Fallecen dos bebés por presunta negligencia en clínica del Magisterio Saltillo; suman cuatro decesos
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La maestra Aracely Escareño publicó en sus redes sociales que sus gemelos fallecieron por broncoaspiración: “Mi niño murió en camilla, si es una camilla, porque aunque ellos necesitaban ser trasladados en incubadora, el Magisterio no cuenta con ellas”.
Fue el pasado 20 de diciembre, los gemelos de 27 días de nacidos, un niño y una niña, fueron diagnosticados con un leve resfriado en la clínica del Magisterio de Saltillo.
El día 22 de este mes acudieron de nuevo a consulta médica, y la madre cuenta que se les cambió de medicamento. Un día después, los síntomas se agravaron y durante la madrugada la bebé llegó al hospital broncoaspirada.
“Requirió ser subrogada al (Hospital) Universitario, en el transcurso de la espera para la autorización y el traslado, me llevaron a mi otro bebé, lo atendieron en urgencias y en un descuido ya no respiraba”.
Continúa: “Lo intubaron con lo poco que había, el pediatra de guardia estaba cómodamente en su casa y desviaba la llamada cada que se marcaban, así mis pequeños estuvieron más de dos horas esperando un traslado de urgencia”.
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Al ser llevados al Hospital Universitario se indicó que no había convenio para recibir al bebé. “Yo no merezco un servicio médico tan deficiente”, indicó la madre de los gemelos fallecidos.
Sin embargo, este no es único caso en donde familiares de pacientes fallecidos denuncian de manera pública falta de atención.
El pasado mes de noviembre, los integrantes de la Coalición Magisterial indicaron que un maestro de inglés, agremiado a la sección 38, falleció tras presentar obstrucción en las vías biliares.
Tenía semanas a la espera de una intervención que no se le practicó en la Clínica de Saltillo ni se le autorizó el servicio subrogado.
Ante la gravedad del caso, la familia tuvo que pagar los gastos de hospitalización en Médica Bosco y los honorarios de médicos particulares, donde comúnmente se subrogaba a los maestros.
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Sin embargo, al hacerse público el caso, indicaron que se hicieron más notables las muestras de desatención y la familia decidió sacar al paciente de allí por el inminente riesgo de su agravamiento, para hospitalizarlo en el Muguerza donde posteriormente falleció.
Otro caso documentado por VANGUARDIA fue del maestro jubilado Gustavo Alonso García Zazueta de 64 años, quien murió en 2022.
El maestro presentó una infección lumbar en diciembre de 2021 y estuvo hospitalizado un mes.
Su hija Lena García relató a este medio que, al cumplirse el primer mes, le dijeron que ya no lo podían atender porque la Universidad Autónoma de Coahuila, donde trabajó por 30 años, no había realizado la aportación mensual.
El maestro sufrió desgaste por traslados y consultas externas. Además, los medicamentos que le daban en su casa los pagaba ella y luego reclamaba el pago a la clínica del Magisterio, pero se cansó de los procedimientos y ya no pidió el reembolso.
En el mes de junio las plaquetas del señor bajaron y fue internado. Solo lo estabilizaron.
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Ante la situación en decadencia de la clínica en Monclova, su hija decidió internarlo en la clínica del IMSS, pero relata que su conteo de plaquetas era muy bajo y ya presentaba fallas en el riñón. Murió siete días después.
La crisis del Magisterio tiene su origen hace una década. Maestros jubilados y pensionados han denunciado corrupción en el manejo de los recursos, sin embargo, la situación ha ido en declive.
Las finanzas arrojan cifras y discursos públicos que no coinciden, como es la falta de recursos, mientras las cuentas públicas revelan subejercicio de recursos, es decir, gastan menos de lo que tenían presupuestado.
Por ejemplo, en la Cuenta Pública 2014 se indica que el Servicio Médico contaba con 681.3 millones de pesos aprobados para ejercer ese año, pero en el rubro ejercido solo se consignaron 534.3 millones, lo que da un total de 147 millones de pesos en subejercicio.
En 2017 el subejercicio alcanzó 138.1 millones, al año siguiente se duplicó en 226.3 millones. En 2019 y 2020 las cifras fueron de 17.3 y 44.6 millones de pesos.
Mientras las finanzas son poco claras, el desabasto de material y medicamentos continúa y ya suman cuatro muertes donde familiares perciben negligencia en las clínicas del Magisterio.
