‘San Juditas nos ayudó’: devotos expresan su fe y agradecimiento en Ciudad Frontera (video)

FONTERA, COAH.- La fe en San Judas Tadeo, una vez más, movió a multitudes en la Región Centro de Coahuila, incluyendo a paisanos que regresaron de Estados Unidos para celebrar al Santo Patrono de los casos difíciles.

Como ya es tradición, las personas fueron llegando a la capilla ubicada sobre la carretera federal número 30, en el Ejido 8 de Enero, en Frontera.

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Desde la noche de este domingo y previo al día del Santo Patrono, miles de personas comenzaron a llegar para venerar a su santo, a quien atribuyen ayuda en situaciones muy complicadas.

Con veladoras en mano, abarrotaron el altar, entonaron “Las Mañanitas” y dejaron ofrendas florales en agradecimiento por los milagros recibidos.

Arturo Carrizales Iracheta fue uno de los fieles creyentes que recorrieron más de 20 kilómetros para venerar a San Judas Tadeo. Desde hace 18 años, sale de su casa en la colonia Cañada de Monclova, vistiendo una túnica blanca y una manta verde, similar a la imagen de San Judas, para emprender su camino hacia la capilla.

Su agradecimiento al santo es inmenso. Carrizales asegura que, durante una operación a corazón abierto en la que sufrió dos infartos, Dios lo tomó de una mano y San Judas de la otra, diciéndole que aún tenía mucho por vivir, devolviéndole así la vida.

“Esto es un agradecimiento; mi padre santo me tomó de la mano y me dijo que aún no podía irme de este mundo. Desde ese momento, cada año camino desde mi casa hasta aquí y cada día 28 de cada mes vengo a encenderle una veladora. No hay nada que pueda pagar lo que hizo por mí, porque gracias a él y a mi padre santo estoy aquí”, expresó.

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A pesar de sus 67 años, Don Arturo mantiene su compromiso con San Judas Tadeo, sin importar el fuerte sol, la lluvia o cualquier otra inclemencia. “No solo pido por mi familia; pido por todos, por mucha gente. Esto lo hago con amor y mucha devoción; no hay nada que pueda pagar lo que hizo por mí. Ellos me tomaron y me devolvieron al mundo”.

Son más de 20 kilómetros los que recorre Don Arturo para llegar. “Cascabeleo como todos; ahorita que venía llegando me sentí mal, pero la gente ayuda, una señora me prestó una silla”.

En la capilla, ubicada sobre la carretera federal número 30, se pudieron ver miles de personas vestidas como San Judas, cumpliendo las promesas hechas al santo, caminando con devoción.

Asistieron personas de todas las edades: niños pequeños, jóvenes, adultos y ancianos, e incluso personas con discapacidad, quienes, pese a las dificultades, no dejaron de venerar al santo en su día.

Iker Alexis Ovando Flores, un niño de 5 años, ya comienza la tradición de llevar una veladora a San Judas en su capilla. Su abuela, Inés Palacios, lo lleva junto con sus hermanos menores a bordo de una carriola, en agradecimiento porque están juntos, felices y sin dificultades.

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“Yo soy muy creyente y ellos también; por eso vienen así vestidos. San Juditas nos ha ayudado mucho en todo”, dijo la habitante de la colonia Diana Laura, en Frontera.

También llegaron personas provenientes de Estados Unidos a bordo de camionetas, trayendo “reliquias” para los creyentes, encendiendo sus veladoras y disfrutando de la misa anual en honor al santo.

Roberto Piña Amaya, alcalde de Ciudad Frontera, mencionó que el movimiento comenzó desde el pasado viernes y continuará al menos dos días más.

Tan solo ayer se calcula que arribaron 8 mil personas; sin embargo, desde el viernes se han contabilizado unas 20 mil personas provenientes de distintas partes del estado, de otras entidades e incluso del extranjero que llegaron a la capilla.