Fraudes financieros
Comúnmente la gente invierte su dinero o pide prestado en los bancos o en cajas de ahorro puesto que son instituciones registradas como entidades financieras reguladas por la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Lógicamente se busca una buena tasa de interés al ahorro y una tasa baja al crédito. En el caso de México la inversión a plazo fijo que es el instrumento más común da una tasa de rendimiento de entre un 3 y 5 por ciento anual bruto y en el caso del crédito personal o de nómina cobra una tasa de entre un 20 y un 40 por ciento anual.
Hay dos momentos en que se agudizan los fraudes o engaños financieros: Cuando la gente trae dinero extra y quiere invertir o cuando a la gente le falta dinero por contingencias como las que precisamente estamos viviendo hoy día y que se refieren a pérdida de empleo, reducción de salarios, temas de salud y aumento de deudas, por lo que empresas de colocación fraudulenta de crédito o inversiones se expanden de manera exponencial.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), ha estado alertando de este tema durante la pandemia.
El modus operandi de las empresas falsas, usualmente está basado en utilizar información de empresas debidamente registradas para hacerse pasar por ellas ofreciendo préstamos inmediatos y con pocos requisitos, pero solicitan anticipos de dinero en efectivo o mediante depósito a una cuenta bancaria con la finalidad de apartar el crédito, también ponen a disposición inversiones con rendimientos muy por encima de los ofrecidos por las instituciones bancarias, al final todo es parte de un engaño para quedarse con el dinero. Las empresas falsas los contactan vía telefónica o por redes sociales, ofreciéndoles estos servicios y citándolos en oficinas eventuales donde se concreta el fraude.
En la mayoría de los casos, las personas engañadas han pagado y perdido cantidades que van entre los mil hasta los 100 mil pesos. Por lo que se debe sospechar cuando un negocio de préstamos o inversiones te dice que no consulta el buró de crédito, no dan información impresa completa de la empresa y solo se basan en volantes, están registradas como un sociedad anónima (S.A.) o con un nombre comercial físico y presentan contratos extensos difíciles de entender, utilizando técnicas de ventas agresivas para que firmes en el momento.