Alistan plan piloto para implementar camiones que utilicen gas natural en Saltillo

El director del Instituto Municipal de Transporte (IMT) de Saltillo, Héctor Gutiérrez Cabello, anunció que se pretende arrancar una prueba piloto para implementar unidades de transporte público que utilicen combustible de gas natural.

Entre las principales razones para esta transición se encuentran el ahorro en los gastos que implica el diésel y mantenimiento, además de cuidar el medio ambiente al liberar menos emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, azufre, entre otros) y material particulado (PM 2.5 y PM 10).

“Lo que se está pretendiendo es que utilicen otro combustible para que puedan tener acceso a unidades, pero con otro tipo de combustible, que serían más baratas, de gas natural”, señaló el titular del IMT, Héctor Gutiérrez.

Asimismo aclaró que todavía no existe una fecha para empezar ni el número de unidades con las que arrancaría la prueba ni las rutas que lo podrían implementar.

“Es parte de lo que estamos trabajando en el Instituto”, apuntó el funcionario.

El director Héctor Gutiérrez explicó que el cambio de diésel a gas natural podría representar un ahorro de 30 a 40 por ciento en el gasto de combustible.

Aunque también señaló que se tiene que evaluar el costo o inversión para hacer la transición en la unidad.

Este proyecto se implementaría debido a que “ahorita no se contempla que pudiera haber unidades nuevas; (los concesionarios) están en condiciones muy difíciles”, indicó Gutiérrez Cabello.

Pese al gasto, “habría beneficios para ellos, pero sobre todo para el medio ambiente”, enfatizó el titular del IMT.

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Los camiones de gas natural vehicular sí tienen menos emisiones y su mantenimiento es menos costoso en comparación con los vehículos de diésel, pero la reducción de las partículas y gases contaminantes depende del estándar que se utilice.

En promedio, las emisiones de los escapes de gas natural vehicular son 15 y 25 por ciento menores en PM y CO2 respectivamente, en comparación con los de diésel.

Además de los gases de efecto invernadero por la combustión, todos los vehículos producen material particulado por el efecto de rodamiento, como polvo, desgaste de llantas y pavimento, que genera las partículas nocivas PM 2.5 y PM 10.