El antiguo y perdido callejón de Bracho del Saltillo antiguo
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Tras fortuito y afortunado hallazgo dentro de un lote de documentos antiguos adquirido a una anticuaria, ahora hay constancia de la olvidada vía
Probablemente usted nunca haya oído hablar sobre ese pequeño tramo de calle, es normal, dicho nombre sólo aparece en los viejos documentos que alberga el Archivo Municipal de Saltillo. Cerca de la Plaza de Armas existió este callejón y con el paso del tiempo esta minúscula vía cambió de nombre a callejón de Trejo, en honor a un padre Jesuita.
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El implacable tiempo, que todo lo borra, se encargó de hacer lo propio y el callejón de Bracho, luego llamado de Trejo, sucumbió al olvido, por haberse cambiado el nombre en los sucesivos años.
LA COSTUMBRE
Los antiguos callejones de la Villa de Santiago del Saltillo se formaban a petición de los vecinos, para tener entrada y salida en sus propiedades, ya sea para dar paso a animales de carga y arrastre, o bien para acortar distancias y así evitar rodeos. Se acostumbraba a dar nombre a las estrechas callejuelas por los vecinos que habitaban en ellas, y así resultaba sencillo para la gente de la época, ubicar a las calles por nombre de quien habitaba, por algún edificio, o bien por la actividad que se desarrollaba.
LA OFICIALIZACIÓN
A iniciativa del gobernador Victoriano Cepeda, la nomenclatura de las calles de nuestra ciudad comenzó a tomar forma, y en 1870 se llevó un registro para numerar las casas por cuadras. Aquel primer intento sirvió para bautizar las calles de manera oficial. Aquella reorganización hizo que se perdieran la totalidad de los nombres antiguos de las calles de Saltillo. El tener un orden con los nombres de las calles y número de casa, permitió a la autoridad llevar un mejor control para las operaciones de compraventa de inmuebles y así facilitar la ubicación de las propiedades.
EL ORIGEN DE BRACHO
El nombre del callejón se debe a un personaje que habitó la Villa de Santiago del Saltillo durante la segunda mitad del siglo 18. Don Juan Antonio González Bracho, descendiente del linaje de los Tagle-Bracho.
En el siglo 17, algunos miembros y descendientes de este linaje ocuparon altos cargos en las diversas administraciones en la Nueva España. La unión del apellido se produce con el matrimonio de Antonio de Tagle González y Catalina Bracho de La Sierra.
Veamos qué nos dice el libro “Alcaldes de Saltillo” del historiador Ildefonso Dávila del Bosque: “Juan Antonio González Bracho, originario de los reinos de Castilla de lugar de Ruiloba en las montañas de Burgos, contrajo matrimonio en segundas nupcias con María Gertrudis de Aguirre, en el cual procrearon tres hijos llamados: José Melchor, Juan Gaspar y María Juana González Aguirre. En su primer matrimonio tuvo una hija llamada María Ignacia González Bracho, quien se dedicó al comercio y a la agricultura”.
Gonzalez Bracho, personaje peninsular, ostentó en repetidas ocasiones varios cargos públicos. Existen en el Archivo Municipal de Saltillo docenas de documentos, donde advierten de un político muy activo y protagonista de no pocos líos y pleitos con vecinos de la villa.
DE SU TRAYECTORIA
En 1767 es nombrado Alcalde de la Villa de Santiago del Saltillo, en 1771 y 1773 figuró como Alcalde Ordinario de Primer Voto, al siguiente año funge como Teniente de Justicia, para 1775 ocupó el cargo de Inspector de Precios, Pesos y Medidas.
El poder hizo a González Bracho un hombre fuerte, lo mismo arremetía contra los herederos de alguno de sus deudores, como el caso de Francisco Flores de Alderete, por el adeudo que tuvo en vida por la cantidad de noventa pesos, que como servidor público realizaba a conciencia su trabajo, informaba a la población de la villa mediante pregón el remate del abasto de carnes, elaboraba listas de las personas que cooperaron para comprar armas y pólvora para protegerse de los indios bárbaros y encerraba a quien fabricara y expendiera vino y aguardiente sin la debida autorización.
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Era un celoso de la ley y giraba órdenes de aprehensión por vender carne de res sin permiso, daba instrucciones a vecinos para regularizar documentos extrajudiciales por venta o dación de terrenos o casas, y en víspera de la feria, cierta ocasión ordenó a los vagos salir de la villa en un plazo de tres días y las quejas de los vecinos no se hicieron esperar, González Bracho renunció, empero, su dimisión no fue aceptada, y Pedro Fueros informó a la justicia de la Villa del Saltillo que no aceptaba la separación del cargo de González Bracho, además fue nombrado teniente de Gobernador Político de la Villa del Saltillo.
EL CALLEJÓN PERDIDO
Para el común de los investigadores e historiadores, precisar, validar y sustentar los datos es casi una obsesión, además de ser una obligación. Resulta vital saciar la enorme curiosidad y una vez que se encuentra el documento que avale tal o cual información, da ante todo calma y respiro por salir de aquellos callejones sin salida.
Sin embargo, existen los golpes de suerte, que son escasos, pero llegan tarde que temprano.
Hace unos días una amiga anticuaria me ofreció un lote de documentos antiguos. Al hojear el montón de amarillentos y polvorientos papeles, me llamó la atención un documento que databa de finales del siglo 19, se trataba de una hijuela, “en el derecho civil hace referencia a un conjunto de bienes en las herencias, sucesiones o particiones”.
Mis ojos se centraron en la partida número cinco de aquel documento, el cual describe de manera clara: casa número uno de la quinta calle de Hidalgo y primera de Ramos Arizpe o sea callejón de Bracho, Trejo, (sic) con instalaciones de agua y drenaje compuesta de varias piezas, ubicada en terreno que mide de frente a la calle de Hidalgo 29 metros y 15 centímetros de largo al callejón 52 metros con 23 centímetros. Lotería, el viejo legajo daba cuenta y seña de la ubicación del olvidado callejón de Bracho también conocido como Trejo.
DETALLES QUE SON REVELADORES
Antes de 1970, la calle de Ramos Arizpe terminaba en la calle de Allende, si uno pretendía seguir hacia el oriente, debía doblar a la derecha y casi de inmediato tomar a la izquierda por un reducidísimo callejón casi sin banquetas, esa era la prolongación de la calle Ramos Arizpe.
Durante la década de los 70 se derribaron propiedades para la continuación recta de la calle Ramos Arizpe, esta apertura hizo que el viejo callejón quedara prácticamente sin uso.
Hoy en día ese callejón lleva el nombre de 5 de Mayo, antes llamado prolongación Ramos Arizpe, callejón de Trejo y callejón de Bracho. saltillo1900@gmail.com
Relatos y Retratos del Saltillo Antiguo, aparece el segundo y tercer domingo de cada mes.