¡Héroe sin capa! Médico de Torreón ‘resucita’ a pasajero en pleno vuelo; viajaba de Guadalajara a La Laguna

Con la ayuda de otros dos colegas salva la vida a una persona que estuvo a punto de morir a causa de una arritmia

Coahuila
/ 12 agosto 2024
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Javier de la Torre Anderson, un anestesiólogo con 25 años de experiencia en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71 en Torreón, vivió recientemente una experiencia que puso a prueba su vasta trayectoria profesional. Lo que comenzó como unas vacaciones familiares, se transformó en una operación de salvamento en pleno vuelo, revelando la importancia de la preparación médica incluso fuera del entorno hospitalario.

El doctor De la Torre había abordado un vuelo de Guadalajara a Torreón con su familia cuando notó que un pasajero presentaba signos de arritmia. A pesar de que el médico del aeropuerto en Guadalajara había autorizado el vuelo del pasajero, De la Torre mantuvo su preocupación. Durante el ascenso a 10 mil pies de altura, decidió alertar a la azafata sobre la situación.

$!Para el doctor De la Torre no se trata de buscar aplausos; su labor consiste en salvar vidas todos los días.

“Le dije a la azafata que era importante monitorear a ese pasajero, ya que la arritmia podría estar causando una baja perfusión cerebral, lo que le hacía parecer que se estaba quedando dormido”, relata De la Torre. Ocho minutos después, la azafata le solicitó ayuda urgente: el pasajero no respiraba, se había puesto morado y no tenía pulso.

Con la situación al límite, De la Torre recordó que un colega traumatólogo, con quien había cruzado palabras en el aeropuerto, también estaba a bordo. Lo llamó rápidamente para que lo asistiera en la emergencia. A su esfuerzo se sumó un tercer médico que viajaba a Torreón para realizar una cirugía. Juntos solicitaron el “carro rojo”, un conjunto de medicamentos y equipos de emergencia, y procedieron a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).

$!Gracais a la oportuna intervención del médico de la Clínica de Especialidades de Torreón, el pasajero vivió para contarla.

“Canalicé al paciente y administramos medicamentos, continuamos con el RCP y, finalmente, el paciente comenzó a respirar nuevamente”, narra el médico. El avión aterrizó de emergencia en Torreón, donde el paciente fue trasladado de inmediato a un hospital.

El éxito de esta intervención fue celebrado con aplausos por parte de los pasajeros, pero para De la Torre, el mayor reconocimiento vino de su propia familia. “Mi esposa me dijo: ‘acabas de salvar una vida’. Y es verdad, lo hice. Pero en nuestra profesión, no se trata de buscar aplausos; simplemente hacemos lo que debemos hacer cada día en el hospital”, reflexiona.

Javier de la Torre Anderson no es un extraño en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Hijo de un médico anestesiólogo del Hospital General de Zona (HGZ) No. 16 en Torreón, creció admirando la dedicación de su padre y decidió seguir sus pasos. Después de graduarse de la Facultad de Medicina en Torreón, decidió especializarse en el Hospital de Especialidades de su ciudad natal, donde ha trabajado ininterrumpidamente durante 25 años.

El doctor De la Torre recuerda con claridad la primera vez que un paciente falleció bajo su cuidado en el quirófano, una experiencia que describe como profundamente impactante. Sin embargo, la naturaleza de su trabajo en la UMAE 71, un hospital de alta especialidad, le ha enseñado la importancia de seguir adelante, incluso después de enfrentar adversidades. “No podemos dejarnos caer. Tenemos que seguir adelante, porque hay más pacientes que necesitan nuestra atención”, comenta.

$!Al bajar del avión, el pasajero fue trasladado a un hospital.

La experiencia en el vuelo le permitió recordar la razón por la que se siente orgulloso de pertenecer al IMSS. “Pertenecer al Instituto, definitivamente, es una de las mejores cosas que nos pueden pasar. Nos llena de orgullo porque realmente estamos muy capacitados por parte del IMSS”, afirma.

Después del incidente, De la Torre contactó al pasajero a quien salvó la vida y se alegró de saber que se estaba recuperando, aunque con un tratamiento permanente. Este encuentro, más allá de su valor médico, resalta la humanidad y el compromiso que los profesionales de la salud llevan consigo, dentro y fuera del hospital.

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