Cae ‘falso policía’ en Saltillo; extorsionaba a familiares de detenidos
El acusado se vestía de policía, sin embargo, es paciente de un anexo contra las adicciones.
Mario Osvaldo Rojas fue detenido por elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), pues se hacía pasar de policía para extorsionar a familiares de detenidos que se encontraba bajo proceso, en los reclusorios varoniles y femenil de Saltillo.
Mario, quien estuvo preso, aún contactos con reos del penal y ellos le pasaban información de otros detenidos acusados por delitos de violación y narcomenudeos.
Según reportes, el hombre falsificaba oficios con logotipos de la Fiscalía General del Estado (FGE) y los enviaba al domicilio de los familiares, notificándoles que quedarían en libertad, pues aseguraba que las acusaciones eran falsas.
Enseguida, los citaba a la supuesta liberación, al exterior del penal en los horarios de las siete de la tarde. Al contactarse de manera personal con la familia, presumía usar un chaleco, una bolsa cangurera y una cachucha negra, haciéndose pasar por policía.
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Con ellos, se identificaba como “el comandante Felipe Ortíz”, y prometía que sus familiares presos saldrían en quince minutos de las instalaciones correctivas.
No obstante, les pedía cuotas de hasta 15 mil pesos, los cuales en realidad repartiría al interior del penal varonil. Sus víctimas, desesperadas, pagaban el precio con tal de reencontrarse con sus familiares.
Tras recibir el dinero, Osvaldo Rojas huía de la escena.
Sin embargo, no contento con el fraude, se contactaba vía celular a sus víctimas para aclararles que la liberación “no se logró porque faltó más dinero por rapartir a los celadores del penal”, identificados como Diego Hernández y Trejo, convenciéndolos de darle más dinero.
El infame “negocio” de Mario Osvaldo se arruinó cuando citó a su última víctima al exterior del penal. Esta vez, el afectado clamó que no entregaría el dinero hasta ver a su familiar sano y salvo, desatándose una discusión.
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En el lugar, Mario le arrebató el teléfono al quejoso, y éste fue a denunciarlo a las instalaciones de la FGE; allí, policías asignados al Grupo para la Investigación del Secuestro y Crimen Organizado descartaron que se trató de un policía real.
La investigación consistió a declarar a celadores del reclusorio, quienes afirmaron y “Mario era un reo y que cada semana acude a firmar su libertad”.
Finalmente, lograron dar con su domicilio y el del anexo en el que se hospeda.
