Coahuila, en el top cinco de hipertensión a nivel nacional; exceso de sal, una de las causas

Coahuila
/ 12 julio 2024

El 30 por ciento de los pacientes desarrolla insuficiencia renal debido al uso excesivo de sal, que es la causa de hipertensión, falla renal y cardiopatías, dice director de la Facultad de Medicina de la UAdeC

El cloruro de sodio es un nutriente esencial para la vida; sin embargo, el consumo excesivo de sal lleva a presentar hipertensión arterial, padecimiento en el que Coahuila está entre los primeros cinco lugares a nivel nacional, y el 30 por ciento de estos pacientes desarrolla enfermedad renal crónica y cardiopatías que merman y acortan la calidad de vida.

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El doctor Ángel Padilla Gámez, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila, informó que la Organización Mundial de la Salud recomienda menos de 5 gramos de sal al día, es decir, una cucharadita cafetera de 5 mililitros; sin embargo, el consumo es mucho mayor pues está presente en los alimentos ultraprocesados para alargar su conservación en los anaqueles.

“El sodio permite mantener el equilibrio líquido en el organismo y, cuando hay exceso de sodio, se retiene más líquido y esto puede generar cuadros de hipertensión arterial, que es el principal enemigo a vencer por el uso inadecuado de la sal de mesa”, dijo el especialista.

“Dentro de nuestra cultura, usos y costumbres, y en la tecnología de los alimentos, uno de los insumos de preservación más comunes desde hace muchos años ha sido el uso de la sal, y en la industria alimentaria, el uso del sodio y sus derivados ha permitido que la vida en anaquel y la vida útil de los alimentos se preserve por más tiempo”, apuntó.

Pero, indicó, es un cuchillo de doble filo, toda vez que nuestros hábitos alimentarios son muy dados al consumo de alimentos ultraprocesados por la facilidad de acceso a ellos por el precio de los mismos; pero los preservativos que contienen son muy ricos en sodio, lo que predispone a hipertensión, retención de líquido, arterioesclerosis y enfermedades cardiovasculares.

“Nuestra cultura, nuestros hábitos alimentarios y la coexistencia con la obesidad nos ponen en esa coyuntura epidemiológica. Uno de los temores más grandes que tenemos para con nuestros pacientes hipertensos son los eventos vasculares cerebrales y la nefropatía, una de las enfermedades que ha aumentado sobre todo en insuficiencia renal crónica, que es de alto costo administrativo, moral y laboral”, acotó el galeno.

Un paciente nefrópata es reflejo de una atención inadecuada por parte del paciente, su familia y el sector salud, porque no hemos incidido de una manera positiva como para que se refleje en los cuadros clínicos y en la epidemiología; estamos con una conducta expectante, no muy asertiva”, lamentó.

Si sabemos que pacientes con sobrepeso y con diabetes van a generar hipertensión fácilmente y esto va a traer daño renal, tomar medidas para que no se presenten las primeras enfermedades sería la mejor forma de atacar las consecuencias, con prevención, lo que es más humanitario y más barato, señaló.

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