Cesa el flujo migratorio por Coahuila y los traficantes de personas cambian de actividad criminal
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Un informe de InSight Crime confirma el reciente reporte de la Casa del Migrante de Saltillo de que cesó totalmente el flujo migratorio por Coahuila hacia EE. UU.
La paralización del tránsito de migrantes hacia Estados Unidos reportada por la Casa del Migrante de Saltillo quedó confirmada por un nuevo reporte de InSight Crime en el sentido de que “el auge del tráfico de migrantes llegó a su fin”.
El fenómeno “responde a cambios profundos en la política migratoria estadounidense, que frenaron en seco un auge criminal de casi una década”, señala la institución especializada en el monitoreo del crimen organizado en Latinoamérica y Estados Unidos.
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Dicho auge habría convertido el tráfico de migrantes en una actividad marginal que aportaba a grupos delincuenciales ganancias por miles de millones de dólares.
Ahora, en la frontera entre México y Estados Unidos estas organizaciones “estarían permitiendo ganar dinero mediante delitos que antes cometían contra migrantes en tránsito, como el secuestro”, agrega el extenso análisis.
Entre febrero y octubre de 2025, las autoridades de Estados Unidos registraron un promedio mensual de entre 9 y 10 encuentros con migrantes en la frontera con México.
Esto representa una caída del 92 por ciento frente al promedio de 123.2 choques mensuales del mismo periodo de 2024, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (US Customs and Border Protection – CBP).
InSight Crime revela que los países que funcionan como corredores migratorios hacia Estados Unidos también registraron “caídas drásticas”.
Por ejemplo, entre mayo y septiembre de 2025, las autoridades de Panamá contabilizaron apenas 78 personas cruzando el Tapón del Darién, una espesa franja de selva en la frontera entre Colombia y Panamá.
Esto contrasta con los años anteriores, especialmente 2022 y 2023, cuando por la zona transitaban cada mes decenas de miles de migrantes por rutas clandestinas controladas y sujetas a cobros por parte de grupos criminales.
En general, “hay personas que están replanteando su decisión de migrar, no porque sus circunstancias hayan mejorado, sino porque ya no ven a Estados Unidos como una opción viable”, según Maureen Meyer, vicepresidenta de programas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Washington Office on Latin America – WOLA).
En efecto, las políticas de la administración Trump “frenaron en seco” un auge criminal de casi una década, que había convertido el tráfico de migrantes de una actividad marginal en un negocio de miles de millones de dólares.
Aunque el número de migrantes rumbo a Estados Unidos casi desapareció, los criminales aún buscan cómo exprimir lo que queda de este mercado, a fin de compensar sus pérdidas.
Por un lado, todavía hay algunos migrantes en ruta hacia el norte, según expertos entrevistados por InSight Crime en Panamá y en ciudades fronterizas mexicanas.
En la frontera con Estados Unidos, los servicios se han vuelto más sofisticados para evadir la vigilancia: pueden incluir viajes aéreos, documentos falsificados o rutas menos visibles y más peligrosas.
En tanto, expertos estiman que los costos para cruzar se han duplicado o incluso triplicado.
Estas adaptaciones en la industria del tráfico de migrantes y el aumento del flujo hacia el sur probablemente no bastan para compensar la pérdida de un negocio multimillonario.
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En la frontera entre México y Estados Unidos los cárteles migratorios estarían permitiendo a miembros de bajo rango ganar dinero mediante delitos que antes cometían contra migrantes en tránsito, como secuestro, pero ahora dirigidos a la población local y a las personas migrantes que aún permanecen.
En la misma frontera, los grupos con capacidad para controlar cruces internacionales de droga —incluidos remanentes de los carteles de Juárez y Tijuana, así como los de Sinaloa y Jalisco— siguen disputándose estas rutas.
Simultáneamente, “tanto, las pandillas más pequeñas han vuelto a concentrarse en la venta de droga al menudeo”, refiere la fuente.