Adicción a dispositivos móviles, un riesgo para salud física y mental: diputada de Coahuila

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Francisca Aguilar, de Morena, alerta sobre los peligros que conlleva la nomofobia y llama a armar campañas de información
Las secretarías de Educación y de Salud deben implementar campañas de concientización para prevenir y reducir el problema de adicción a los dispositivos móviles, pues causan depresión, otros trastornos y pueden orillar a intentos de suicidio.
La nomofobia es un término reciente para referirse a la adicción al dispositivo móvil, una adicción no química de la nueva era que se presenta más en los niños y adolescentes.
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“El uso excesivo de pantallas digitales conlleva importantes problemas de salud, destacan la agresividad, la irascibilidad, trastornos alimenticios y alteraciones del sueño. El uso sin supervisión de los adultos puede hacer que niños y adolescentes se conviertan en víctimas o culpables de ciberacoso, robos, chantajes y extorsiones”, explicó la diputada Laura Francisca Aguilar Tabares (Morena)
Diversos estudios señalan que los menores muestran ansiedad ante la posibilidad de perder el dispositivo, el 49% de las niñas presentan cuadro de depresión y el 35% también, y pueden experimentar miedo irracional a salir de casa sin el aparato.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reportan que aumentan los intentos de suicidio en menores y el uso indiscriminado de la tecnología es el factor coincidente.
El 50% de los adolescentes de nuestro país son más adictos al celular que los de Japón, Reino Unido o Estados Unidos, según un estudio de la Escuela de Comunicación y Periodismo Annenberg, y el 45% de los padres de estos menores son adictos al dispositivo, y sus patrones de vida se alteraron.
“El 71% revisa el celular prácticamente todo el tiempo; el 34% despierta en la madrugada para atender notificaciones; 1 de cada 4 lo revisa 5 minutos después de despertarse; el 57% 30 minutos, y el 40% manifestó urgencia de responder cuando les llega una notificación”.
En promedio, lo utilizan cinco horas al día, lo que aumenta el riesgo a desarrollar algún trastorno, de manera que es indispensable alertar sobre ello en las escuelas y en casa, así como realizar estudios sobre su impacto en la salud física y emocional para detectar y erradicar la ideación suicida.
“La salud mental y la conducta suicida necesitan ser parte del contexto educativo, más allá de solo cumplir con el currículum académico. Al personal educativo se le debe concientizar sobre la importancia de la corresponsabilidad social y su papel para prevenir el suicidio, y saber identificar señales de alarma”, concluyó.