‘Por lo menos ya abren las ventanas del camión’: usuarios de la ruta Arteaga-Saltillo

Eran las 12:16 del mediodía, cuando la unidad 7 del Transporte Intermunicipal Arteaga-Saltillo-Ramos recogió a dos usuarias en la parada que se encuentra sobre la calle Aldama, junto a la Alameda de Zaragoza en Saltillo.

Al subir se percataron de que los 35 asientos del camión estaban vacíos.

“Buenas tardes”, saludó el conductor al momento de extenderla mano para cobrarles los 18 pesos de la tarifa a cada una de las pasajeras, luego avanzaron en el pasillo para sentarse en los últimos asientos del autobús porque “así es más fácil bajar en la siguiente parada”, según las usuarias.

El camión hizo su recorrido normalmente: atravesó por la calle Aldama hacia Xicoténcatl, en la Zona Centro, y luego se incorporó a la avenida Presidente Cárdenas.

Se dirigió hacia la calle Dionsio García Fuentes y llevó a los pasajeros hasta el bulevar Jesús Valdés Sánchez, cerca del Estadio de Béisbol Francisco I. Madero.

En esa parada abordaron cerca de ocho estudiantes, mujeres y tres adultos mayores; las tres personas de la tercera edad tuvieron que sentarse en los asientos de la penúltima fila, puesto que los primeros estaban ocupados por dos jóvenes que habían abordado una calle anterior.

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Según el chofer de la unidad numerada con el 7, no han recibido indicaciones de reservar los primeros asientos para grupos vulnerables como mujeres embarazadas, adultos mayores, niños y personas con discapacidad, pese a que las unidades anteriores si contaban con un sello de exclusivo.

“No han puesto los sellos, pero esperamos que sí se haga porque facilita que los pasajeros bajen por la primera puerta”, dijo el chofer.

De los 35 asientos que tiene la unidad, por lo menos el 5 por ciento ya había sido ocupado por adultos mayores a las 12:35 horas; el resto lo conformaron estudiantes, mujeres y trabajadores.

Mary Zúñiga, una usuaria del transporte intermunicipal, mencionó que las condiciones de los autobuses mejoraron “asombrosamente”.

“Por lo menos ya hay ventanas”, dice, porque con la flotilla anterior algunas de las unidades traían pegados los cristales, imposibilitando el flujo de aire en el interior del transporte.

“Era un batallar porque ahora con lo del COVID-19 se necesita el paso del aire, que bueno que mejoró en eso”, expuso.

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El señor Jacinto Vélez consideró importante que estas nuevas unidades sean cuidadas y conservadas por todos los usuarios ya que están ‘limpias’ de graffiti y de vandalismo.

“Ojalá que así se quede ya para siempre, hay que insistir a los muchachitos que no rayen los asientos, porque se ve muy feo”, opina el hombre de unos 60 años.

La unidad número 7 concluyó el viaje intermunicipal a las 13:00 horas, en la alameda de Arteaga, ahí, un grupo de estudiantes descendió para ir de regreso a sus casas.