¿Los músculos ‘tienen’ problemas mentales? Advierte psicóloga saltillense por obsesión con la imagen corporal
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En los últimos 10 años, por lo menos, abrieron una gran cantidad de gimnasios en Saltillo, mixtos o exclusivos para mujeres y hombres, y con ello aumentaron los casos de vigorexia o dismorfia muscular, definido como la compulsión de ganar masa muscular a cualquier precio, pero su origen es mental, advirtió la psicóloga Andrea Martínez.
“Es un fenómeno visible. Vemos como chicas y chicos abarrotan los gimnasios, se observa sobre todo en edades de los 15 a los 35 o 40 años, en hombres mujeres, es muy bueno para la salud hacer ejercicio, el problema es que lo llevan a extremos en la búsqueda de cuerpos como los que muestran modelos o quienes participan en concursos de belleza o fisicoculturismo”.
“La raíz está o se origina en un trastorno de salud mental, es como la bulimia o anorexia, es una obsesión por la imagen corporal. Los medios masivos de comunicación, el cine, las revistas de moda tienen influencias positivas o negativas en las conductas de las personas, en este caso es negativo o al menos las personas lo convierten en algo negativo porque ponen en riesgo su salud”.
Hay una obsesión por bajar de peso, por tener una silueta definida o tonificada al gusto de la persona y eso lleva a someterse a largas horas de ejercicio, incluso más allá de lo que la fortaleza física propia lo permite.
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“Parece absurdo, pero hombres y mujeres dedican horas y horas al gimnasio, sin los cuidados adecuados; es decir, no lo combinan con una dieta adecuada, de acuerdo con el esfuerzo físico requerido, y en ocasiones no reciben los consejos adecuados o no tienen una guía o entrenador personalizado en el gimnasio, lo que lleva a que se produzcan autolesiones”.
Debemos reflexionar que el esfuerzo físico debe ser acorde a la propia complexión física y a las propias capacidades o habilidades, indicó. Hay quienes sienten dolor y siguen levantando más peso y añadiendo más rutinas extenuantes, como si fuera un logro el soportar el dolor, y no es así, ya hay un daño físico que se puede manifestar al momento o al paso de los días o semanas,
“El exceso de ejercicio no es bueno: su objetivo primordial debe ser mantener una buena salud física en el presente y futuro, y formar hábitos saludables para evitar complicaciones en la etapa adulta y en la vejez. Es benéfico porque se forja una autodisciplina, pero la vigorexia en sí ya es un problema de salud mental y físico”.
“Parece increíble, pero en lugar de generar bienestar emocional, puede causar depresión, ansiedad, baja autoestima y desánimo al no conseguirse la meta deseada, de manera que el sistema inmunológico se debilita, se acelera el envejecimiento celular y hay más propensión a padecer enfermedades”.
“Quienes caen en la vigorexia pueden ser, en el fondo, personas con baja autoestima, sentido de inferioridad, perfeccionistas y obsesivas, con dificultad para controlar emociones, sobre todo si de niños o adolescentes sufrieron bullying por obesidad o sobrepeso”, concluyó.