Burlan Ley Antitabaco;
Ahora con maquinitas
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La venta de cigarrillos sueltos en canastas de comerciantes ambulantes no basta para burlar la Ley Antitabaco, sino que ahora existen máquinas expendedoras de tabaco.
Pese a la reciente alerta sanitaria sobre cigarrillos falsificados, adulterados o incluso elaborados con productos desconocidos en febrero de este 2021 y que el Reglamento de la Ley para la Protección de los No Fumadores en el Estado de Coahuila lo prohíbe expresamente, la venta de cigarrillos sueltos no se detiene.
En las inmediaciones de la Zona Centro, máquinas expendedoras de cigarrillos los ponen a la venta con un costo de 6 pesos, en las que basta depositar una moneda de 5 pesos y una de 1 peso para obtener un cigarrillo, sin que nadie supervise que la persona sea menor de edad.
Mientras que los dueños de las máquinas las colocan afuera de sus locales y encienden sus luces, la mayoría de estos acompañados de otras máquinas expendedoras de dulces, a disposición de los transeúntes de las calles de Pérez Treviño y Victoria.
Dichas máquinas simulan una cajetilla a escala de las originales, las cuales se abastecen con hasta 6 cajetillas que se agotan con el paso del día, así como la venta de cigarros sueltos que continúa de forma ambulante pese a su prohibición.
Es el artículo 18 de dicha ley que prohíbe la instalación y funcionamiento de máquinas automáticas expendedoras de cigarros o venta de tabaco en cualquier modalidad y presentación a menores de edad en establecimientos comerciales y centros públicos.
Los dueños de estas máquinas señalaron que se encuentran a la venta en 7 mil pesos, mismo precio en que son ofertadas en línea, pero mientras que son compradas, son exhibidas al público funcionando, pues desconocen que esté prohibida la venta de tabaco en expendedores.
De acuerdo a los propios comerciantes, son las autoridades municipales, inspectores y policías de tránsito quienes solicitan alguna cuota para continuar vendiendo los cigarrillos debajo de los dulces que exhiben en las canastas o evitar ser sancionados.
Entre sus principales clientes se encuentran trabajadores de paso por el primer cuadro de la ciudad y jóvenes de entre 15 y 20 años de edad.
