocí", platica el hombre, de barba cana.

    Cuenta que Pedro Nuncio (el momificado) fue hijo de Juan Nuncio y Petra Escamilla, quienes vivieron en Santa Clara, Galeana, Nuevo León. Que contrajo nupcias en Ciénega del Toro con Paula Padilla, en 1864, de donde se trasladaron a Arteaga.

    "De ahí ya no tengo muy claro, porque hay una etapa que se desconoce, pero lo que sé es que, a principios del siglo pasado, mi abuelo y su hermano Máximo eran dueños de la hacienda La Esmeralda, así que lo más probable es que se la haya heredado don Pedro", explicó Abraham.

    Por ello, deduce que el hombre momificado se dedicaba a la agricultura y logró prosperidad.Sin embargo, sus descendientes no tuvieron la misma suerte.

    La vorágine
    de la Revolución los envolvió cuando apoyaron el levantamiento maderista y tras la decena trágica, el gobierno de Victoriano Huerta les confisco la Hacienda y estos se unieron al Ejército Constitucionalista dirigido por Venustiano Carranza.

    Revolucionarios
    Don Abraham, bisnieto de la momia, citó una investigación suya sobre la familia Nuncio durante la Revolución, en la que narra cómo su abuelo obtuvo el grado de Mayor en el Ejército, el mismo que su hijo Arnulfo, de él, el entrevistado contó: "Mi papá era Arnulfo. Yo todavía recuerdo que él tenía una foto donde tiene como 14 años, estaba vestido con uniforme militar".

    De Máximo no tiene datos, pero sí de dos de sus tíos, uno de ellos Reynaldo, que fue general, y el homónimo del momificado, Pedro Nuncio Gaona, quien alcanzó el grado militar de teniente coronel.Sin embargo, murió de paludismo.

    Quien tuvo mejor suerte fue su abuelo, Abraham Nuncio Padilla, pues fue recomendado por el general Francisco Coss con el Gobernador de Nuevo León, general Antonio Villarreal, quien le encomendó la división y repartición de latifundios.

    Así, parte de la familia Nuncio se disgregó hasta que, durante un periodo, Arnulfo volvió a Coahuila donde don Abraham estudió Leyes, luego continuó sus estudios en el D.F. hasta que regresó a Monterrey.

    Abraham, Reynaldo y Pedro Nuncio son nombres que aparecen en las nomenclaturas de calles de San Antonio, su padre, Pedro Nuncio Escamilla, los devolvió a la vida histórica, como traerá a otros siete miembros de su familia que comparten su tumba y que se encuentran momificados.

    ¿Será la de ese cuerpo momificado, una de las doce historias que volverán a la vida una vez que se concrete el museo que el Ayuntamiento de Arteaga y la Secretaría de Turismo Estatal pretenden construir?

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