Colgados de la barda: desde los 70’s Saraperos de Saltillo ya tenían su palco VIP
La pasión por el beisbol en la ciudad tiene un origen y un punto de reunión, aquí una revisión de cuando la afición sarapera se jugaba el físico cada que se oía ‘play ball’
Mike Vallejo subió a DeSaltillo - Fotografías e Historias, en Facebook, la foto que Victor Castillo le compartió, una de sus preferidas dijo, sin pensar el impacto que tendría con sus casi mil reacciones y 139 comentarios.
Carlos Arturo fue quien armó la polémica, cuando al ver la foto del grupo de aficionados subido a la barda del jardín central del Parque Madero para ver jugar a los Saraperos escribió: “viendo el deporte más aburrido del mundo”.
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Quien reaccionó primero fue Arnny Estrada, que etiquetó a Carlos Arturo y le dijo que el beisbol es para gente inteligente.
¿Inteligente?, se preguntó Carlos y se contestó. “Inteligentes serán los que lo juegan de manera profesional, no los jugadores llaneros y menos los que solo lo ven”.
Para descalificarlo, Jorge Hilario Gutierrez y Juan Manuel coincidieron en que este espontáneo crítico del beisbol solo se entretiene viendo telenovelas. “Es gente de telenovelas y la Rosa de Guadalupe”, dijo el primero y el segundo complementó con un: “seguro no se las pierde”.
Isaac Peña no tuvo empacho en decir que él fue de los que en su tiempo se colgaba de esa barda, porque si algo lo apasiona es el beisbol, un deporte que ve complejo y atractivo y luego le soltó una puya a Carlos Arturo y de paso al futbol al dárselo como opción, porque es fácil de entender “y un ingenuo como tú, seguro se apasionará”.
A la serie de descalificaciones Carlos Arturo respondió que si bien no lo apasiona un deporte, ve que tanto en el fútbol como en otros más, como el voleibol, baloncesto o futbol americano, la exigencia física es mayor y que en el beisbol: “solo se la pasan parados o sentados, hasta que les toca batear”.
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Este comentario desató una larga lista de respuestas, que pasó del insulto más conciso y la elaborada argumentación para resaltar su ignorancia, hasta el honesto intento de explicación de Lazcano Casi, quien le dijo a Carlos Arturo que su visión del beisbol no toma en cuenta toda la estrategia que se despliega en cada turno al bat y las virtudes de coordinación y técnica de bateo que hacen falta para poner la pelota en juego.
Y LUEGO LA REMEMBRANZA
El breve intercambio de posturas lo cortó Juan Humberto Rico Hernandez, quien recordó que la foto muestra la forma en que muchos vivieron el beisbol allá por los 70’s y 80’s del pasado siglo, “desde un palco VIP”.
Recordó cómo se juntaba con amigos, “y desde el Ojo de Agua le poníamos al Parque Madero”, a veces a pie y otras en bicicleta, para encaramarse en la barda y ver jugar al equipo local.
Gilberto Díaz dijo que aquellos gloriosos Saraperos convocaban mucha gente y José Luis Morales Gaona recordó colgarse de los árboles para ver el juego y esperar a que llegara la séptima entrada para meterse al parque gratis.
Este comentario de José Luis recordó a muchos esta práctica común por años, dejar el paso franco a los aficionados ya que el juego se hacía oficial.
Juan Ramon Alvarez, en respuesta a su primo Arturo Alvarez, quien mencionó que en alguna ocasión se colgó de esa barda; recordó que en la Final de la Zona Norte entre los Indios de Ciudad Juárez y el equipo local, en el séptimo juego, la barda interior se cayó por el peso de la gente y el juego fue suspendido un tiempo.
Recordó Juan Ramón que entre la barda que daba a la calle y el campo estaba una más pequeña, y que en ese espacio entre ambas fue a donde dejaron entrar gente en aquella serie de campeonato, y que por eso se dio el percance.
