Enfermero de Coahuila dice que contagio es por negligencia: ‘La gente se muere y aun así no hace caso: ¿cómo les explicamos?’
Roberto Ramos dio positivo al COVID-19, fue compañero del médico que sobrevivió apenas al contagio y del que murió; pero tiene esperanza de recuperarse
Si bien el contagio comunitario de COVID-19 se originó en el IMSS de Monclova por negligencia médica, esto ya quedó atrás y ahora los contagios que se registran fuera del nosocomio son a causa de la negligencia de las personas que siguen saliendo a la calle como si no pasara nada.
Lo anterior lo dijo a VANGUARDIA uno de los trabajadores de la Clínica 7 del IMSS, que este lunes fue confirmado como un caso positivo de coronavirus.
Roberto Ramos, enfermero del área de urgencias y quien liderara la primera manifestación de personal de salud del nosocomio por no contar con el equipo de protección adecuado para evitar contagios de COVID-19, finamente fue sometido a una prueba y le anunciaron que es portador del virus.
“Me contagié ahí mismo con mis compañeros, tuve síntomas hasta los doce días después del contacto con el primer enfermo —el trailero al que el IMSS señaló como el paciente cero—. En esos días me citaron en salubridad, pero me dijeron que no tenía síntomas y por eso no me harían la prueba”, comentó.
Aunque a los pocos días de lo acontecido comenzaron sus vacaciones, empezó a sentir como primer síntoma una fiebre muy alta y dolor de cabeza, situación que le causó la primera alerta.
“Como no quisieron hacerme la prueba, fui a hacerme una tomografía pulmonar con la doctora Mariela; ya tenía experiencia ella en los TAC, por que se los había hecho a los que si estaban enfermos”, dijo.
Ya con el estudio en la mano, la doctora le confirmó que tenía problemas de COVID.
“Traes una neumonía, que no debes de traer porque eres muy joven y tienes que tomarte el tratamiento aunque no te hagan la prueba”, le aconsejó.
TOMÓ MEDIDAS INMEDIATAS
Al escuchar lo anterior Roberto se aisló por completo en la casa de su madre desde el pasado domingo 5 de abril. Ahí sus hijos permanecen en otra habitación, al igual que su esposa y sus padres; todos alejados de él.
Finalmente el lunes logró realizarse una prueba, ya cuando presentó falta de aire, dolor torácico, náuseas y debilidad.
“No podía hablar, me faltaba aire, ahí es cuando te das cuenta que traes el virus”, comentó el enfermero.
Al ser compañero del doctor Hugo Maciel, ahora confirmado como el primer portador del virus en todo Monclova y quien estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos conectado a un respirador, así como del doctor Gualberto Reyes, quien falleció por los daños que ocasionó el COVID-19, el enfermero pudo asegurar que también él pasaría momentos complicados de salud.
“En ellos fue diferente, tuvieron muchos problemas, les dio neumonía, la sintomatología muy distinta, yo y otros compañeros estuvimos mal unos días y luego nos empezamos a alivianar, pero no es fácil”.
La presión del encierro, aunada a las complicaciones de salud y fallecimientos de sus compañeros, fueron el martirio en la fase más crítica de los síntomas que presentó el enfermero.
“He oído a gente que tiene síntomas, pero creo también que puede mucho la ansiedad, te empieza a faltar el aire y te das cuenta que es la enfermedad, sabes bien que no estás bien.
“Luego empieza una guerra psicológica, piensas que estabas bien y que vivías bien económicamente, pero ahora te hace falta el aire, eso que es gratis y que no puedes obtener por que se complica todo”.
Al enterarse del fallecimiento de su amigo y compañero Mario Trejo, que fungía como subdirector administrativo en la clínica 7 del IMSS, empeoró la ansiedad pues apenas una semana anterior lo saludó en el hospital. Se sorprendió porque era deportista y tenía sus defensas fuertes, como para haber muerto por esta enfermedad.
NO A LAS MALAS NOTICIAS
Reconoció que estar en contacto con las noticias y ver los daños que causa en los demás el virus, podría ser un problema que también le afectaría.
“Ya no vi Facebook, me alejé de todas las noticias y no volvía ver nada, empecé a entender que te arrastra a un laberinto que no tiene fin, piensas que te vas a morir”, comentó.
Dijo que el factor psicológico es una afectación por el coronavirus, a la que nadie ha puesto una atención y que puede llevar incluso a hacer más fuerte la enfermedad, sin que nadie se percate de ello. La mente es poderosa, mencionó.
Por fortuna, sus compañeros diagnosticados como positivos de COVID-19, tras una mejora considerable y con su alta autorizada ya volvieron a trabajar. Otros más están aislados e incluso hospitalizados, pero van mejorando día con día. Y ahora sí cuentan con equipos para enfrentar este padecimiento al interior de la clínica. Esto le ha dado ánimos.
“Ya se están recuperando, ya no han recaído, no he ido a trabajar pero en los grupos indican que todos los días les dan batas y cubrebocas, ya no usan overol ni otras cosas, la recomendación es que no se desplacen en área”, dijo.
Irresponsabilidad causa contagios
Es ahí cuando analiza que el crecimiento de los casos ya no es derivado de una negligencia médica, si no de la irresponsabilidad de la gente que no sigue las medidas de prevención.
“Guardarse en casa, ahorita es la única manera de detenerlo, ya no es negligencia médica, ahora es negligencia de la gente”, señaló el profesional de la salud.
Aunque apenas recibió los resultados positivos, Roberto Ramos Castillo da por hecho que va saliendo del coronavirus, por ahora, se mantiene enfocado en que no tener afectaciones psicológicas y para este fin de semana acudirá a consulta nuevamente para analizar su avance.
Al ver a sus hijos de 9 y 13 años de edad, solo pide a la población quedarse en casa, no se sabe cuántas personas infectadas hay en calle y la gente quiere seguirse moviendo, con lo que se esparce el virus por todos los lugares.
“El virus es real, no es una mentira, uno ya lo vivió y sabe de lo que trata, es algo traumático, sientes el sufrimiento y cómo toda la gente se está muriendo y aun así no hacen caso, ¿cómo les explicamos?”, concluyó.