Lagunero tiene 20 años pagando una casa que no es suya... por un error ‘de dedo’

Coahuila
/ 25 julio 2024

A pesar de los intentos por resolver esta anomalía, que incluyen diversas acciones legales y un fallo favorable que ordena la restitución de las aportaciones, la solución parece inalcanzable

Desde hace casi dos décadas, Gerardo Guerrero, un residente de Torreón, Coahuila, enfrenta una situación que parece sacada de una novela de Kafka. Cada semana, a través de descuentos automáticos en su nómina, el señor Guerrero abona una deuda hipotecaria correspondiente a una vivienda ubicada en Tampico, Tamaulipas, una propiedad que nunca ha solicitado y que, además, no es suya.

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La historia comienza con un simple “error de dedo”. Así lo describen tanto el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) como el propio Guerrero. A pesar de los esfuerzos por resolver esta anomalía, incluyendo múltiples demandas legales y un laudo favorable que ordena la restitución de las aportaciones, la solución parece un espejismo.

El desajuste entre Guerrero y el Infonavit es flagrante. Aunque el afectado realizó una visita personal a la delegación del instituto en Tampico acompañado del ocupante actual de la propiedad en cuestión, el personal del Infonavit alegó que no podían hacer nada debido al origen del problema: un simple error administrativo. El resultado fue que Gerardo sigue pagando por una vivienda que ni ha visto ni ha habitado, mientras él mismo alquila un lugar para vivir en Torreón.

A pesar de la resolución judicial que favorecía al señor Guerrero y que estipulaba la devolución de sus aportaciones en mayo de este año, hasta la fecha no ha recibido ningún reembolso. La frustración y el desgaste han llevado a Guerrero a solicitar urgentemente la intervención de la delegación del Infonavit en Coahuila, esperando que esta entidad pueda revisar su caso con la seriedad y rapidez que la situación amerita.

El drama de Gerardo Guerrero no solo refleja una serie de fallos administrativos y legales, sino que también plantea serias interrogantes sobre la eficacia de las instituciones encargadas de proteger los derechos de los trabajadores en México.

La espera interminable de una resolución justa y el persistente calvario financiero subrayan una necesidad urgente de reformas y de un sistema más ágil y eficiente que pueda prevenir y corregir errores como el que ha arruinado casi dos décadas de la vida de este ciudadano.

(Con información de Milenio)

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