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Jhonny Rivera dijo que alcanzó a vivir con su padre la experiencia de ver el juego desde ese lugar y Manuel Badillo mencionó que esa aglomeración de aficionados se daba sobre todo en los playoff.
Tiene bien claro en la mente Manuel Badillo, que en la colonia Jardines del Lago había una casa que daba justo detrás del jardín central, y que ahí en la terraza la familia disfrutaba del juego sin pagar boleto “y con una carne asada”.
“Ese sí era un palco muy caro”, escribió Gustavo Espinoza al pie de la foto de la barda abarrotada y Mago Alvarado dijo que no tenían de otra, por que no había dinero para la entrada.
Víctor Moreno comentó que le tocó ver muchos domingos esa imagen allá por 1978, Cerda F Hugo dijo que sus hermanos lo llevaban y lo subían a la barda para que alcanzara a ver y Fernando Montalvo remató diciendo que él prefería subirse a los techos de lámina de los baños de la Ciudad Deportiva, para desde ahí ver los juegos.
¿VER REALMENTE EL BEISBOL?
Francisco Reyes deslizó una crítica a lo que se vive actualmente en el Parque Madero, al publicar que la de la fotografía es la mejor afición.
Dijo que ahora los que van al parque solo gritan sin saber porqué y se la pasan viendo al celular y a la pantalla gigante.
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Este comentario puso en el centro algo muy comentado, que ahora se arma alrededor del juego un espectáculo con el sonido local, para mantener el interés en los asistente más jóvenes, en detrimento de lo que pasa en cada lanzamiento.
Dos que revivieron la época de esplendor de los Saraperos fueron José Peña y Julio Castillo Flores.
El primero dijo que desde la barda le gritaba a Marcelo Juárez y a Domingo Cruz, ese par de excelentes jugadores ya fallecidos; y el segundo habló de una anécdota que vivió con su primo “La Bola”.
Dijo Julio Castillo que entre 1970 y 75 disfrutó con su primo muchos juegos sentados en la barda, pero siempre atentos a que pasara “La Gargaliota”, el recogepelotas del club, quien con una larga vara los obligaba a bajarse.
Fue por aquellos años que le tocó ver una gran atrapada de Marcelo Juárez y cómo quedó colgando de la barda de alambre que estaba detrás de los jardines.
Comentó que ese talentoso jardinero central, fallecido apenas en agosto pasado y miembro del Salón de la Fama, les decía que disfrutaba más los aplausos de “la perrada de la barda” y cerró su publicación agradeciendo los tiempos tan bonitos que pasó en la adolescencia.
Mauricio Flores Barrera coincidió en eso de la feliz adolescencia, cuando dijo que con sus amigos lavaban carros y luego subían a la barda a ver buen beisbol, y Simon de la Cruz dijo que su intención al publicar fue comentar que desde esa cómoda posición vio a grandes beisbolistas, de entre los que también destacó al enorme Marcelo.
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Juan Manuel Calderón Galván nos regaló una gran anécdota, la de cómo desde la famosa barda, con sus amigos del barrio, en 1974 vio el séptimo juego de la final de la Zona Norte que Unión Laguna le ganó a los Saraperos 1-0, con triunfo para Antonio Pollorena, el derecho sinaloense que ganó más de 20 juegos en cuatro temporadas al hilo.
Karla Martinez cerró esa enumeración de recuerdos --la mayoría felices y agradecidos--, afirmando que el beisbol, junto con el golf, es uno de los deportes más aburridos y Diego Armando Flores dijo que al ver la foto entendió por qué le dijeron que vive en un rancho bicicletero.
A estos comentarios provocadores, iguales al que inició esta nota, la mayoría respondió con el silencio, aunque no faltó el que lo tomó a broma y alguno que otro con molestia, como no entendiendo que haya alguien que no valore esa época que dejó una huella tan significativa y demerite el valor de un deporte que para muchos es el rey.
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