Disfrutan saltillenses de Caravana Coca Cola 2023
Envueltos en cobijas y chales, con boinas, guantes, chamarras y cualquier cosa que pudiera cubrir el frío viento de la tarde-noche, cientos de familias saltillenses presenciaron este martes el paso de la Caravana Coca Cola y el tradicional desfile navideño.
El arranque de los coloridos carros alegóricos estaba previsto para las 18:00 horas, pero desde una hora antes, familias tomaron su lugar afuera de las instalaciones de la refresquera, en el cruce de Francisco Murguía y Miguel Ramos Arizpe.
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También vendedores de algodones de azúcar y manzanas acarameladas, así como otros dulces, deambulaban por la zona. En las banquetas, cocheras y jardineras, esas familias fueron las primeras en ver abrirse el portón de Fábricas “El Carmen”, y salir los seis carros alegóricos luminosos aún con la luz del atardecer.
Fue hasta el cruce de Ramos Arizpe con Guillermo Purcell, frente a la Alameda Zaragoza, donde el sol cayó y los coches lucieron más. Delante de cada carro, con los personajes de la refresquera, un grupo de bailarines con atuendos navideños amenizaba el paso.
Niñas y niños gozaban, señalaban y aplaudían al paso de los carros. Los más grandes tomaron video y fotografías del momento. También hubo “selfies”, sobre todo quien había hecho alguna compra de diademas, globos, espadas, matracas y pulseras luminosas cuyo precio fluctuaba “al tanteo” de cada vendedor.
Un oso polar minimalista con animación robótica fue admirado por los presentes, pero fue hasta el último carro, que más bien era el trineo que transportaba a Santa Claus, cuando los más pequeños se volcaron en gritarle y saludarle. Algunas mamás les decían a sus hijos que le gritaran que se habían portado bien, otros niños pedían regalos en específico.
Un auto Volkswagen con contorno neón, un gorro gigante navideño y una simulada llave de cuerda en su motor no paró de pitar. Sin aplausos, los trabajadores de la dirección de Servicios Primarios del municipio concluyeron el desfile.
Cuadrillas de los empleados municipales con sus uniformes fosforescentes seguían el paso de la caravana cargando bolsas negras en las que recogieron la basura tirada por algunos ciudadanos durante el desfile que concluyó al norte de la ciudad.
