Piden ganaderos crear Unidad de Inteligencia Especializada contra crimen en sector pecuario
Mientras se combate la expansión del gusano barrenador, es urgente endurecer las acciones contra el contrabando de reses desde Centroamérica, advierte InSight Crime
En el marco del combate al gusano barrenador de ganado (GBG), el gremio ganadero, además de pedir medidas más duras contra el contrabando de becerros de Centroamérica, exigió la creación de una Unidad de Inteligencia Especializada.
Un órgano de esta naturaleza sería clave para recopilar información, identificar patrones delictivos y prevenir y combatir eficazmente la inseguridad en el sector agropecuario, refiere InSight Crime.
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En su reporte más reciente, la agencia de investigación especializada en crimen organizado internacional aludió a un comunicado de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), en el que se demanda una coordinación más eficiente entre autoridades federales y locales para enfrentar el tráfico de ganado.
De ahí su propuesta de que se instituya una unidad de inteligencia especializada, junto con la prohibición de importaciones de ganado desde Centroamérica hacia México, y controles más estrictos para frenar la venta y distribución ilícita de aretes de identificación para el ganado.
“En materia de inteligencia, la CNOG pide un aumento de los recursos materiales y humanos... el incremento del número de efectivos y capacitación de la Guardia Nacional y el Ejército para detener jaulas, pedir y contrastar documentación”, señaló InSight Crime, citando a un experto en ganadería que pidió se omitiera su nombre.
El informe agrega: “El requerimiento de la Confederación se presenta en medio de la expansión del gusano barrenador, un parásito que se alimenta de tejidos vivos y afecta a animales de sangre caliente, como el ganado.
“Esto ha encendido las alarmas entre autoridades estadounidenses y ha provocado múltiples suspensiones en la importación de ganado a lo largo del último año.
“En el pasado —prosigue—, México y Estados Unidos lograron contener (la plaga) mediante cooperación binacional, pero esta vez el gusano barrenador está vinculado al contrabando de ganado desde Centroamérica, una actividad que ahora en parte está controlada por el crimen organizado”, dijo Antonio Ortiz-Mena.
El profesor en la Universidad de Georgetown fue claro al agregar: “Ya no se trata de contrabando informal, sino de crimen transnacional”.
El ganado de contrabando, criado en condiciones inciertas, fluye hacia el norte desde Guatemala, Honduras y Nicaragua. “Muchos de estos animales llegan desnutridos, en mal estado de salud y sin la documentación sanitaria requerida para circular legalmente en territorio mexicano”, apunta InSight Crime.
Reporta que, pese a estas irregularidades, la carne procesada y los subproductos de algunos de estos animales terminan ingresando a cadenas internacionales de suministro, llegando incluso, en algunos casos, al mercado estadounidense.
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Su conclusión es que “la falta de trazabilidad sigue alimentando el tráfico de ganado entre México y Centroamérica, una actividad que ofrece a criminales una lucrativa oportunidad para diversificar sus economías, lavar dinero ilícito y extorsionar a los actores involucrados en el transporte”.
“Sin embargo, es poco probable que el gobierno mexicano actúe con prontitud para abordar este problema”, asienta la firma.
Una de sus investigaciones, publicada en 2022 con datos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de México (Senasica), señala que cada año ingresan de contrabando hasta 800 mil cabezas desde Guatemala.
Una de las principales causas es el mercado negro de etiquetas de identificación, que facilita el tráfico de animales.
“Entre enero y junio de 2025, se retuvieron en Chiapas más de 500 mil etiquetas que no cumplían con la normativa oficial”, denunció un experto.
Casi todas las fuentes consultadas por InSight Crime para su artículo señalaron que algunos funcionarios venden etiquetas por debajo de la mesa, ya sea directamente a traficantes o a otras personas involucradas en el comercio.
Los traficantes también pueden adquirirlas en centros de acopio, que muchas veces obtienen estos sellos de identificación a través de sus uniones ganaderas y los venden directamente a quienes llevan animales sin identificar.
“La ironía es que todo entra legalmente”, dijo un funcionario del sur de México en 2022, publica InSight Crime.
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El mercado negro de etiquetas de identificación, o aretes, es un negocio lucrativo. Mientras que un arete oficial cuesta entre 40 y 50 pesos mexicanos (unos 2.5 dólares), en el mercado negro pueden llegar a venderse hasta por mil pesos (cerca de 50 dólares), según el experto consultado.
El proceso mediante el cual se “blanquea” el ganado de contrabando para que ingrese a la cadena legal de suministro también ofrece a grupos narcotraficantes la posibilidad de disfrazar y legitimar ganancias ilícitas mediante el comercio ganadero.