Ansiedad, un problema que se desborda con la pandemia

Coahuila
/ 10 octubre 2021

En Saltillo, el Centro Estatal de Salud Mental ha recopilado entre enero y septiembre datos de por lo menos 595 consultas por ansiedad, que son 103 consultas más que en todo el 2020

La contingencia de COVID-19 estará desbordando una pandemia psicológica y emocional, principalmente con la ansiedad, de acuerdo con expertos en el marco del Día Mundial de la Salud Mental.

En Saltillo, los datos del Centro Estatal de Salud Mental (Cesame) ha recopilado entre enero y septiembre, datos de por lo menos 595 consultas por ansiedad, que son 103 consultas más que en todo el 2020, año en que inició la pandemia. Además, están otras 260 consultas que en este año han tenido que acudir a urgencias por episodios fuertes.

Los números anteriores corresponden sólo al área de psiquiatría, pero en el área de psicología, solo por ansiedad, se han recibido a 354 consultas en el 2021, mientras que en el 2020 se habían recibido 271. Y también en las áreas de urgencias que conjuntan datos de otras instituciones como CAIF, Pronnif y Empoderamiento de la Mujer, por mencionar algunas, se han recibido 41 consultas en el 2021 de las 37 que se recibieron durante el 2020.

A nivel nacional, antes de la pandemia se reportaba que el 14.3 por ciento de la población padecía ansiedad. Sin embargo, en encuestas recientes se contabiliza que al menos 28 por ciento de la población experimenta situaciones de depresión, ansiedad o estrés.

Esta circunstancia no solo es privativa de Coahuila y México. De acuerdo a un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), divulgado este fin de semana, detalló que 166 millones de niños y jóvenes en todo el mundo tienen problemas diagnosticados.

En el mismo sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay cerca de mil millones de personas afectadas por algún tipo de trastorno mental en todo el mundo. Sin embargo, los recursos para tratarlas son insuficientes. Muy pocas personas tienen acceso a servicios de salud mental de calidad: en los países más pobres, más del 75% de personas con problemas de salud mental no reciben ningún tipo de tratamiento.

Los datos y los especialistas revelan que el año de inicio de la pandemia fue complicado, pero los números estarían por incrementar como se observa en estos momentos, una vez que empiezan a levantarse paulatinamente las medidas de convivencia.

“A una persona con trastorno de ansiedad generalizado le va a ser un poco más difícil acoplarse a las situaciones que para el resto de las personas es cotidiano. Es posible que la sociedad le relegue por la condición en la que vive. Por eso es importante que la sociedad sea empática”, explicó Berenice de la Peña, directora de la Facultad de Psicología.

Otro tema que preocupa a los especialistas es el acceso a atención psicológica. Ya que a veces, aunque una persona tenga todas las ganas, puede que no tenga los recursos suficientes para pagar una terapia que puede ir desde los 300 pesos, hasta los 700 pesos en promedio.

Nos toca seguir impulsando en la política pública la salud mental accesible para todas las personas, luego pareciera que se vuelve exclusiva de algunos sectores que pueden pagar por ella. Se necesitan encontrar estrategias distintas, hay un actor que se ha hecho popular que se ha hecho famoso por decir que la psicóloga o el psicólogo deberían formar parte de la canasta básica”, expresó la especialista.

****

Esos pensamientos no fueron alucinaciones, pero sí me convencí de que podían ser una especie de premonición. La verdad es que me rehúso a morir, y el miedo de que quizá llegó la hora me invade, aunque sucederá sí o sí en algún momento. Anoche respiré y exhalé tantas veces hasta que mi cuerpo finalmente se dio por vencido, estoy seguro que empecé a roncar. En medio de la pandemia descubrí que padezco ansiedad.

No es novedad escuchar cómo las generaciones han empezado a atormentarse cada vez más. Regularmente presenciamos en las redes sociales comentarios negativos o fatalistas, que nos pueden poner alertas sobre si existe un trasfondo de quien los emite. Esto se puede deber a un tipo de ansiedad o incluso depresión, pero la sociedad ahora tiene un reto más: definir y no jugar alrededor de los temas de la salud mental.

Para entender el tema, primero se debe distinguir entre episodios de ansiedad y el Trastorno de Ansiedad Generalizado. Si nos ponemos básicos, los episodios de ansiedad se caracterizan por el miedo y la preocupación descontrolada por situaciones que pudieran ser cotidianas. A diferencia, el TAG no se mide por episodios, sino por una constante vida llena de miedo a la incertidumbre. Existen personas que así pueden vivir toda una vida.

“Todos tenemos ansiedad, todos. La ansiedad nos mueve. La ansiedad te hace pensar, pero dependiendo del grado de ansiedad y tu estructura de personalidad, vas a poder lograr tus cometidos, o estancarte y no moverte; eso se convierte en estrés, y si ese grado de estrés se eleva, se vuelve trastorno de ansiedad generalizado”, explicó David Salazar, subdirector del Cesame.

