De taquero al mundo de las piñatas en Saltillo, “Le Messié” tiene casi 40 años en el negocio
Le Messié” llegó al mundo de las piñatas sin proponérselo, “yo no conocía ni el engrudo, mano, de veras, yo llegué de taquero”, recuerda ahora a sus 70 años
“Mi deseo fue hacer la piñata más grande del mundo”, dice Baltazar González, mejor conocido como “Le Messié”, dueño y fundador de Dale Dale, el primer negocio de piñatas ubicado en la calle Matamoros, ahora un lugar tradicional para encontrar toda clase de figuras hechas con alambre, periódico, cartón y engrudo.
“Le Messié” llegó al mundo de las piñatas sin proponérselo, “yo no conocía ni el engrudo, mano, de veras, yo llegué de taquero”, recuerda ahora a sus 70 años, tras casi 40 años de haberse instalado en esa calle, entre Ramón Corona y Luis Cepeda.
La vida es azarosa: Baltazar puso su taquería y “accidentalmente todo surgió un mes de septiembre”, cuando le pidió a su esposa que fuera al Mercado Juárez a comprar tres piñatas pequeñas de colores: una verde, otra blanca y otra roja, para decorar el puesto. Esa noche se vendieron.
“Al otro día le dije: no te traigas tres, traete seis y se vendieron, fíjate cómo: de taquero a piñatero”, comenta.
Ahí comenzó todo, entonces aprendió el oficio y no sabe cómo pero se enseñó a hacer figuras cada vez más grandes y especiales, como un elefante de tamaño natural encargado para los 100 años de la Escuela Normal Superior de Coahuila.
Dice que su sueño es romper el récord de la piñata más grande del mundo.
Aún tiene ese deseo, pero considera que ya es tiempo de retirarse del negocio, no está cansado, sino que tiene ganas de hacer otras cosas luego de casi cuatro décadas dedicado al oficio de piñatero.
¿Y por qué “Le Messié”?, le preguntan con frecuencia. La respuesta es antigua, un recuerdo y un homenaje: cuando Baltazar tenía su taquería, acudía con frecuencia un hombre francés de porte elegante que le empezó a decir justamente así: “le messié”.
Cuando el francés falleció, Baltazar González bautizó a su negocio como “Taquitos Le Messié”, y así le empezó a decir la gente hasta ahorita, desde vecinos comerciantes y hasta clientes frecuentes.