Para vecinos de la Topo Chico de Saltillo, los pandilleros se apoderaron de la colonia

Vecinos de la colonia Topochico solo asoman la cabeza desde las rendijas de sus puertas la mañana de este lunes tras la muerte de un hombre en medio de una riña, frente al templo del Espíritu Santo mientras se oficiaba una misa.

Para los habitantes de la zona el miedo continúa y la violencia escala. Ya no hay solo heridos a puños y navajas, sino hombres que reciben impactos de bala o pierden la vida a batazos, como Manuel, de 33 años de edad, en manos de un agente de la Comisión Estatal de Búsqueda de Coahuila.

Aún con la evidencia de las detonaciones sobre el pavimento, el material de quienes pintaban el templo del Espíritu Santo y resultaron heridos de bala, así como los restos de las cintas que acordonaron el área la tarde de la riña, los habitantes apenas salieron a comprar lo indispensable a la tiendita de la esquina o caminaron a paso apresurado con dirección a sus trabajos.

Para los vecinos de la colonia Topochico es común ver a “malandros y pandilleros”, sobre todo a los “Daneses” apoderándose de las cuadras, marcando territorio o ingiriendo alcohol a media calle. “Buscando pleito con los oponentes o vengando viejas rencillas”, comentaron los tenderos.

Nadie sabe quiénes son los malos, para las feligreses que se persignan y piden a Dios mirando al cielo por la paz de su hogar desde hace más de 30 años, “todos son unos salvajes, pudiéndose arreglar de otras formas”.

“Hacen del barrio lo que quieren, toman en las calles, se agarran a palabras y se van a los golpes”, comentó una de mujer que la noche del pasado domingo se encerró en su casa cerrando puertas y ventanas, tras escuchar a medias la misa interrumpida por el ulular de la sirenas de las ambulancias y patrullas.

Esta colonia ha sido escenario de peleas, riñas y disputas entre sus habitantes, casi siempre jóvenes de 20 a 30 años que convierten las calles en campos de batalla sin importar el peligro que corren sus habitantes con una bala perdida o un palo lanzado al aire.

Por ahora, el saldo de su última pelea fue un hombre de 33 años muerto, y dos más que continúan recuperándose hospitalizados con heridas de bala en rodillas y manos.

El cuerpo de Manuel aún no había sido entregado a sus familiares la mañana de ayer lunes, pero el llanto inunda a su pareja y madre, quienes ya acudieron a dar su declaración ante el MP.

El occiso, según declaró uno de sus familiares, ya había sido atacado a batazos meses anteriores.

Trascendió que el ahora homicida se encuentra hospitalizado en una clínica del IMSS, porque tambien resultó lesionado.

Rebasó la inseguridad
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