60% de adultos mayores en asilo de Saltillo llega sin saber de su familia; algunos se olvidaron de su propio nombre

El abandono y el maltrato de las personas de la tercera edad es una realidad constante en Saltillo, que día con día es evidenciada por las historias que llegan al Asilo Ropero del Pobre, el cual hoy cuenta con más de 50 años de operación en pro de esta población de forma gratuita.

La directora del Asilo Ropero del Pobre, Paulina Udave, dice que los casos de personas que llegan a este asilo ubicado en los límites del Centro Histórico de Saltillo se siguen acumulando, y en la actualidad la organización se encuentra atendiendo a 101 adultos mayores que se encuentran en situaciones complejas y hacia quienes se intenta devolver la vida digna en su última etapa.

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De acuerdo con la directora, en la mayoría de los casos, quienes llegan a este asilo son adultos mayores que se encontraban en el desamparo y sin ningún familiar o persona cercana que responda por ellos.

“Más del 60 por ciento no tiene nada ni a nadie. Y con eso me refiero a que hay quienes incluso llegan sin nombre”, indica.

“Tenemos muchos casos. Hay casos de abandono, de maltrato, en la calle, en la inmundicia total. Es realmente increíble y a veces pensamos que tenemos que irnos muy lejos para ver esta situación, pero la verdad es que no, está aquí en Saltillo”, indica.

Entre los detalles que conforman el día a día de la organización, está el hecho de que estas personas llegan, por ejemplo, gracias al personal de la Cruz Roja que los encuentra, o por personas en particular que llegan a tocar a la puerta para dejarlos ahí después de haberlos visto en algún momento.

Paulina Udave amplía que en algunos casos, la situación de abandono y los padecimientos mentales llegan a ser tan complejos que las personas no solo llegan sin familia, sino que además, llegan sin saber sus propios nombres e identidades, por lo que se tienen que hacer procedimientos de búsqueda de fichas de desaparición y otros análisis de las identidades en el Registro Público.

Sin embargo, ya existen casos de adultos mayores de quienes no encontraron rastro, y se les ha brindado la oportunidad de tener una identidad que incluso podría ser diferente a la que adquirieron en sus primeros años. Además, la directora dice que cada vez llegan más personas con padecimientos de Alzheimer por edad u otras situaciones de salud.

“Cuando no encontramos incluso les generamos una identidad nueva, como es el caso de algunas personas que ya tenemos con nosotros. Recuerdo a José Tormenta, a Juan José, Aurora, Gabino, y otros que apenas estamos en el proceso, de personas que no tienen ninguna documentación para poder tener una identidad como tal”, indica.

Actualmente, además de los 101 residentes adultos mayores, la organización atiende a otras 40 personas externas a quienes se les apoya con alimentos calientes y al respecto, Udave dice que se estima que por cada mes, la manutención de cada una de las personas que ahí habitan es equivalente a 12 mil pesos.

“Y nosotros vivimos de donaciones y voluntarios. La atención del adulto mayor es costosa, sobre todo porque quienes vienen aquí es porque ya no pueden. Los que pueden están en su casa. Ellos requieren asistencia para todo”, indica.

Al respecto, Paulina Udave dice que en los últimos años la organización ha atravesado situaciones muy difíciles en aspectos económicos, por lo cual extendió las redes sociales para quienes deseen apoyar con la causa, además de que extendió un llamado en general a la ciudadanía sobre la inclusión y el cuidado para con las poblaciones adultas.

“Parece que cuando cruzamos la rayita y nos volvemos mayores aquella dignidad se acaba y es pisoteada y maltratada, y pensamos que no vamos a llegar. Los invito a que pensemos en nosotros mismos primero y construyamos una sociedad incluyente y justa para que cuando lleguemos, lo hagamos suavemente porque el día de hoy es muy duro para quien llega sin recursos o con una situación de salud vulnerable”, concluye con el mensaje a la ciudadanía.