Las mujeres en los altos mandos: el reto pendiente en el mundo laboral

A pesar de los avances, la representación femenina en los altos mandos empresariales sigue siendo una asignatura pendiente en México
Pese a avances, la representación femenina en puestos directivos sigue siendo baja en México. Según un estudio realizado por el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), de las empresas consultadas el 73 por ciento tienen a hombres ocupando las direcciones estratégicas: general, financiera y jurídica.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, persisten desafíos significativos para la participación de las mujeres en altos mandos dentro del ámbito empresarial en México. De acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Kiik Consultores, la presencia femenina en los consejos de administración y direcciones estratégicas de más de 200 empresas listadas en las Bolsas de Valores del País sigue siendo limitada, con cifras que muestran un estancamiento e incluso retrocesos en algunos casos.
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Según el estudio, solo el 13 por ciento de los asientos en consejos de administración son ocupados por mujeres, una cifra que no ha cambiado desde 2023. Además, el 24 por ciento de los consejos analizados están conformados exclusivamente por hombres y apenas 9 empresas tienen a una mujer como presidenta del consejo. En cuanto a las direcciones estratégicas, los datos reflejan una baja presencia femenina: 23 por ciento en el área jurídica, 11 por ciento en finanzas y solo 3 por ciento en direcciones generales, lo que sugiere un retroceso en lugar de un avance.
La especialista Adriana Villarreal Rodríguez, consultora independiente y colaboradora de Canacintra, señaló que estos obstáculos están presentes en todos los sectores y que, si bien existen mujeres en posiciones de liderazgo en empresas de gran relevancia como General Motors, todavía queda un largo camino por recorrer. “Los retos están en todos los ámbitos. Es fundamental que haya una cultura de equidad de género dentro de las empresas, que existan oportunidades y que las mujeres también se animen a tomarlas”, mencionó.
Uno de los principales factores que limita el acceso de las mujeres a puestos de alto nivel es la distribución de responsabilidades dentro del hogar. “Muchas veces, somos nosotras quienes estamos a cargo de la familia y de la casa, y si no hay una red de apoyo, se vuelve más difícil aceptar posiciones de liderazgo”, explicó Villarreal Rodríguez.
Como ejemplo, mencionó que en Estados Unidos, su yerno recibió tres meses de incapacidad por paternidad, igual que una mujer, lo que facilitó la corresponsabilidad en el cuidado del recién nacido. En México, las licencias de paternidad son significativamente más cortas, lo que perpetúa la carga desproporcionada sobre las mujeres.
Otro obstáculo es la falta de redes de apoyo y mentoría entre mujeres. En países con mayor equidad de género, se observa un impulso más fuerte entre mujeres para posicionar a aquellas con el perfil adecuado en espacios de liderazgo. “El networking entre mujeres es clave, rompe barreras, ayuda al crecimiento profesional y genera un sentido de comunidad y pertenencia”, apuntó Villarreal Rodríguez.
Para lograr un entorno más equitativo, enfatizó la necesidad de promover una cultura empresarial más empática y de facilitar el acceso a espacios de encuentro y mentoría entre mujeres con experiencia y aquellas que están iniciando su camino profesional.
Además de estas barreras estructurales, persisten prejuicios que dificultan el reconocimiento del liderazgo femenino. Un concepto que ha cobrado relevancia en este contexto es el llamado “precipicio de cristal”, que ocurre cuando las mujeres son designadas en puestos de liderazgo solo en momentos de crisis, haciéndolas responsables de escenarios prácticamente insalvables.
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“Es interesante que se nos reconozca como capaces de resolver problemas, pero las oportunidades deben llegar por mérito, no solo cuando la situación es crítica”, opinó Villarreal Rodríguez.
La falta de representación femenina también varía según el sector económico. Mientras que en el sector salud 24 por ciento de los asientos en consejos de administración son ocupados por mujeres, en telecomunicaciones y servicios públicos la representación es mucho menor (11 y 9 por ciento, respectivamente). Además, en sectores como energía y telecomunicaciones, no hay mujeres en direcciones estratégicas.
El análisis del IMCO también reveló que 73 por ciento de las empresas no tienen mujeres en ninguna de las 3 direcciones estratégicas (general, financiera y jurídica), y 44 empresas no cuentan con mujeres ni en consejos de administración ni en direcciones relevantes.
Asimismo, el 68 por ciento de las compañías cuentan con políticas de diversidad en sus equipos de trabajo, mientras que 55 por ciento han establecido protocolos contra la violencia y acoso, y 50 por ciento ofrecen capacitación o programas de liderazgo. Sin embargo, estos esfuerzos no han logrado aumentar de manera significativa la participación femenina en altos mandos.
Villarreal también cuestionó la idea de que “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”, una frase que ha sido utilizada para desmotivar la sororidad. “Tenemos que ser la mejor amiga de la otra mujer, impulsarla y fortalecerla para que su liderazgo nos haga brillar a todas”, enfatizó.
Para revertir estas desigualdades, el IMCO y Kiik Consultores recomiendan medidas como mejorar la transparencia en los informes corporativos para visibilizar la representación femenina, modificar procesos de selección para reducir sesgos de género, institucionalizar los consejos de administración para fomentar la rotación de puestos y garantizar la implementación de políticas de inclusión dentro de las empresas.
Si bien la lucha por la equidad de género ha avanzado en los últimos años, los datos muestran que aún queda un largo camino por recorrer. Como concluyó Villarreal Rodríguez, “esto no es solo una lucha de las mujeres, sino de toda la sociedad para construir un entorno más equitativo y justo”.