En Saltillo, abaratan dieta por inflación; relegan consumo de pollo, huevo y tortillas
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Algunos han limitado al mínimo el huevo ante alza de más de 55% en un año; el pollo también se ha disparado hasta en un 60% tan solo en el último año
La inflación, producto de los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania, ha obligado a los saltillenses a modificar sus dietas, incluso relegando o consumiendo en menor nivel productos básicos como huevo, pollo y tortillas.
En Saltillo, la inflación en el último mes registró un aumento del 13 por ciento en algunos productos de la canasta básica. Los productos que las madres de familia suelen incluir en una dieta balanceada para el desarrollo de sus hijos como el huevo, leche y pollo, son algunos de los productos que más se han encarecido.
En el caso del pollo, se observó que este producto ha aumentado 13.22% en el último mes, no obstante, en un año se ha encarecido hasta un 60 por ciento; las tortillas de maíz han incrementado un 7%, pero en un año tuvieron una alza de 19 por ciento en autoservicios; mientras que la leche pasteurizada se ha encarecido en 5.36% en los últimos días.
Dichos aumentos, aunque parecieran insignificantes, orientan a las madres de familia saltillenses a buscar opciones de alimentación más económicas y menos saludables.
Linda Hernández, madre de tres menores, señala que en sus recetas diarias ha tenido que cambiar las pechugas por piernas de pollo, ha controlado más el consumo de leche de sus hijos y se ha visto en la necesidad de incluso eliminar proteínas como el huevo en su dieta diaria.
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“Además de que los niños son melindrosos para comer, uno tiene que ingeniárselas todos los días para poder hacer rendir el gasto y tratar de darles de comer lo menos dañino posible, porque todo esta carísimo.
“En lugar de hacerles un huevito en la mañana a veces prefiero darles un hot cake, porque así sólo uso un huevo, contra los cinco que tendría que usar si les doy omelette o un huevito revuelto”, señaló.
Otro ejemplo es la señora Esmeralda Rangel, quien apuntó que para combatir la inflación y garantizar una alimentación balanceada a sus dos niños de primaria, ha optado por comprar cantidades menores de las que solía adquirir anteriormente, e incluir ciertos alimentos como la carne sólo dos veces por semana en su dieta.
“Cuando todo empezó a subir lo que uno tuvo que hacer fue comprar menos, respetar el mismo presupuesto que uno tiene sin excluir ningún alimento, especialmente los que comen los niños en sus desayunos y en sus lonches para ir a la escuela; por ejemplo si antes compraba cinco litros de leche por semana ahora agarro tres y ahí voy haciéndola rendir en la semana”, apunta, pues con el ingreso de cuatro mil quinientos pesos por quincena que gana su marido no es posible comprar las mismas cantidades que antes.
En la misma situación se encuentra Sandra Galindo, madre de familia que trabaja dando servicio de limpieza en casas, pues tuvo que dejar su empleo de en la planta automotriz al inicio de la pandemia, para cuidar a su hijo de 8 años.
“Ahora que ya creció un poquito más, pues me ayuda a cocinar y es menos dependiente. Lo que tengo que hacer es comprar la verdura en el Mercado de Abastos y la carne tengo que buscar ofertas si queremos hacer un guiso que lleve carne con papas, pero más papas que carne”, relató.
De acuerdo con el informe más reciente de la encuesta ENCOVID-19, los hogares con niños, niñas y adolescentes han presentado sistemáticamente menores niveles de seguridad alimentaria que los hogares sin menores, es decir, cada vez es más complejo alimentar con una dieta adecuada a los niños.
El porcentaje de hogares con niñas y niños que presentaron seguridad alimentaria fue de 23% frente al 41% de hogares sin población infantil, esto debido a la caída en los ingresos familiares durante la pandemia.