Abuela lleva 20 días en albergue del Hospital del Niño de Saltillo esperando que su nieto se recupere de COVID-19
Doña Virginia Galván lleva 20 días alojada en el albergue del Hospital del Niño esperando que su nieto Carlitos, de 3 años, se recupere de COVID-19 y una bacteria en los pulmones.
Otras 6 mujeres también se encuentran en el albergue, acompañando a sus hermanas, hijas o nueras en la enfermedad de los niños que llevan la alegría a sus hogares y hoy se encuentran hospitalizados, entubados y luchando contra alguna enfermedad, junto a sus madres.
“Señor sopla fuerte en los pulmones que hoy te piden una segunda oportunidad, te lo pido con infinita misericordia”, reza doña Virginia arrodillada frente a la Virgen de Guadalupe en un pequeño altar del albergue.
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Dispuesta a trasladarse en una ciudad desconocida en busca de medicamentos y laboratorios para responder a la solicitud que hacen los neumólogos que atienden al pequeño Carlitos.
“Lo detectaron de Covid y me entro una bacteria en su pulmoncito, lo llevamos al General de Piedras Negras pero nos mandaron para acá porque ya fue mucho y no mejora”, relató Doña Virginia, originaria de Morelos, Coahuila.
El pequeño Carlitos ha sido sometido a dos cirugías desde su llegada al nosocomio infantil con una cuenta que ronda más de 48 mil pesos y continúa ascendiendo, adicional al costo de los estudios y fármacos que solicitan los médicos.
“Es bien difícil estar lejos de su pueblo, moverse en otro lado, porque no somos de aquí, pero yo he traído recetas y buscado las citas de laboratorio”, agregó la abuelita, cada uno con un costo entre 2 y 4 mil pesos.
Quien hace apenas un par de semanas vio a su nieto inquieto, sonriendo y jugando como siempre, hasta que la fiebre aumentó su temperatura y la bacteria comenzó a deteriorar sus pulmones.
“Yo no me canso, si mi pequeño Carlitos se encuentra luchando, yo aquí seguiré también, haciendo oración y todo lo que se ocupe, nada más le pido a Dios fuerzas para aguantar tanto sobre todo para ver así a mi chiquito”, comentó la abuelita.
Esta muy chiquito, le falta mucho por vivir, agregó entre lágrimas de impotencia y rogando a Dios que Carlitos pueda recuperarse y regresen a Morelos con bien junto a sus demás nietos.
“Yo llegué aquí con mijo, yo me voy con mijo, ayudado a su mamá y haciendo lo que se pueda”, dijo Doña Virginia, dispuesta a pasar 20 días más durmiendo en colchones, sin ducharse y comiendo poquito.
Al igual que el resto de las madres que colocan el nombre de sus pequeños en un cartelón frente a los santos y las veladoras para orar por lo inocentes que hoy se encuentran hospitalizados.