¿A quién le tocó poner los tamales en el Día de la Candelaria?
Que te salga el “muñequito” al partir la rosca de reyes puede resultar algo no grato, aunque el simbolismo religioso dicta buenos augurios, abundancia y bendiciones
¿Por qué tengo que poner los tamales si me sale el niño en la rosca?
Una antigua tradición señala que esto ocurre porque se incorporan roles de padrino o madrina, con responsabilidades que incluyen la preparación de tamales y la bendición en la Iglesia. En Saltillo aún se sigue esta práctica.
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En Coahuila, la llegada del nuevo año no solo significa despedirse de las festividades navideñas, sino también dar inicio a una tradición única que va más allá de saborear la Rosca de Reyes, pues es de conocimiento popular que, a quien le salga la figura del niño Jesús, será quien tenga que “poner los tamales el Día de la Candelaria”.
Esta costumbre culinaria tan deliciosa esconde una simbología arraigada en antiguas tradiciones mesoamericanas y elementos culturales judíos, creando un par de significados que perduran hasta el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.
La Rosca de Reyes, al ser compartida, puede revelar un tesoro especial: la figura del Niño Jesús. Quien tenga la fortuna de encontrar este pequeño muñeco le “tocan los tamales”, una expresión coloquial que marca el inicio de una serie de celebraciones que culminan en la Candelaria, pero...
¿DE DÓNDE SURGE LA TRADICIÓN?
El Día de la Candelaria, originalmente, no solo se trata de disfrutar tamales, sino también de presentar al Niño Jesús en el templo, siguiendo la tradición judía de presentar a los bebés 40 días después del nacimiento.
Esto debido a que una antigua tradición judía señala que la figura del Niño Jesús en la Rosca simboliza al Mesías con 40 días de vida y aquel afortunado que descubra esta figura asume la responsabilidad de cuidarla como amuleto hasta el 2 de febrero, atrayendo, según la creencia popular, buenos augurios, abundancia y bendiciones para su familia.
El Niño Jesús se convierte en un “amuleto” familiar, y se dice que, dependiendo de cuántos años ha estado en la familia, esta se ve favorecida con diversas bendiciones.
¿Y QUÉ TIENE QUE VER CON LOS TAMALES?
Su relación radica en sus raíces en la cultura mesoamericana, donde la preparación de tamales en esta época servía como ofrenda a deidades como el Dios Tláloc, la diosa Chalchiuhtlicue y a los Tlaloques.
Estas ofrendas buscaban propiciar lluvias abundantes para las cosechas y asegurar la prosperidad de la tierra y el maíz.
No obstante, es importante señalar que durante la evangelización en México, se vincularon ciertas ceremonias mesoamericanas en febrero, como la tradición de preparar y consumir tamales, aprovechando el contexto del ciclo agrícola, lo cual perdura hasta nuestros días.
Adicionalmente, en las costumbres mexicanas, encontrar la figura del Niño Jesús implica también asumir el compromiso de ser padrino o madrina del “Niño Dios”.
Esta responsabilidad no solo incluía la preparación de tamales para el desayuno del 2 de febrero, sino también vestir la típica figura del Niño Jesús en los nacimientos y llevarla a la iglesia para recibir la bendición en el Día de la Candelaria.
En tiempos pasados, era común confeccionar ropita para estas diminutas figuras de bebés, añadiendo un toque especial a esta festiva tradición mexicana.
En Coahuila, la tradición que fusiona la Rosca de Reyes, la figura del Niño Jesús y la preparación de tamales el Día de la Candelaria revela un legado cultural que trasciende sabores y rituales, esta costumbre se manifiesta como un testimonio vivo de la diversidad que define la identidad mexicana.
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