UN ESTADIO GENERALIZADO

En 2019, la Organización Mundial de la Salud hablaba de que en el mundo había por lo menos 264 millones de personas con trastornos de ansiedad, y este es el cálculo más exacto para este tipo de condición psiquiátrica hasta ahora, aunque por otro lado, existen casas encuestadoras que han dicho que en México al menos el 28 por ciento de la población admitió que después del inicio de la pandemia, experimentaron situaciones de depresión, ansiedad o estrés.

Tan solo en México, previo a la pandemia, el Senado reveló que en México, al menos el 14.3 por ciento de la población ha padecido algún tipo de ansiedad, lo que equivaldría a más de 19 millones de personas.

En Saltillo, los datos del Centro Estatal de Salud Mental (Cesame) ha recopilado entre enero y septiembre, datos de por lo menos 595 consultas por ansiedad, que son 103 consultas más que en todo el 2020, año en que inició la pandemia. Además, están otras 260 consultas que en este año han tenido que acudir a urgencias por episodios fuertes.

Los números anteriores corresponden sólo al área de psiquiatría, pero en el área de psicología, solo por ansiedad, se han recibido a 354 consultas en el 2021, mientras que en el 2020 se habían recibido 271. Y también en las áreas de urgencias que conjuntan datos de otras instituciones como CAIF, Pronnif y Empoderamiento de la mujer, por mencionar algunas, se han recibido 41 consultas en el 2021 de las 37 que se recibieron durante el 2020.

Sin embargo, David Salazar, dice que sí debe existir una cifra negra de personas que padecen ansiedad y que no acuden a instituciones de salud mental para atender estos padecimientos debido a los tabúes que aún se encuentran incrustados en la sociedad mexicana.

Los datos y los especialistas revelan que el año de inicio de la pandemia fue complicado, pero los números estarían por incrementar como se observa en estos momentos, una vez que empiezan a levantarse paulatinamente las medidas de convivencia.

Berenice de la Peña, directora de la Facultad de Psicología, dice que la ansiedad y el TAG son los padecimientos más comunes y por los que más pacientes se presentan a recibir una terapia psiquiátrica o psicológica.

“A una persona con trastorno de ansiedad generalizado le va a ser un poco más difícil acoplarse a las situaciones que para el resto de las personas es cotidiano. Es posible que la sociedad le relegue por la condición en la que vive. Por eso es importante que la sociedad sea empática”, explicó de la Peña.

UN TEMA MÁS VISIBILIZADO

Cada vez se ha ido hablando más del tema. En cualquier búsqueda rápida de Google, el tema está bien posicionado y hasta nos llegamos a enterar que es algo que padecen artistas nominados a los Oscar, deportistas, músicos e incluso, personas a quienes vemos como grandes emisores de fiesta como Emma Stone, Ryan Reynolds, Michael Phelps, Ximena Sariñana y hasta J Balvin.

La Facultad de Psicología dice que existen diferentes teorías sobre por qué se desarrolla la ansiedad que van desde reacciones constantes en el aprendizaje, estrés constante, y es por eso que los estudios y diagnósticos que se le aplican a los pacientes, deben ser profundos y debenindagar en los diversos aspectos su vida.

En la traducción física de este padecimiento, David dice que existen personas que aseguran coloquialmente que “se pueden volver locas”, o incluso, pueden llegar a sentir que van a morir por la taquicardia o sensaciones de adormecimiento del brazo que parecen indicar un infarto, que en muchos de los casos no se traduce en la realidad, sino en parte de la ansiedad.

$!Ansiedad, un problema que se desborda con la pandemia
Estoy despierto. En el insomnio de la noche juré que el techo de mi cuarto se derrumbaría sin ningún motivo, la inseguridad me invadió una vez más. También pensé que los respiros de cansancio me podían llevar a tener una especie de ‘muerte de cuna’, sí a mis 30 años”.

¿Es grave? Los casos más graves que se han visto, son personas que realizan prácticas de cutting sobre todo en jóvenes, otras que no se pueden mover literalmente, e incluso hubo un caso de una persona que mató a su perro debido a un episodio muy fuerte de ansiedad.

“Las personas son productivas y funcionales. Salud mental es cuando la persona identifica y puede tener una convivencia con el medio sociocultural. Las personas tienen derecho a estar en control”, explica el subtitular del Cesame.

Experimentar este tipo de trastornos se vuelve complicado cuando llegan los días en que tienes muchas ganas de vivir, pero muy poca energía emocional y espiritual para pararte de la cama.

Tampoco quieres estar dormido. ¿Alguna vez han sentido mientras caminan por la calle, unas ganas inmensas de regresar corriendo a su casa sin ninguna explicación ni peligro? Así es la ansiedad.

En toda esta mezcla de malestares, las personas pueden experimentar sudoración extrema, una especie de baja en la presión, taquicardia, asfixia, aceleración en el pulso, resequedad en la boca, y una angustia que se acelera cada vez más si la persona no tiene una distracción que lo lleve a otra zona. Todos reunidos, pueden sumarse en un ataque de pánico. Incluso, David Salazar coincide que muchos de los síntomas de la ansiedad son similares a los del COVID-19, pero no se registran en el panorama físico real.

