Casas de madera y lámina resisten el frío en Saltillo solo con cobijas; temen por incendios con calentadores
Cobija sobre cobija es la única manera segura que los habitantes del sector 4 de la colonia Zaragoza, al oriente de Saltillo, tienen para enfrentar los frentes fríos.
Ubicados en una de las últimas calles de esta colonia, pegada a las faldas de la sierra de Zapalinamé, están una docena de casas construidas a base de madera, láminas y lonas.
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En una calle que lleva el nombre de Luis Pazos, político y escritor mexicano que ha dedicado su vida a publicar libros que tratan de desdeñar la desigualdad y distribución de la riqueza en ediciones como Justicia Social Injusta, ahí viven una centena de ciudadanos que tuvieron que enfrentar las temperaturas congelantes.
Es una cuadra de apenas 200 metros de distancia que permanece sin pavimentar.
Una de las habitantes, originaria de San Luis Potosí, relata que lo más fuerte del frente frío lo sintió a las 06:00 horas que llegó su esposo y se levantó a prepararle un café. El agua del tinaco se alcanzó a congelar y para aguantar la helada se empalmó de ropa y cobijas.
Aunque ya tiene diez años viviendo en Saltillo, aún no se acostumbra al descenso de temperaturas que en esta parte alta de la ciudad pega más fuerte.
En otras de las casas de este sector vive una familia con tres niños. “Pasamos el frío con cobijas, porque si prendemos el calentador se puede hacer una chispa y se quema todo”.
En el recorrido realizado por VANGUARDIA, un joven mecánico indicó que ya están acostumbrados al descenso de temperaturas, porque al estar pegaditos a la sierra el frío es más crudo, pero a lo que más les temen, son a los ventarrones.
“Todos los días amanece con mucho aire. Los árboles se mueven de un lado a otro”, dijo. Al mismo tiempo en que recordó que los fuertes vientos registrados el pasado 8 de enero derrumbaron su barda, quedaron a la intemperie. De un lado el bulevar Otilio González, de otro un arroyo.
Sin embargo, indicó que ya han aprendido a lidiar con el frío. Es un hombre de trabajo, pues a pesar de las bajas temperaturas no ha dejado de trabajar.