Gerente de Simas, más cerca de la cárcel que de un puesto
MONCLOVA, COAH.- En la reunión mensual del Consejo del Sistema Intermunicipal de Aguas y Saneamiento (Simas) Monclova-Frontera, se expuso el presupuesto de septiembre y del acumulado trimestral, mismos que fueron aprobados por la mayoría de los consejeros.
En esta reunión se informó que la dependencia mantiene finanzas sanas, cero deudas, sin embargo Roberto Piña Amaya alcalde de Frontera y actual presidente del Consejo, insistió en que en la dependencia hay gastos excesivos que no han sido comprobados por la gerencia que está a cargo de Eduardo Campos Villarreal.
Dijo que pese a que se ha insistido en la reducción de gastos y en que se justifiquen estos mismos: “hay un desaseo muy grande en el sistema”.
“Están los gastos muy por encima, no hayan cómo comprobar o justificar los gastos de fin de año, se quieren acabar el dinero a como dé lugar y no hay una obra pública que te represente”, dijo en entrevista con VANGUARDIA.
Criticó que el Simas tiene una inversión de 40 millones de pesos en el año, cuando tuvo ingresos de 260 millones de pesos por los pagos del servicio.
“Traen un 10 o 12 por ciento de inversión, yo en la junta pasada les pedí que nos fuéramos a un 20 por ciento de inversión por lo menos, ellos hablan de 400 millones de pesos (de ingresos) para el año entrante y no llega ni a 60 millones de pesos la inversión”, señaló.
Incluso el alcalde de Monclova, Mario Dávila, detectó “números que no cuadraban” referente al programa “Deuda Congelada”, toda vez que se informó por la gerencia que 7 mil usuarios han realizado un convenio de pago
“Fue el doctor Dávila quien vio unos números que no cuadraban y pidió que lo analizaran, en cuanto a la famosa deuda congelada, que de congelada no tiene nada; los habitantes de estas dos ciudades se ven afectados en su bolsillo”.
El presidente del Consejo, reiteró que el Consejo tiene una responsabilidad ante la ciudadanía y es velar por sus intereses.
“Yo le dije al gerente y lo repito, el gerente del sistema está más cerca de la cárcel que de un puesto en el próximo gabinete estatal, porque utilizan el dinero del sistema para otros temas.