En términos fisiológicos, la ansiedad puede hacer que la noradrenalina aumente, y esto a su vez podría provocar que la presión arterial se vea descontrolada, situación que sumada a factores hereditarios, puede provocar problemas severos en el sistema cardiaco.

LA MEJOR ARMA CONTRA LA ANSIEDAD

La mejor arma en el panorama práctico con una persona que tiene un episodio de ansiedad y pánico, es sacarla de su mente, hablarle de aspectos ultra coloquiales de la vida, como de un programa de TV. Para las personas con ansiedad puede que todo en el mundo tenga importancia, todo pueda llegar a ser ultra relevante, no hay cosa sin consecuencia y todo puede arrebatar la tranquilidad a la que curiosamente se llegar.

De acuerdo con los especialistas todo se vuelve más complejo cuando se mezcla con episodios de depresión, pues la ansiedad no te exime de padecer otros trastornos al mismo tiempo. Ahí, las noches se convierten en semanas, y cuando por fin llega el día, la luz no se observa.

Sobre la depresión, el boletín epidemiológico dice que entre enero y septiembre del 2020, la Secretaría de Salud de Coahuila había tenido el registro de 775 casos de depresión, y para este 2021, en el mismo período, los casos se han elevado a registrar mil 201 casos de los cuales el 75 por ciento se registran en mujeres.

David dice que al menos el 80 por ciento de las personas que padece depresión, también ha tenido problemas con la ansiedad.

DIFICULTAD PARA ACCEDER

No se trata solo de aceptar que la salud mental debe permanecer en la vida de la sociedad, ni tampoco de convencer al prójimo de que es una buena alternativa para conseguir herramientas. A veces, aunque una persona tenga todas las ganas, puede que no tenga los recursos suficientes para pagar una terapia que puede ir desde los 300 pesos, hasta los 700 pesos en promedio.

Si bien, la calidad de vida tiende a sumar privilegios como cafés en estaciones transnacionales y noches de bar que se pueden retirar para atender una terapia, existen en Coahuila al menos 812 mil personas con alguna situación de pobreza, para quienes se les dificultaría quitarse otra cosa más de las que ya carecen.

Sobre ello, la directora de Psicología dice que la brecha socioeconómica que vive México en general, hace ver que se debe invertir en la salud pública desde el rubro de la psicología, pues las instituciones que ya atienden a costos muy bajos o gratuitos, están prácticamente rebasadas.

“Nos toca seguir impulsando en la política pública la salud mental accesible para todas las personas, luego pareciera que se vuelve exclusiva de algunos sectores que pueden pagar por ella.

Se necesitan encontrar estrategias distintas, hay un actor que se ha hecho popular que se ha hecho famoso por decir que la psicóloga o el psicólogo deberían formar parte de la canasta básica”, expresó Berenice.

En diciembre del 2018, fue emitida una Ley de Salud Mental para el Estado de Coahuila, y aunque reconoce un acceso universal a ella para los habitantes de Coahuila, no amplía el recurso humano que, de forma gratuita, logre brindar un servicio más amplio del que se tiene hasta la fecha.

En la sociedad algunos de los padecimientos psicológicos o psiquiátricos se utilizan coloquialmente para caracterizar las emociones de una persona, aunque pueda ser que la persona en realidad no tenga ningún padecimiento y simplemente atraviese por una circunstancia parecida. “Eres bien bipolar”, “Eres bien depresivo”, algunos de los ejemplos.

En la práctica, los psicólogos y especialistas en la salud mental han hecho exhortos a la sociedad a no hablar de estos términos y padecimientos a la ligera, pues hay situaciones de tristeza e incomodidad, o cambios de decisiones y emociones que forman parte de la vida cotidiana o se deben a una circunstancia, y que no necesariamente son depresión, ansiedad o bipolaridad, por ejemplo.

“Además existen casos de personas que prácticamente ya vienen autodiagnosticadas y a veces si no es así se desaniman. Es cuestión de responsabilidad y educación, porque eso también ya implica un respeto a las personas que verdaderamente lo están padeciendo”, dijo.?

¿Se puede vivir sin un tratamiento? “Depende de la capacidad de cada quien. Hay personas que no les gusta tomar tratamiento, pero si ya no estás durmiendo, estás faltando al trabajo, estás golpeando a tu esposa, necesitas tratamiento. Puedes vivir sin tratamiento, pero tu calidad de vida es baja”, dice David Salazar.

En ese aspecto, dice que incluso, la medicación no es de por vida dependiendo el caso, existen casos que deben tomar medicamento por muy corto tiempo.

Sin embargo, aun con los pros, los contras, los tabúes y de más, lo mejor es que las personas acudan con especialistas, que realicen una ardua búsqueda para lo que convenga a sus bolsillos, y si no va bien, entonces buscar otro espacio, pues los problemas que existen en el colectivo social permanecerán y lo mejor es tener herramientas para enfrentarlo.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM