En Coahuila hay 64 anexos aprobados por las autoridades; han suspendido 20 en los últimos 2 años
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De acuerdo con la Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario en Coahuila durante 2022 se verificaron un total de 115 anexos en todo el Estado, lo que desprendió al menos 18 suspensiones, mientras el resto tiene un periodo de tiempo para regularizarse.
Mientras que en lo que va de 2023 han sido visitados 10 más, de los cuales 2 fueron suspendidos por no cumplir con las disposiciones legales que competen a la Subsecretaria de Regulación y Fomento Sanitario.
Hasta el momento, solo 64 anexos en Coahuila están avalados por la Subsecretaría y cuentan con los permisos para su funcionamiento, los cuales están en exhibición, y además cuentan con un médico como su dirigente, requisitos indispensables para operar.
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La dependencia señaló que son los siguientes ocho puntos a verificar con los que deben contar los anexos para operar en el Estado, pues de lo contrario su funcionamiento debe ser interrumpido.
En primero lugar deben contar con Aviso de Funcionamiento y de responsable sanitario, presentar certificado de fumigación, contar con sanitarios y regaderas exclusivas para hombres y mujeres, en caso de prestar servicio mixto.
Contar con agua potable, los dormitorios deben estar separados por sexo y en el caso haber menores deben estar en dormitorios separados de los adultos, contar con consentimiento por escrito del padre o tutor en caso de haber menores
Además, deben tener lineamiento y disposiciones por escrito del proceso de recuperación al que el usuario se va a incorporar y por último contar con manual de procedimientos aprobado por Conadic (Comisión Nacional contra las Adicciones).
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Por su parte, Norma Pérez Reyes, directora del Centro de Integración Juvenil en Saltillo, señaló que adicional a los avisos de operación y permisos necesarios, “para tratar las adicciones se necesita más que una buena intención, habrá quien salió del problema y quiera ayudar, pero se requiere de un modelo científico, clínico y terapéutico”, aseguró.
“No dudamos de que entre estos lugares hay quien tenga una buena intención, pero se requiere de la parte médica y farmacológica, sobre todo porque al entrar a un periodo de absorbencia requiere ser atendido por un médico”, explicó Pérez Reyes.
Agregó que de acuerdo con la experiencia de algunos jóvenes del centro que ahora se encuentran en rehabilitación, los métodos que utilizaban los perjudicaron más de lo que pudieron ayudarlos en el proceso.
“Pues es a través de la sumisión, aislamiento forzado, maltratos o tratos inhumanos, e incluso refugiándose solo en el plano espiritual, que dichos anexos continúan operando en la capital del Estado”, advirtió.
Asimismo, recomendó a las familias interesadas en un internamiento, asegurarse de que el anexo cuente con un médico, psicólogo, psiquiatra y personal debidamente certificado.