Coahuila: Pide diputado Attolini retirar placa de Gustavo Díaz Ordaz en la UAdeC

Durante la sesión del Congreso del Estado de Coahuila, el diputado por Morena, Antonio Attolini, presentó un exhorto dirigido al rector de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), Octavio Pimentel Martínez, solicitando el retiro inmediato de una placa conmemorativa en honor al expresidente Gustavo Díaz Ordaz, ubicada en la Facultad de Jurisprudencia.

El legislador argumentó que mantener un símbolo de reconocimiento a quien asumió la responsabilidad por la represión del movimiento estudiantil de 1968 “es indigno, intolerable y contradice los valores que debe sostener una universidad pública”.

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“El 2 de octubre de 1968 es una fecha grabada con sangre en la memoria nacional. Estudiantes que ejercían su derecho a la libre manifestación fueron brutalmente asesinados. Díaz Ordaz lo reconoció en su quinto informe de gobierno: asumió la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política e histórica de los hechos”, recordó Attolini.

Durante su intervención, el diputado señaló que, a más de cinco décadas de distancia, la memoria del 2 de octubre sigue viva como parte de la responsabilidad histórica del Estado mexicano frente a las violaciones a los derechos humanos.

“Ningún espacio académico debería sostener homenajes a quien encarnó esa violencia política”, expresó. Citó ejemplos recientes en que otros espacios públicos del país han retirado el nombre del expresidente como acto de justicia simbólica. Entre ellos mencionó calles y estaciones de transporte público que han sido rebautizadas en honor a víctimas o figuras representativas de la lucha democrática.

De acuerdo con Attolini, mantener la placa en la Facultad de Jurisprudencia no solo es “anacrónico”, sino que envía un mensaje “equivocado” a las nuevas generaciones de estudiantes de derecho. “La memoria histórica no se construye glorificando a victimarios, sino dignificando a las víctimas”, dijo.

El punto de acuerdo exhorta al rector a retirar la placa y sustituirla por una que rinda homenaje a la lucha estudiantil del 68, en una ceremonia cívica que enaltezca la memoria histórica y el respeto a los derechos humanos.

“La dignidad institucional y el compromiso con los derechos humanos exigen cuando menos un piso mínimo de decencia: no rendir homenajes, ni siquiera simbólicos, a quienes ordenaron la represión y el asesinato de estudiantes”, concluyó el representante del legislativo.